jueves 25 de abril de 2024 08:47:45

ANTE REACCIONES POSITIVAS AQUÍ Y EN EL EXTERIOR EL GOBIERNO AVANZA CON LA MEGA LEY ECONÓMICA

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El Presidente mantuvo con Kristalina Georgieva un diálogo “marco” y no único, podría decirse, sobre el planteo político de su gestión

“Los mercados están reaccionando bien”. La frase vuelve a sonar en medio de la Casa Rosada, con nuevo presidente y nuevos funcionarios. No son palabras para la propia platea. Es un alivio en días iniciales de tensiones, algo contenido y a distancia del discurso público. Las charlas con el FMI y los contactos con representantes de grandes inversores-bonistas vienen desde hace rato y ahora empiezan a ser computadas las primeras reacciones frente al megaproyecto de emergencia que avanza en el Congreso. La cotización de los bonos y la baja el riego país ganan otra vez las miradas.

Alberto Fernández eligió un escenario con empresarios de primera línea para responder algún interrogante no explícito sobre la articulación de su programa y ratificar el camino de conversaciones fluidas -según se encargan de dejar trascender aunque sin muchas precisiones- con el FMI. “No estamos improvisando”, dijo, y agregó que el Fondo acepta “esta lógica de trabajo” para ordenar la economía como primer paso. Ese mensaje, que siempre busca enfatizar el carácter dramático de emergencia, lo dio ayer mientras en Diputados empezaba a avanzar el trámite de la ley que el oficialismo impondría a ritmo de vértigo.

Las declaraciones presidenciales, con los cuidados del caso, están en línea con al menos tres ingredientes de este complejo camino de expectativas, ajuste con fuerte perfil fiscal y decisiva negociación de la deuda. En primer lugar, los contactos para ganar confianza en la relación con el Fondo, que habrían incluido el envío del primer texto del proyecto que debate el Congreso, según precisó Infobae, luego modificado para garantizar el trámite legislativo. En segundo lugar, la información dejada trascender y según la cual existiría un guiño previo del FMI a la suba de retenciones. Y en tercer término, los pasos dados para avanzar de manera simultánea en el vínculo con la administración Trump.

El Presidente mantuvo con Kristalina Georgieva un diálogo “marco” y no único, podría decirse, sobre el planteo político de su gestión. Y Martín Guzmán se encargó de la conversación específica sobre los proyectos, primero como orientación y bosquejo. Las tratativas, que en algún momento inaugural tuvieron a otros expositores, fueron avanzando así en precisiones. Y agregaron naturalmente al encargado de la misión para la Argentina, Luis Cubeddu.

En rigor, el cambio más notorio respecto del texto original tuvo que ver con un artículo – muy de máxima– que en la práctica le daba al Presidente un enorme poder para reformar el Estado. Ese artículo fue podado –tal vez, estaba en los planes originales- para asegurar la votación en Diputados. La iniciativa conserva de todos modos, y a pesar del impulso a otra modificaciones menos notorias, el núcleo de la delegación de facultades al Presidente.

Las negociaciones en el Congreso estuvieron a cargo de Máximo Kirchner y Sergio Massa, y contaron con la colaboración precisa de Graciela Camaño. Eso terminó de asegurar el respaldo práctico ya prometido por Roberto Lavagna –con renovado trato para encabezar alguna forma de Consejo Económico y Social- y fue clave para destrabar algún grado de entendimiento funcional con el interbloque de Juntos por el Cambio, a cargo de Mario Negri.

Los efectos en los mercados deberían ser tomados siempre con cautela. De todos modos, al menos como primera impresión, el proyecto provocó reacciones consideradas positivas y que a la vez exponen el apoyo a sus características centrales. La suba en papeles públicos y privados, y la caída del riesgo país por debajo de los 1900 puntos –una mejora, en los niveles extraordinarios que arrastra-, son atribuidas a una lectura más o menos única de los mercados.

Todo se resumiría en tres renglones. El primero: mayor solvencia fiscal por vía de impuestos y retenciones crecientes, con el agregado a escala provincial que representa congelar el Pacto Fiscal. El segundo, en la misma línea: suspensión y revisión del sistema de movilidad jubilatoria. Y el tercero: mensaje de pago de vencimientos de la deuda en el inicio de la renegociación.

Si se cumplen los planes máximos del Gobierno, la megaley estará lista mañana. Si no, sería entre las celebraciones de Navidad y Año Nuevo. Fte. textual Infobae

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