ESPAÑA: El gobierno español ya no confía en que la presión internacional sirva para que Argentina dé marcha atrás
Cambio de tono.Sigue presionando para que la Unión Europea aplique medidas concretas, eleve una queja a la Organización Mundial del Comercio y obtenga el respaldo del Fondo Monetario Internacional, el G-20 y todos los foros internacionales en los que participa, pero considera que más que retirar la nacionalización de YPF, España debe canalizar toda la presión por la vía diplomática para que Repsol y sus accionistas obtengan una compensación justa, ha explicado el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García Margallo, en Luxemburgo. El Ejecutivo, que recibió el apoyo de sus socios en este contencioso, presiona para acelerar el final de las ventajas arancelarias de las que disfruta Argentina en la UE. Pero se teme lo peor: sospecha que Argentina busca un nuevo socio industrial para la compañía energética YPF.
García Margallo deslizó que no sería de extrañar que el Gobierno argentino “esté buscando un socio extranjero a quien vender la participación de YPF expropiada a Repsol”. Algo parecido se teme Repsol, que ayer lanzó un aviso a navegantes: advirtió que pondrá en marcha acciones legales frente a cualquier empresa que invierta en YPF, que aún es su filial hasta que la nacionalización del 51% se haga efectiva.
El contencioso entre España y Repsol, por un lado, y el Ejecutivo de Cristina Fernández de Kirchner va para largo. Los ministros de Exteriores de la Unión expresaron ayer “su total apoyo a España”, según la Alta Representante de política exterior de la UE, Catherine Ashton, pese a que es poco probable que esas palabras se traduzcan en medidas concretas. España lo intenta por tierra, mar y aire. Pretende que la UE sustituya las negociaciones con Mercosur (el bloque comercial de América Latina en el que participa Argentina) por acuerdos bilaterales para dejar fuera a Buenos Aires de cualquier acuerdo. Persigue acelerar el final de las ventajas arancelarias, previsto para 2014. Y no descarta nuevas medidas, pese a que García Margallo suavizó ayer claramente las andanadas contra el Gobierno del país suramericano. “No se discute el derecho de Argentina a apostar por la soberanía energética, aunque eso parece un error en pleno siglo XXI. Lo que se discute es que pueda expropiar sin pagar”.Fte.elpais