viernes 22 de noviembre de 2024 11:40:00

elecciones-2015-2032735w300Martín Lousteau quedó tercero detrás de Horacio Rodríguez Larreta y Gabriela Michetti, superaba a Mariano Recalde, y Energía Ciudadana Organizada (ECO), el frente que heredó al extinto frente UNEN, se imponía al Frente para la Victoria en las PASO porteñas de ayer.

«Martín Lousteau es el candidato opositor más votado.» En el búnker de ECO, montado en el Palais Rouge, la frase empezó a sonar al filo de las 21, cuando todavía no había datos oficiales y las mesas testigo le daban a Lousteau una diferencia clara respecto de Recalde, pero no sobre la suma de los siete candidatos del FPV.

Por eso, cuando subió al escenario, media hora después, Lousteau se ató al libreto de la cautela. «Esto recién empieza. Hoy demostramos que se pueden hacer las cosas distinto sin hacer uso obsceno del aparato estatal», dijo con la mira en Rodríguez Larreta y Recalde por igual.

En el escenario lo flanqueaban su compañero de fórmula, Fernando Sánchez, y su primer candidato a legislador, Roy Cortina. También sus rivales internos, Graciela Ocaña y Andrés Borthagaray, a quienes les agradeció haber compartido interna y los invitó a sumarse «a la campaña que empieza». El clima era de alegría, aunque contenida. Mucho más contundentes que Lousteau habían sido un rato antes Elisa Carrió y Ernesto Sanz, los dos precandidatos a presidente que, aliados con Mauricio Macri a nivel nacional, apoyaron la candidatura del ex ministro de Economía de Cristina Kirchner.

«Martín Lousteau está en el ballottage y ganando», exclamó una Carrió exultante, envuelta en un chal rojo furioso. «La Capital es de la República y no de La Cámpora y de Aníbal Fernández», remató después de saludar «especialmente» a su «amiga» Michetti.

La mención del jefe de Gabinete no fue casual. Minutos antes, Fernández había anunciado el tercer puesto de Recalde desde el comando kirchnerista.

Sanz repitió el mantra del «candidato opositor más votado» y aportó una mirada global. Destacó que el kirchnerismo sólo ganó una de las cinco elecciones distritales que ya pasaron (Salta) y advirtió que mientras el desempeño de Lousteau «es un piso, pero no un techo», el FPV alcanzó ayer el máximo de votos al que puede aspirar.

A esa altura, Lousteau, que ya estaba en el primer piso del Palais Rouge comiendo empanadas con sus colaboradores, tenía en sus manos el resultado de 60 mesas testigo. La muestra, de unos 12.000 votos, lo ubicaba cinco puntos arriba de Recalde. La suma de los candidatos de ECO estaba «parejísima» con la de los del FPV.

Como se esperaba, el combate discursivo con el kirchnerismo porteño y el Gobierno por la lectura de los resultados y la pelea por el tercer puesto fueron anoche los ejes de todas las elucubraciones.

El optimismo empezó a circular, tímido, apenas pasadas las 21, cuando ya se sabía que «en cualquier momento» Michetti reconocería su derrota frente a Rodríguez Larreta y minutos después de que Aníbal festejó la elección de Recalde.

La euforia fue trepando al ritmo del escrutinio oficial. A las 22, con un tercio de las mesas escrutadas, la diferencia con Recalde ya rondaba los cuatro puntos y la distancia respecto del FPV consolidado empezaba a despuntar. En el Palais Rouge subió el volumen de la música y empezaron a escucharse los cantos de la militancia, dominada por «los pibes de Roy Cortina». Lousteau hacía entrevistas para televisión.

Todos en el búnker hablaban ya de la «nueva campaña». Confiados en retener los votos de Ocaña y en heredar casi la mitad de los de Michetti, los principales operadores de Lousteau delineaban los ejes de la etapa que empieza hoy. «Para la elección general la clave va a ser polarizar con Pro y evitar la nacionalización a toda costa», sintetizó ante LA NACIÓN uno de ellos.

A las 23.45, había un 60% de las mesas escrutadas y el frente de Lousteau le sacaba cuatro puntos al FPV de Recalde. Lousteau se preparaba para salir en otro móvil de TV cuando llegó su mujer, la actriz Carla Peterson. Juntos se escurrieron para festejar en el primer piso. La noche terminaba con un escenario más que alentador.