sábado 27 de abril de 2024 08:17:54

CUÁLES SON LAS ESCASAS MUNICIONES QUE TIENE EL GOBIERNO PARA FRENAR AL DÓLAR

Las reservas líquidas están al límite. Los swaps son de difícil utilización. Y los bonos de la deuda pública valen cada vez menos

El ministro de Economía, Sergio Massa, avisó que la cartera que conduce y el Banco Central incrementarán la intervención sobre los mercados para aplacar la disparada de los dólares alternativos. El Gobierno ya lo viene haciendo hace meses en el mercado bursátil, puntualmente vendiendo a cuatro manos los bonos globales y bonar, para aplacar el precio del dólar Contado Con Liquidación, que pese a estas maniobras sube 15% en el mes.

El set de herramientas que tiene a su disposición el Gobierno para enfrentar la corrida cambiaria es bien acotado. Y eso el mercado lo sabe. Hoy las reservas brutas ascienden a algo más de US$ 36.000 millones de dólares. Pero las de libre y sobre todo rápida disponibilidad son muchísimas menos.

Daniel Fernández Canedo y Eduardo van der Kooy conversan acerca de la nueva suba del dólar, el rol de Cristina Kirchner y Sergio Massa y cómo repercute la escalada de la divisa en la relación con el FMI.

A continuación, un repaso por las reservas del Banco Central, según un informe elaborado por Sebastián Menescaldi, de la consultora Eco Go.

– Por el lado del Banco Central el mercado calcula que el organismo que preside Miguel Pesce cuenta con 1.200 millones de dólares de reservas netas, líquidas y disponibles. Es un stock muy chico con el que hay que abastecer varias bocas, además de los importadores. Hay deudas soberanas, de provincias, los propios intereses que se le abonan al Fondo Monetario. Esos serían los dólares que están más a mano. “Los importadores son los últimos, y de hecho las ventas a ellos han disminuido dramáticamente en los últimos días” dijo un analista.

– También están los encajes de los depósitos en dólares. Son unos 11.000 millones de dólares y en verdad son dólares de los ahorristas que tienen sus divisas depositadas en los bancos. Ocurre que los bancos están obligados a inmovilizar los dólares que no están destinados a financiar líneas de crédito a exportadores. Los encajes están computados como “pasivos brutos”, pero a fin de cuentas son fungibles y el Banco Central los podría utilizar si así lo desea.

– En esta misma categoría, pero de más complicado acceso, están el swap con China , por el equivalente a casi 19.000 millones de dólares. Hay otro swap con el Banco de Basilea por 3.000 millones y un tercer swap con la empresa SEDESA (garantía de depósitos ) por 1.760 millones de dólares. SEDESA depende del sistema financiero y en este caso se trata de dólares que ya hace unos años tenía en su poder y el BCRA se los tomó a préstamo.

Ninguno de estos swaps se presta a convertirse a dólares de manera fácil y rápida. Los chinos habilitan el swap para financiar el pago de importaciones desde China y su utilización ha sido hasta ahora marginal. El swap con el Banco de Basilea (Bank for International Settlements o BIS) son dólares prestados por esa institución que están depositados a plazo fijo allí mismo.

Después están las reservas en oro (US$ 3.976 millones que se pueden poner como garantía de un préstamo) y los DEGs, la moneda del Fondo Monetario Internacional, que trepan a 3.107 millones de dólares.

Y finalmente están los títulos públicos que se reparten entre el Banco Central y, fundamentalmente, el Fondo de Garantía de Sustentabilidad que administra la ANSeS Estos son los papeles que se vienen utilizando para aplacar los precios de los dólares MEP y Contado Con liquidación. Con resultado escaso, por lo visto hasta ahora.

Estos bonos cotizaban a cerca del 25% de su valor nominal. De modo que, a valor de mercado el sector público contaría con papeles por US$ 6800 millones. Si se los computa al 20% de su valor actual (se desplomaron en estos días) ese monto se reduce a 5.500 millones de dólares.

Estos papeles están rindiendo una tasa cercana al 60%. Cada bono que pasa del sector público al sector privado significa que crece la deuda neta, es decir la que está en manos de acreedores privados, que están comprando bonos a precios de remate. En otras palabras, se está privatizando deuda a un costo altísimo.

Los números denotan que la capacidad de intervención del Gobierno para frenar una corrida del tipo de cambio es bien limitada. De ahí la desesperación oficial para conseguir un refuerzo de dólares frescos por parte de organismos multilaterales de crédito o incluso líneas de financiación directa de otros gobiernos.

Los funcionarios ya están al tanto que, al menos el FMI, estaría reacio a prestar dólares para que el Gobierno los venda al precio actual del mercado oficial. Es decir, reclamarían que primero se blanquee una devaluación del peso más grande que la que viene haciendo el BCRA hasta ahora.