viernes 22 de noviembre de 2024 00:13:24

POLITICA: Acerca de la creación del Instituto de Revisionismo Histórico Manuel Dorrego opinión del Dr. Mariano Caucino

Foto: Dr. Mariano Caucino

La reciente creación del Instituto de Revisionismo Histórico Manuel Dorrego ha desatado, como era previsible, una polémica interesante.

Me permite brindar algunas impresiones personales:

1. El debate puso sobre el tapete la profunda intolerancia que sigue reinando entre nosotros. Prueba de ello es que tanto los miembros del nuevo Instituto como sus detractores no han admitido ningún mérito al otro, negando la misma existencia de otra opinión, cualquiera sea. Son ejemplos de esta intolerancia tanto el ataque masivo del hábil pero incompleto programa 6, 7, 8 como la masacre de toda la historiografía tradicional desde el diario La Nación. Las dos actitudes, son tan cuestionables una como otra.

2. Me permito reseñar que entiendo que el Brigadier General Juan Manuel de Rosas debe ser exaltado por su rol indispensable para la consolidación del poder en lo que podríamos llamar la proto-Argentina después de años de luchas civiles y de anarquía en Buenos Aires, así como por su defensa de la soberanía nacional en 1838 y 1845 frente a las grandes potencias mundiales de entonces pero no por ello dejar de reconocer como afirma Ravignani en Inferencias sobre Juan Manuel de Rosas- que el restaurador de las leyes era necesario en 1829 pero anacrónico en 1850 precisamente por su demora en institucionalizar el país.

3. Que Sarmiento y Avellaneda (y Roca con la Ley 1420) fueron los artífices de la educación pública en el país que dotó a la Argentina de una clase media educada y capacitada para el progreso como ningún otro país de la región y ello no implica dejar de reconocer los errores sin dudas cometidos por esos gobiernos.

4. Que el general Julio Argentino Roca , conquistador del Desierto y dos veces presidente constitucional fue el fundador de la Argentina moderna y su accionar brindó al país los elementos indispensables para la unidad del estado nacional: una moneda, un sistema educativo público uniforme en todo el país y un Ejército Nacional eliminando las milicias provinciales. Que sin su accionar en la conquista de la Patagonia esa región hoy no integraría el territorio argentino y que tampoco ello implica dejar de reconocer los errores que sin dudas fueron cometidos durante sus gobiernos.

5. Que Alem, Yrigoyen, pero tambin Figueroa Alcorta, Indalecio Gómez y Roque Saenz Peña jugaron un rol central en la demorada apertura política que la generación del 80 adeudaba a los argentinos y permitieron integrar a gran parte de la población a la vida poltica argentina mediante el voto secreto, universal y obligatorio.

6. Que la llamada década infame, aun con sus vicios reprobables en materia electoral, tuvo sin embargo elementos que deben ser reconocidos en cuanto a la notable capacidad de sus gobiernos especialmente el del general Agustín Justo- para adaptarse al nuevo orden mundial económico surgido tras la crisis de 1929/30 al punto que el plan Pinedo, aquí tan denostado (creación del Banco Central, juntas reguladoras de la carne, granos, etc.) no es más que la aplicación en nuestro país del New Deal de Roosevelt en los EEUU donde a nadie se le ocurre hoy en da cuestionar a ese gran estadista.

7. Que el general Juan Domingo Perón con su enorme liderazgo fue capaz de logra la asignatura pendiente de integrar a la clase trabajadora a la vida política argentina y de darle al pueblo argentino las condiciones de dignidad que no eran sino un mandato indispensable para la integración de la sociedad argentina y que esa tarea histórica es innegable y es reconocida por todos los argentinos sin que ellos implique olvidar los errores que se cometieron durante sus primeros gobiernos en materia de libertades públicas, etc.

8. Que la asignatura del desarrollo industrial, energtico, de caminos y de infraestructura en general tuvo un impulso extraordinario durante el gobierno de Arturo Frondizi y que fue la irracionalidad la culpable de derrocar a ese presidente incomprendido entonces y recin reivindicado tantas décadas más tarde.

9. Que el gobierno de Raúl Alfonsín en los años 80 tuvo el indudable mérito de recuperar la vigencia de las instituciones democráticas después de la larga noche de los aos 70 donde desde la extrema izquierda y desde la extrema derecha se cometieron innumerables e incalificables crímenes en nombre de mesianismos y que ello no significa olvidar sus grandes desaciertos en materia económica.

10.Que el gobierno hoy denostado de Carlos Menem en los años 90 terminó de consolidar la democracia iniciada por Raúl Alfonsín al tiempo que orden la economía nacional después de los estragos de la hiperinflación y del colapso de los servicios públicos en manos del Estado a fines de los años 80 y que todo ello se realizó en un clima de respeto irrestricto a la libertad de prensa y con plena vigencia de las instituciones democráticas y que ello tampoco implica dejar de reconocer los errores de su gobierno.

11.Que el presente gobierno con sus errores y sus aciertos también quedar en la Historia como una etapa central en la vida argentina y que dado que está en pleno desarrollo de su acción de gobierno no viene al caso aquí señalar la opinión pueda uno tener sobre el mismo.

12.Que el día que los argentinos podamos comprender que la Historia está plagada de aciertos y errores y que estudiarla sin anteojeras ideológicas ni demonizaciones es el camino para superar los desaciertos y construir un futuro en el que integremos lo mejor de cada etapa de la vida nacional respetando a quienes han participado en cada momento de la vida argentina entendiendo que en su mayora lo han hecho creyendo que su accionar era lo mejor para el país y no retroalimentando odios y pasiones mal entendidas que solo sirven para dividir y no para unir a los argentinos, entonces ese da habremos dado un paso importante en el camino de la madurez de la Patria y habremos cumplido el requisito indispensable para mirar al futuro y planificar el modo de alcanzar entre todos el destino de grandeza que nos habremos merecido.Por Mariano Caucino