POLITICA: El discurso de Cristina y seis propuestas que no marcan agenda
Por Pablo Mandarino. A lo largo de estos 11 años de gobiernos kirchneristas, pudimos observar que una de las obsesiones tanto de Néstor en su momento, como de Cristina desde el 2007, fue el completo y constante manejo de la agenda política mediática. Sin embargo, por primera vez desde el 2003, ese manejo parece haber quedado en manos de la oposición.
Como cada año, en el discurso realizado por la Presidenta de la Nación en la apertura de sesiones del Congreso Nacional, se esperaba que además de resaltar los logros más significativos del Gobierno Nacional, la mandataria, marque la agenda sobre algunos temas que pretende que sean discutidos más allá de ambas cámaras, ganando la polémica en las calles.
En este caso, Cristina, apeló a 6 temas que ya están en la actualidad de la discusión política, como el accionar de la Justicia en los casos de tomas de tierra como sucede en la Ciudad de Buenos Aires, una ley de “convivencia ciudadana” para evitar los continuos cortes de calle, y el control de los precios por parte de la gente y del Estado. Pero de todos modos, parece no haber logrado imponer nuevos temas que dominen la calle y los medios de comunicación.
Recordemos que en otras oportunidades, para esta fecha, el Gobierno Nacional se guardaba las mejores cartas para el discurso de apertura de sesiones, y así lanzar temas hacia la opinión pública para dominar la discusión de gran parte del año legislativo con las propuestas que interesaban al oficialismo, como el caso de la Reforma Judicial y el Memorandum de entendimiento con la República Islámica de Irán en el año 2013, e iniciativas como la extensión de la Asignación Universal por Hijo a mujeres embarazadas, el Estatuto del Peón Rural, la nueva ley de adopción etc. en otros años.
Una vez finalizado el discurso presidencial, la oposición, salió el recinto a ocupar inmediatamente ese terreno que dejó libre el gobierno y lanzó sus propios temas que intentan imponer tanto en las charlas de café de cualquier persona, como en todos los medios.
En el caso del ex Intendente de Tigre Sergio Massa, arremetió contra la Reforma del Código Penal impulsado por el Gobierno Nacional y anunció una campaña para juntar firmas para “concientizar y frenar esta locura que beneficia a los delincuentes y perjudica al ciudadano común”. Por otra parte, el resto de la oposición hizo lo propio con temas como la inflación, la inseguridad, el narcotráfico, la crisis energética etc. Ninguno de los temas mencionados por la Presidenta.
Las otras propuestas señaladas por la presidenta Cristina Fernandez de Kirchner al Congreso fueron, la posible modificación de la ley sobre el impuesto a los autos de alta gama, para la cual convocó a las automotrices; en cuanto a la educación invitó a la Asamblea legislativa a discutir sobre la distribución de los médicos en el país, ya que la cantidad con la que se cuenta debería ser suficiente para garantizar una correcta prestación médica. Y Además pidió a la oposición presentar una nueva ley si es que no están de acuerdo con el acuerdo con Irán por la causa AMIA, aunque resaltó: “El proyecto nuestro no debe ser tan malo”.
Al fin y al cabo, con este análisis no intentamos evaluar la importancia o no de los puntos abordados por la Presidenta en la apertura de sesiones del Congreso, solamente observamos que esa cuota de sorpresa que envolvía los discursos de cada 1° de Marzo en cuanto a cuáles serían los nuevos proyectos del Gobierno en materia política, social y económica, quedó vacante.
Con un comienzo de año que tuvo dos meses explosivos en cuanto a la situación económica, que obligó a maniobras de riesgo por parte del gobierno, es probable que la Presidenta no haya querido jugar fuerte para intentar continuar sin sobresaltos hasta pasar el temporal. Pero de esta manera, corre el riesgo de que la agenda mediática quede en manos de la oposición, y finalmente se terminen discutiendo y hablando de los temas que menos le conviene tocar al oficialismo.
Sin dudas es un año difícil, y si recordamos que otra de las virtudes del oficialismo desde el 2003 fue la de tener la inteligencia para saber en qué momento dar las discusiones, cuando acelerar y cuando frenar, podemos observar que justamente esa capacidad hoy le aconseja parar la pelota y jugarla para el costado, aun observando que la principal vidriera pública es ocupada por sus detractores.