MACRI, CRISTINA O ¿BOLSONARO ARGENTINO?

POR DAVID LEON. Si nos pusiéramos a pensar un poquito en el futuro político que se nos viene, podríamos concluir que a esta altura del año próximo, el 11 de noviembre del 2019, ya sabríamos quien será la persona elegida para cubrir el cargo de Presidente de la República Argentina. Sin embargo, hoy nos invade la intriga y si nos ponemos a pensar que el actual Presidente no ha sido el centro de la confianza del pueblo, con más razón deja la puerta abierta para preguntarnos ¿quién se sentará en el sillón de Rivadavia a partir de diciembre del 2019?

Pues bien, si analizáramos rápidamente los candidatos que se denotan claramente, hoy por hoy, Mauricio Macri y Cristina Fernández de Kirchner (CFK) se llevan una página a parte en éste análisis, en comparación con el resto. Ellos solitos, se los podría analizar y comparar futbolísticamente,  como una especie de “Boca vs. River” político, un superclásico de las urnas con todas las letras, hasta con “hinchadas” que tienen características similares a la de los clubes más populares del fútbol Argentino. Macri tendría a casi todo el ala liberal y algún sector de lo que sobrevive de la llamada clase media apoyándolo y CFK tendría a la popular de su lado, por decir algo. Lo cierto es que, uno con el discurso de la honestidad, pero con un presente económico que lo pone cuesta arriba en la carrera electoral y la otra, que se encuentra a manotazos tratando de tapar el pasado ripioso que sumergió a la República en la década más nefasta de la historia, los pone a ambos en una condición similar. ¿Cuál es la condición similar? Esa condición hace referencia a que ambos baten records de imagen negativa. Gran parte del electorado detesta a uno u otro y esa distinción está muy marcada en el electorado. Así nos lo hizo saber las encuestas de la consultora Circuitos, durante el mes de septiembre y esta cuestión no ha variado mucho.

Ahora bien, si sacamos la mirada de estos candidatos y si buscáramos a quien votar hoy, suponiendo que se candidatearan, tendríamos que elegir entre un Sergio Massa, que se encuentra debilitado luego de que su Frente Renovador se hiciera pedazos en las últimas semanas y además, tenemos que sumarle que el electorado no le saca de encima el estigma de haber salido del seno del kirchnerismo. ¡Fenómeno! Si no nos quedamos con el peatón de la amplia avenida del medio ¿entonces quién? Por lo bajo se menciona el nombre de un “piloto de tormentas estilo 2002” hablo de Roberto Lavagna, un candidato que vendría auspiciado por el histórico Justicialista de cabeza prominente, estoy hablando del hincha de Banfield, el Dr. Eduardo Duhalde. ¡Vaya banca consiguió Roberto! Pero… como se dice en política, el ex Ministro de Economía no mueve el amperímetro y ahí quedaron las aspiraciones de los históricos, aunque tengan por seguro, que no se quedarán de brazos cruzados.

Podríamos pasar horas mencionando otros candidatos de menor envergadura, Pichetto, Urtubey, Lilita y muchos otros, jóvenes promesas, pero… ¡Esperen un momento! En los días próximos pasados, se ha visto un señor que viene de Salta y que utiliza campera amarilla, quien manifestó que será candidato a Presidente y que dice tener los valores bien puestos e inamovibles, hablo del señor Alfredo Horacio Olmedo, actual Diputado por la Provincia de Salta, quien  en 2007, fue electo Senador provincial. En aquel momento, propuso un “servicio militar comunitario”, donde proponía a nivel provincial una especie de servicio militar con formación en oficios para jóvenes que no estudiasen ni trabajasen. Esto último da muestra de los pensamientos de este señor, me moviliza a preguntarme obligadamente ¿apareció el “Bolsonaro argentino?

Para ir concluyendo, falta mucho camino por recorrer de aquí a las elecciones, sin embargo, no es muy descabellado pensar que el electorado argentino quiera volcarse por otro tipo de candidato, quizá uno que muestre ser más riguroso y que demuestre tener los valores que otros perdieron por el camino, por ahí ¿Quién dice? Y Olmedo sea el próximo Presidente de los argentinos, daría muestras contundentes de que el pensamiento latinoamericano está evolucionando velozmente.