martes 21 de mayo de 2024 13:37:44

INCERTIDUMBRE Y PREOCUPACIÒN POR LOS CANDIDATOS QUE ELEGIRÀ CRISTINA PARA LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES

Alberto Fernández, Cristina Kirchner y Sergio Massa asumen que los nombres definitivos serán leídos como la expresión del poder real en el Gobierno. Se acercan días decisivos, y el veredicto final sobre las listas se conocerá el próximo sábado

Alberto Fernández desplegó su tablero político bajo el eje rector de la unidad para la campaña. El Presidente se mostró con referentes del Frente Renovador, de los movimientos sociales afines al Gobierno, y con intendentes más o menos cercanos. El plan era mostrar una foto, también, con Cristina Kirchner, protagonista clave del engranaje pre-electoral. Para ello se apuntaba a una cita pública en El Calafate, pero el evento quedó suspendido hasta nuevo aviso. A días del cierre de listas del sábado 24, la gran pregunta en la Casa Rosada, donde abundan las reuniones y conversaciones sobre candidaturas entre presiones del kirchnerismo duro sobre el Gabinete, es por el plan de Creistina para la lista en la provincia de Buenos Aires.

Alberto Fernández estuvo el lunes en el Museo del Bicentenario junto a la titular del PAMI, la camporista Luana Volnovich, por el lanzamiento del plan Conectar Igualdad Ushuaia -marca creada durante el gobierno de Cristina Kirchner, reivindicada por la propia vicepresidenta en Lomas de Zamora hace diez días-, y la firma de un convenio para la construcción de la primera residencia de adultos mayores.

El martes, el primer mandatario hizo más anuncios para jubilados, también en Lomas, junto al gobernador Axel Kicillof y el intendente cercano a Máximo Kirchner, Martín Insaurralde (nuevamente, con Volnovich). El miércoles participó, con un mensaje grabado, en el acto donde Barrios de Pie y Movimiento Evita sellaron la unidad ante la campaña. Y al día siguiente estuvo junto a la titular de Aysa, Malena Galmarini, dirigente del Frente Renovador y esposa de Sergio Massa, en la inauguración de una planta depuradora en Presidente Perón, Guernica, en la provincia de Buenos Aires. Casi todos los casilleros del esquema de poder del Frente de Todos en la Provincia habían sido tildados, como estaba planeado.

El acto con Cristina Kirchner en el Sur estaba previsto para el jueves y era esperado por todos los espacios como una instancia de encuentros. En un lugar retirado, las comitivas que planeaban acompañar al jefe de Estado y la Vicepresidenta podrían aprovechar para conversar con tranquilidad sobre el tema central de las candidaturas.

Representantes del entorno de Sergio Massa y los movimientos sociales también se habían anotado para viajar y se desilusionaron cuando se dio de baja. Cerca de la ex presidenta argumentaron que la suspensión era por cuestiones personales, pero negaron que el evento, que se gestaba desde la semana previa, fuera impulsado como una señal de unidad política. “No es necesario mostrar nada”, dijo un vocero de La Cámpora.

El cónclave, organizado desde YPF, iba a girar en torno a la presentación del esperado proyecto de hidrocarburos. Algunas versiones apuntaban que el freno se debió a que el documento final de esa iniciativa no estaba cerrado. Empresarios del sector también estaban al tanto del evento, y lo esperaban, ávidos por conocer los detalles de la norma, por ahora misteriosa (solo hay borradores que circulan entre las oficinas de las compañías, donde no hay certezas sobre el programa que tiene en mente el Gobierno, y dialogan por lo bajo, en búsqueda de definiciones, con funcionarios de la Secretaría de Energía). Todavía no está descartado que la cumbre se lleve a cabo. Quizá se celebre esta semana, en otra locación, cerca de Vaca Muerta, el yacimiento petrolero clave ubicado en Neuquén.

Más allá del hecho público, en los últimos días se especuló sobre una reunión a solas entre Alberto Fernández y Cristina Kirchner durante el fin de semana previo a la inscripción de candidatos, durante la cual la Vicepresidenta haría conocer sus planes al Presidente. Nadie se atrevía a confirmarlo.

El tipo de perfil que busca el Presidente para las candidaturas está claro. Las listas, desde su perspectiva, deberían estar lideradas por figuras moderadas, que resuman al Frente de Todos, que sepan comunicar y defender el Gobierno, pero se mantengan al margen de la confrontación. En especial en una campaña donde se plebiscitará la gestión, principalmente en términos sanitarios, y, en menor medida, económicos, pero con un reconocimiento sobre las promesas no cumplidas por la pandemia.

Se considera al legislador porteño Leandro Santoro, amigo de Alberto Fernández, como una posibilidad “fija” para encabezar la lista en la Ciudad de Buenos Aires. El jueves, el referente de Los Irrompibles visitó la Casa Rosada. Y la semana previa se había tomado una foto con el jefe de Estado, que publicaron en las redes sociales. Quizá lo secunde la asesora presidencial, Cecilia Nicolini. En Balcarce 50, donde tiene despacho la funcionaria que lideró las negociaciones internacionales por las vacunas junto a la ministra de Salud, Carla Vizzotti, lo desmienten.

Pero por ahora, la ex presidenta guarda celosamente los nombres de las figuras para su plan electoral. Bajo su órbita se escuchan los nombres del intendente Martín Insaurralde (Lomas de Zamora) y de las referentes de La Cámpora que ostentan roles clave en la gestión: las titulares de la Anses, Fernanda Raverta, y del PAMI, Volnovich, ambas reticentes a competir por una banca.

Circulan rumores, pero todas las posibilidades están abiertas, y en el Gobierno hay dudas por la definición final. Temen por la imposición de un “tapado” que sacuda el tablero. Hay dos antecedentes cercanos: el sorpresivo nombramiento de Alberto Fernández como candidato a presidente por el Frente de Todos, en 2019; y la designación, en 2017, de la hasta entonces poco conocida economista Fernanda Vallejos como cabeza de lista para Diputados.

Uno de los nombres podría imponerse, según confía un armador, es el del embajador en Brasil, Daniel Scioli, que por sus roces históricos con la ex presidenta podría aparecer como la opción menos pensada.

Sin determinaciones claras, en La Càmpora asefguran que el rol de Cristina se cebntrarà principalmente en las cabezas de las nòminas y que estarà lejos del “poroteo”

El detalle de las negociaciones quedará en manos de Máximo Kirchner, Sergio Massa y Alberto Fernández, aunque en el kirchnerismo duro aseguran que la mayor preponderancia la tendrán el jefe camporista que lidera el bloque oficialista en Diputados y el presidente de la Cámara. La vice vetará o dará el visto bueno a los nombres “de cola”.

“Acá la decisión principal la tiene la dupla Massa-Máximo”, dijo un vocero, y deslizó al tándem como una posible fórmula del peronismo para la Presidencia y la gobernación bonaerense en 2023. Faltan más de dos años, pero los resultados electorales de las Legislativas de septiembre y noviembre plantearán los lineamientos del Gobierno para los dos años siguientes, con el horizonte en los próximos comicios presidenciales, donde también se anotarían Alberto Fernández, el gobernador Axel Kicillof.

Algunas señales indican que los hombres y mujeres que el Presidente quiere llevar a las listas tendrán mayor presencia en la Ciudad que en la Provincia. En los últimos días, los armadores del PJ porteño Víctor Santa María, y del camporismo, Mariano Recalde, recibían en sus oficinas a dirigentes de distintas extracciones.

Los rumores sobre la postulación de funcionarios nacionales de peso siguen vigentes ante el inminente cierre del sábado. La posibilidad de una candidatura del jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, por presión del kirchnerismo para que deje vacante el puesto está en pie, y en la Casa Rosada mantienen la negativa. Según se pudo saber, el líder del Grupo Callao, que armó buena parte de la campaña de 2019, estuvo tanteando a figuras del mundo “albertista” para las listas porteñas.

En tanto, el nombre del ministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo, está prácticamente confirmado como representante de la gestión nacional en las listas, si bien nadie espera que lidere la nómina. En el Gabinete, además, se escucha como opción el nombre del titular de Obras Públicas, Gabriel Katopodis.

Hace dos sábados, el Presidente vio el partido de Argentina contra Brasil junto a su amigo, Enrique “Pepe” Albistur, y su esposa, la funcionaria de su gobierno, Victoria Tolosa Paz. Los tres suelen encontrarse para compartir momentos distendidos, pero los temas políticos suelen transformarse inevitablemente en el centro de las conversaciones. Ahora, con un condimento extra: la presidenta del Consejo Nacional de Coordinación de Políticas Sociales es una de las principales apuestas del primer mandatario para encabezar la lista en la Provincia de Buenos Aires.

El jueves, Albistur estuvo en la Casa Rosada con agenda reservada. Una fuente del Gobierno negó que el ex secretario de Medios de Néstor Kirchner haya ido para discutir sobre la candidatura de su esposa. “Pepe no es Victoria, ni va a hablar en su nombre”, juró un vocero. En cambio deslizaron que el experto en comunicación política y artífice de las campañas más importantes durante la primera parte del kirchnerismo -hasta 2008, cuando se distanció- se transformó últimamente en hombre de consulta del Gobierno sobre los lineamientos de la carrera proselitista de este año.

Mientras tanto, en el entorno de Alberto Fernández dejaron entrever cierto malestar con las pretensiones de Massa de ocupar más lugares en las listas de lo que le correspondería, y mencionaron como opción a Galmarini y al ex presidente de la Unión Industrial Argentina, José Ignacio de Mendiguren, hoy presidente del BICE, pero desde el Frente Renovador negaban todo: “No estamos pensando en cantidad de lugares y Malena no va a ser candidata”, dijo un vocero, tajante. En el massismo prefieren hablar de los ejes “de identidad” del espacio dentro de la coalición de gobierno, orientados a la clase media trabajadora, con las banderas de impulso de políticas de alivio fiscal, como las reformas del impuesto a las Ganancias y del monotributo.

También los movimientos sociales discuten lugares en las listas, mientras ejercen presión sobre las orientaciones de las políticas para los sectores vulnerables. Insólitamente, Alberto Fernández buscaba por estos días que se suspenda una marcha a su favor anunciada por la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (Utep). Quizá, por la dualidad con la que se planteaba la manifestación.

Esos sectores vienen presionando al Presidente para que habilite erogaciones significativamente más contundentes en ayudas sociales orientadas al trabajo a través de la creación de un “salario universal”, que exigiría entre 2 y 3 puntos del PBI. El principal impulsor de esa medida, en diálogo con La Cámpora, que mantiene la reserva pero exige mayor compromiso con esos sectores, es el dirigente del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE), Juan Grabois. La iniciativa se aleja de la postura de cuidado de las cuentas públicas que vienen manteniendo el ministro Daniel Arroyo y su par de Economía, Martín Guzmán, el principal encargado de las negociaciones con el FMI. A una semana de conocerse las listas, existe una pulseada sigilosa entre los distintos socios de la coalición de gobierno. Por Brenda Struminger.Fte. I