CASO AMIA: En secreto se realizó una reunión en Ginebra entre Argentina e Irán
Hubo un hermetismo extremo. El canciller Héctor Timerman ordenó a todos sus funcionarios que «nadie hable del tema» y en el Palacio San Martín se cumplió a rajatabla esa decisión: no se emitió información oficial sobre la reunión de dos horas que protagonizaron ayerrepresentantes de los gobiernos de Irán y de la Argentina en la sede de la ONU en Ginebra, para intentar avanzar en la causa del atentado contra la AMIA.
El silencio de la Cancillería resultó sugestivo si se tiene en cuenta el malestar que despertó en la comunidad judía argentina y en Israel la decisión del Gobierno de contactar a Irán. Ayer, referentes de la AMIA y la DAIA se quejaron por la falta de información de la reunión. Aun así, nadie del Gobierno habló sobre los resultados de la reunión en la que se preveía evaluar un mecanismo legal a seguir en la investigación judicial en la que están acusados ocho funcionarios y ex funcionarios iraníes por su presunta participación en el atentado que terminó con la vida de 85 personas en 1994.
En la reunión, que se hizo en la Sala VI del Palacio de las Naciones en Ginebra, la Argentina estuvo representada por la procuradora del Tesoro, Angelina Abbona; el vicecanciller, Eduardo Zuain, y la directora de la Consejería Legal de la Cancillería, Susana Ruiz Cerutti.
Fuentes de la Casa Rosada dijeron a LA NACION que la delegación argentina habría pedido establecer plazos y límites a Irán en las negociaciones para evitar un eventual fracaso.
«La idea es fijar algún límite con fechas concretas para obtener resultados, a fin de evitar que Irán especule con dilatar la investigación judicial, que todo quede en la nada y que la Argentina fracase», comentó un diplomático que conoce de cerca las negociaciones con Teherán.
No está claro aún cuáles son las imposiciones que podría poner la Argentina en esta negociación. Tampoco queda en claro cómo se acordará un «marco jurídico» entre ambos países para llevar adelante la investigación judicial que se rige por las leyes de la Argentina.
La posibilidad de que Irán utilice estas negociaciones para dilatar la causa AMIA y mostrarse dialoguistas ante el mundo, está latente entre algunos hombres del Gobierno. Algo de esto habló el jueves pasado el subsecretario de Política Latinoamericana de la Cancillería, Javier Tettamanti, con el director de América latina de la cancillería israelí, Itzhak Shoham, quien le transmitió la preocupación de su país por la decisión de la Argentina de abrir el diálogo con Irán. «Será perjudicial para la Argentina dialogar con Irán porque ellos nunca van con las manos limpias a una negociación», dijo luego a LA NACION el propio Shoham.
La comunidad judía argentina emitió hace 20 días un duro documento contra el Gobierno donde aclaró que la única negociación posible que debe existir con Irán es que «entreguen a los acusados por el atentado contra la AMIA a la justicia argentina».
Ayer había un fuerte malestar en la comunidad judía por el silencio estricto con que el Gobierno manejó la reunión con Irán.
También fue llamativo el hermetismo que mostró el Palacio San Martín, que un día antes había emitido un comunicado para anunciar la reunión de Irán y la Argentina en Ginebra. El director de Prensa de la Cancillería, Marcos Lohlé, acusó ayer a LA NACION de «mentir y delirar». Sin embargo, este diario había adelantado el domingo pasado la reunión que finalmente se concretó ayer en Suiza.
HORARIOS
En el encuentro realizado en la Sala VI del Palacio de Naciones en Ginebra, ambas comitivas se reunieron desde las 11 hasta pasado el mediodía. La intención de esta reunión era empezar a negociar un «marco jurídico» para llevar adelante la investigación judicial sobre los ciudadanos iraníes. Hubo contradicciones en los escasos comentarios extraoficiales que surgieron del encuentro. Algunos funcionarios aseguraban que la sala de la ONU estaba reservada por la Argentina hasta las 16. Pero la reunión se levantó antes de ese horario. Otros diplomáticos comentaron que la reunión sólo duró el tiempo que estaba estipulado.
Nadie supo explicar ayer los motivos reales de la reunión y los detalles del encuentro. Ni los representantes de Teherán y ni los de Buenos Aires hicieron declaraciones públicas antes o después de sentarse a la mesa a diálogo. Tras el encuentro, dejaron librada a cada cancillería la decisión de informar a la prensa.
Hasta anoche el régimen de Mahmoud Ahmadinejad no había emitido comunicado alguno. El encargado de negocios de Irán en Buenos Aires, Ali Pakdaman, no respondió a LA NACION. Tampoco en el Gobierno comunicaron los lineamientos que se trazaron en el encuentro a puertas cerradas.
No obstante, fuentes calificadas de la Casa Rosada expresaron a LA NACION que la delegación argentina habría pedido establecer plazos y límites a Irán en las negociaciones tendientes a investigar a los ocho ciudadanos iraníes. El de ayer fue el primer encuentro que hubo tras la reunión que tuvieron el 27 de septiembre en Nueva York el canciller Timerman y su par iraní, Ali Salehi,durante la Asamblea Anual de la ONU.
Al aceptar el diálogo con Irán, la presidenta Cristina Kirchner remarcó en su último discurso en las Naciones Unidas que el resultado de las negociaciones será sometido a un debate en el Parlamento. El hermetismo que ayer mostró el Gobierno no parecen indicar que se marche hacia esa promesa de transparencia.Fte.lanacion