viernes 26 de julio de 2024 20:30:12

ECONOMÌA: MASSA DESTRABÒ LA RELACIÒN CON EL BID Y LLEGARÀN 1.200 MILLONES DE DÒLARES PARA REFORZAR LAS RESERVAS

El ministro de Economía y el titular del BID intercambiaron elogios y acordaron ampliar el financiamiento para la Argentina a US$5000 millones para 2022 y 2023; los US$800 millones de libre disponibilidad que estaban trabados se ampliaron a US$1200 millones

Borrón y cuenta nueva. Luego de una seguidilla de cruces y cortocircuitos, el ministro de Economía, Sergio Massa, y el presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Mauricio Claver-Carone, quien ha tenido una relación tirante con el oficialismo, intercambiaron elogios, dieron vuelta la página y abrieron una nueva etapa en la relación de la Argentina con el organismo multilateral, una de las principales fuentes de fondos frescos del país. El resultado: el BID ampliará el financiamiento para la Argentina en un momento crítico para la economía.

Massa y Claver-Carone acordaron elevar el respaldo del BID a la Argentina a un total de casi US$5000 millones para este año y el próximo. Los préstamos atados al acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) por US$800 millones, que estaban trabados por Claver-Carone, se ampliaron a US$1200 millones y llegarán antes de fin de año para reforzar las reservas, indicaron fuentes oficiales. Además, se acordó trabajar en nuevos programas por casi US$1933 millones para este año, y por otros US$1800 millones para el año próximo.

El acuerdo forjado por Massa y Claver-Carone marcó un notable cambio en la relación de la Casa Rosada con el presidente del BID. Hace apenas dos meses, Claver-Carone había publicado una dura carta en el periódico The Wall Street Journal criticando la política económica del Gobierno y exigiendo el cumplimiento de las metas con el FMI y que los fondos tengan “un impacto en el desarrollo” para liberarlos. La misiva cayó muy mal en el Gobierno, aunque no hubo respuesta pública.

Esta vez, todo fueron elogios.

Claver-Carone dijo ahora que el Gobierno tiene una “política macroeconómica cohesiva”, que tuvo una “muy buena reunión” con Massa, y que la Argentina ahora habla con “una voz” cuando antes –presumiblemente, durante la gestión de Martín Guzmán y Gustavo Beliz, ambos afuera del Gobierno– “se cruzaban los cables” y “no había claridad”.

“Vamos a traer credibilidad a los mercados. Ha habido una falta de credibilidad”, dijo Claver-Carone. “Ahora podemos hablar claramente, honestamente y poderlo hacer con una voz, y que el gobierno argentino hable con una voz, para mí ha sido muy importante”, insistió.

Massa le dio una palmada en la espalda y devolvió el gesto: “Simplemente agradecerle a Mauricio porque además ha sido desde el primer momento que asumimos muy generoso, se puso a disposición, y realmente el paso que damos hoy es un paso muy importante para la Argentina y para el trabajo que tenemos que llevar adelante en la relación con el BID”.

Reuniones clave

Bajo una lluvia copiosa, Massa arrancó su paso por Washington con un primer día muy fuerte.

La primera parada de Massa fue el Departamento de Estado, en el barrio Foggy Bottom, ubicado entre el río Potomac, la Casa Blanca y el tradicional Mall de la ciudad. Massa fue recibido por Zúñiga, un diplomático de carrera que ocupa un espacio saliente en el equipo de Biden que lleva los vínculos con América Latina. Biden le dio a Zúñiga una tarea sensible: es el Enviado Especial para el Triángulo Norte –Guatelama, Honduras y El Salvador– y trabaja estrechamente con la Casa Blanca en el plan para frenar la migración desde Centroamérica, un problema candente en la política norteamericana.

La reunión sirvió para analizar la agenda bilateral y trabajar la agenda de seguridad alimentaria y energética global con el gobierno de Biden, que ganó relevancia luego de la invasión de Rusia a Ucrania. Estados Unidos ve con sumo interés las reservas de gas y litio de la Argentina. En ese encuentro estuvieron también el embajador Jorge Argüello, el embajador norteamericano en la Argentina, Marc Stanley, y Gustavo Martínez Pandiani, asesor de Massa, y Mark Wells, secretario de Estado Adjunto. El Ministro vio además a Brian Nichols, el jefe diplomático de Biden para la región.

La segunda cita relevante del día fue una de las más importantes de la gira. Será un encuentro de deshielo. Massa irá a las oficinas del BID, sobre la avenida New York, para reunirse con Claver-Carone, quien abrió una nueva puja con el Gobierno, al poner condiciones para liberar préstamos por US$800 millones que estaban atados al acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Claver-Carone, quièn se encuentra baj investigaciòn por un supuesto escàndalo ètico, ha tenido varios cortocircuitos con el gobierno de Alberto Fernández, en particular con Gustavo Beliz, quien aspiró a dirigir el banco.

La llegada de Massa dio vuelta esa página. Claver-Carone le dio la bienvenida en un mensaje en Twitter en el que dijo que esperaba “colaborar estrechamente” con su gestión. El mensaje de Claver-Carone llegó días después de que publicó una carta de lectores en el Wall Street Journal en la cual le exigió al gobierno argentino que cumpla con las metas acordadas con el Fondo para recibir un crédito de US$500 millones del organismo, un pilar vital en la estrategia financiera del Gobierno. Esos fondos se esperaban para el trimestre pasado, y nunca llegaron. Otra línea de US$300 millones para cambio climático, que también está vinculada al acuerdo con el FMI, se suma a lista de espera.

Luego de ese mensaje, hubo una conversación telefónica. Hoy, finalmente, se verán cara a cara. Massa busca “destrabar” los préstamos que todavía no han recibido la luz verde, indicaron fuentes del Palacio de Hacienda.

El último encuentro será el más importante. Massa cenará con Juan González, el principal asesor de Biden para América Latina, y el principal punto de contacto del Gobierno en la Casa Blanca. El embajador, Jorge Argüello, y Beliz, en su momento, cultivaron una relación muy estrecha y fluida con González. La Casa Blanca de Biden siempre mostró una predisposición aparentemente inmutable para ayudar a la Argentina, y jugó un papel en la aprobación del programa vigente con el FMI, imponiendo su mirada ante una postura más dura del Tesoro. Massa también mantiene un vínculo cercano con el asesor de Biden, a quien recibió incluso en su casa de Tigre cuando visitó Buenos Aires, el año pasado.

La comida de trabajo, que está previsto que se realice en la residencia de Argüello, será una oportunidad para repasar la relación bilateral, el presente de América Latina, pero también la delicada situación política en la Argentina tras el intento de asesinato de la vicepresidenta, Cristina Kirchner. Estados Unidos condenó “enérgicamente” el intento de magnicidio.

Sergio Massa junto a Brian Nichols, jefe diplomático para la región
Sergio Massa junto a Brian Nichols, jefe diplomático para la regiónPresidencia

Massa se moverá en Washington con una agenda casi calcada a la que Argüello armó para Silvina Batakis a mediados de julio. A diferencia Batakis, Massa trae más caudal político y un fuerte ajuste ajuste a la capital norteamericana. Su llegada al Palacio de Hacienda generó expectativa, aunque sin llegar a despejar del todo el profundo escepticismo que reina hacia la Argentina. Massa ganó tiempo y es el primer Ministro de Economía con envergadura propia y el control total de la botonera, algo que Martín Guzmán y Silvina Batakis no tenían. Pero los problemas son los mismos, y algunos, como la inflación, han empeorado marcadamente. Economistas y analistas de Wall Street mostraron frustración ante la ausencia de un plan de estabilización integral luego de los primeros anuncios de Massa, a los que el banco de inversión J.P. Morgan describió como un “esfuerzo de curita”, una mirada extendida. La ausencia de ese plan integral y la crispación política que late en Buenos Aires son las principales preocupaciones entre quienes miran a la Argentina.Fte. LN