martes 15 de octubre de 2024 09:31:25

ROMA: Francisco estaría en la mira de la mafia calabresa

600x0_642378La alarma llegó ayer de boca del viceprocurador de Reggio Calabria, Nicola Grattari, que en una entrevista publicada en la tapa del diario Il Fatto Quotidiano, titulada “Papa Francisco, atención a la mafia”, advirtió que el jefe de la Iglesia Católica, un pontífice que no teme condenar la podredumbre de los corruptos ni a los mercaderes de la muerte, está en peligro.

“El Pontífice quiere hacer limpieza, pero esto no le gusta a la ‘Ndrangheta [mafia calabresa]. Quien se nutrió del poder de la Iglesia está nervioso. Si los boss [jefes] de la mafia pudieran, le meterían la pata; es un peligro”, dijo Gratteri.

De 58 años y autor de diversos libros, este magistrado vive bajo custodia desde 1989 y, en junio, fue designado por el premier italiano, Enrico Letta, miembro de una task force para elaborar propuestas para la lucha contra el crimen organizado.

Como arzobispo de Buenos Aires, Jorge Bergoglio respaldó el combate a las mafias, especialmente las que lucran con el trabajo esclavo, la prostitución, la trata de personas y el tráfico de droga.

Desde que fue elegido para ocupar el trono de Pedro, hace ocho meses, siguió insistiendo, con fuertes palabras, sobre los mismos temas. Incluso le pidió a la Pontificia Academia de Ciencias, que preside un argentino, el arzobispo Marcelo Sánchez Sorondo, que organizara un seminario internacional sobre trata de personas, la esclavitud moderna, que tuvo lugar a principios de mes.

“Este papa está en el buen camino. Desde el principio, lanza señales importantes: lleva un crucifijo de plata, rema contra el lujo. Es coherente, es creíble y apunta a hacer limpieza”, aseguró Gratteri, y destacó que la mafia, especialmente la “mafia financiera”, está más que inquieta. “Bergoglio está desarmando centros de poder económico en el Vaticano.”

Ante la pregunta de Il Fatto Quotidiano sobre si el Papa está en riesgo, Gratteri no ocultó su preocupación. “No sé si el crimen organizado está en condiciones de hacer algo, pero seguramente está reflexionando. Puede ser peligroso”, afirmó.

“Los padrinos con coppola (tradicional sombrero siciliano) no existen más: están muertos o en la cárcel. Pero el mafioso que invierte, que recicla dinero y que por lo tanto tiene poder, que durante años se benefició de la connivencia con la Iglesia, se está poniendo nervioso”, agregó.

La seguridad del Papa -un papa más impredecible y movedizo que su antecesor- se encuentra en manos del comandante de la Gendarmería, Domenico Giani, que no teme a las amenazas externas lógicas contra una figura como la del jefe máximo de la Iglesia Católica. De hecho, Giani montó un dispositivo de protección especial para que el papa argentino, a quien le gusta estar cerca de la gente, pueda hacerlo a través de un escudo bastante “invisible”, que es a la vez eficiente y discreto.

En cuanto a la relación entre la Iglesia y la mafia, Gratteri describió esa interacción que siempre hubo entre dos mundos que deberían ser como el agua y el aceite, pero que suelen mezclarse peligrosamente en un libro que acaba de escribir junto con un historiador, titulado Acqua santissima(Agua santísima).

En el pasado, diversos mafiosos supieron tejer virtuales alianzas con la Iglesia Católica. Y era y es normal encontrar en los escondites de padrinos y fugitivos biblias, estampitas y rosarios, al lado de los kalashnikov.

“No hay rito de afiliación mafiosa que no aluda a la religión. Ndrangheta e Iglesia caminan de la mano”, aseguró Gratteri.

El procurador destacó que, por ejemplo, después de una sentencia de la casación en contra de un mafioso, el obispo de Reggio Calabria dijo que quizás podía tratarse de un error judicial. Y contó que, hace unos años, la hija de un conocido padrino de un clan de la zona se casó en la catedral de Reggio Calabria, con una bendición papal.

“Hay curas que van a tomar el café en la casa de padrinos mafiosos, regalándoles fuerza y legitimización popular”, denunció, al relatar, por otra parte, que según un sondeo que realizó en diversas cárceles, el 88% de los mafiosos entrevistados se declara religioso. “Antes de matar, un mafioso de la Ndrangheta reza: le pide protección a la Virgen”, explicó.

Más allá de esto, no sorprende que las palabras de Francisco inquieten. Cuando peregrinó en julio a la isla de Lampedusa, puerta de entrada de miles de inmigrantes desesperados, denunció con fuerza a las mafias que lucran con este drama.

Antes, durante un Angelus del 26 de mayo, al recordar la beatificación en Palermo de don Giuseppe Puglisi, sacerdote asesinado en 1993 por la Cosa Nostra, fustigó con fuerza el crimen organizado. “Pienso en el dolor de tantos hombres y mujeres, también niños, que son explotados por tantas mafias, que los hacen esclavos. Detrás de esta explotación y estas esclavitudes están las mafias”, denunció el Papa, que terminó pidiendo a los mafiosos que se conviertan, como ya lo había hecho Juan Pablo II en un histórico viaje a Sicilia, en 1993.