domingo 19 de mayo de 2024 20:43:53

EL CONSULTOR CARLOS FARA HABLA SOBRE “SINCERI-DAD/CIDIO” DEL PRESIDENTE

0

El factor Lavagna”- parece ir quedando claro para dónde apunta la comunicacional del gobierno frente a este crítico escenario socioeconómico

Por: Carlos Fara. Post el controversial cierre de discurso del presidente en la Asamblea Legislativa –el que comentamos en esta columna como “Los colmillos del presidente”, y al que le dedicamos una posdata la semana pasada en “El factor Lavagna”- parece ir quedando claro para dónde apunta la comunicacional del gobierno frente a este crítico escenario socioeconómico.

En “Los colmillos…” dijimos que “Si el Macri del Congreso se verifica permanente en el tiempo, implica un volantazo importante, pues ya no apostaría a un estilo tan light y despolitizado”. Se verifica esto? Más o menos. En realidad, más menos que más.

 

  1. La victimización: soy un tipo común. Dijo el presidente en el reportaje de Majul: “No es un buen trabajo el de ser presidente”. Así apunta a que lo está haciendo por servicio a la Patria, no porque sea algo para disfrutar. Sin embargo, las frases hay que evaluarlas en el contexto del estado de ánimo de la opinión pública. En la práctica de la consultoría siempre sometemos a dura prueba los mensajes en función de cuánto contradice la lógica dominante. Luego de observar varias decenas de grupos focales en las últimas semanas, la réplica ciudadana a la frase de Macri sería: “sí, me imagino que es duro, pero ¿y para qué te metiste? ¿no sabías que eso era una jungla?”. Es decir, remarca debilidad, y no la garra que está reclamándole la sociedad. Esa “sinceridad” no ayuda en este contexto.

 

  1. Torear a Lavagna: ya lo había hecho la semana pasada el ministro Dujovne, y lo volvió a hacer el presidente. Error por partida cuádruple: a) si alguien no sabía quién era Lavagna, el gobierno se está encargando de ayudarlo; b) el ex ministro hoy es la gran amenaza al gobierno por su potencial de capturar desencantados, de modo que están alimentando a su verdugo; lo lógico sería ayudar a Massa y Urtubey para fragmentar a la confederación peronista; c) si Lavagna era en parte culpable de la crisis que se heredó ¿por qué no lo dijeron antes?; y d) supongamos que Lavagna es el culpable (lo cual no compraría fácil el electorado), ¿y el gobierno después de 3 años qué tiene para mostrar?

 

  1. El presidente y su padre. Lo había manejado muy bien hasta acá: bueno o malo, al final era su padre; se difundió mucho lo difícil de ser el hijo de Franco, la subestimación de aquél a Mauricio, la reconciliación tardía, la última etapa de su vida, etc. Traerlo a Franco, una vez fallecido, a colación respecto a la corrupción de la obra pública, casi como víctima de un sistema que lleva décadas, parece poco feliz. Para la opinión pública ahí no hay víctimas y victimarios, sino “en el mismo lodo, todos manoseados”. El presidente sabe que el apellido de su familia siempre estará ligado a un pasado oscuro. Hubiese sido preferible que lo mantenga en lo humano y no llevarlo a lo político.

 

 

Manejar una adecuada comunicación para cuidar los activos del posicionamiento del presidente, más aún en un contexto harto negativo, es una tarea muy compleja hasta para el más pintado, de manera indiscutible. Precisamente por eso discernir entre la sinceridad y el sincericidio es una tarea que requiere un sexto sentido.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *