POLITICA: Scioli sobre el cierre de las listas logró duplicar su número de legisladores a entrar
Tras el desaire que le signficó digerir a Gabriel Mariotto como compañero de fórmula, a través de su jefe de Gabinete, Alberto Pérez, Daniel Scioli tejió una alianza con los intendentes más duros del conurbano, que controlan el PJ bonaerense, y logró sumar nombres propios en las listas de legisladores de la provincia, incluso varios de ellos muy resisitidos por la propia Casa Rosada.
Su mayor elemento de presión era la posibilidad latente de convertirse en el candidato a presidente del peronismo opositor que lidera Eduardo Duhalde, quien lo esperó hasta el último minuto del cierre, convencido que esta vez Scioli rompería con el kirchnerismo. El gobernador nunca negó ni confirmó esa versión ni habló de Mariotto hasta el anochecer.
El suspenso hizo temblar a la Casa Rosada y acaso haya logrado que aceptaran varios d elos candidatos a legisladores que impuso el sciolismo sobre el filo del cierre de listas.
En el gobierno se neteraron que Duhalde había ofrecido a Scioli declinar su propia candidatura si él se lanzaba por la Presidencia y tal vez esperando una respuesta positiva, aguardó hasta último momento del sábado para oficializar su candidatura y la de sus listas bonaerenses.
Tan confiado estaba Duhalde en que Scioli daría el salto, que cuando se resignó a que esto no sucedería, simplificó su propio cierre metiendo en los primeros lugares de la lista de diputados nacionales a todos sus amigos de siempre, lo que motivó la renuncia de Graciela Camaño a su postulación a gobernadora.
La jugada sorpresa de Scioli
En esas horas en el kirchnerismo se sucedían las negociaciones por las nóminas bonaerenses y Scioli ganó terreno aliándose a los jefes comunales de mayor peso territorial. El esquema se vio claramente en la tercera sección, el sur del conurbano, donde los alcaldes más cercanos a la Casa Rosada pegaron el portazo ante la negativa de los más poderosos a abrirle las listas.
Quienes se retobaron fueron Gustavo Arrieta (Cañuelas), Gustavo Sobrero (Lobos), Enrique Slezack (Berisso) y Mario Secco (Ensenada), entre otros, además de Francisco Gutiérrez (Quilmes), furiosos cuando le negaron que Arrieta quedara cuarto en la lista de candidatos a senadores.
Del otro lado estaba Fernando Espinoza (La Matanza) Baldomero “Cacho” Álvarez (ex intendente de Avellaneda y ministro de Desarrollo Social), quienes definieron las cabezas de la nómina.
Alberto Pérez reportó a este grupo y se desentendió del resto, más afín a la Casa Rosada. También se comunicó con varios intendentes de la primera sección, como Alberto Descalzo (Ituzaingo) y Hugo Curto (Tres de Febrero), ambos sin grandes pretensiones en la lista, y fueron reportando pretensiones a Carlos Zannini, quien punteaba las listas en Olivos.
Las nóminas tuvieron sus sorpresas. Además de la confirmación de Álvarez como segundo candidato a senador, lo que el viernes estaba en duda por el rechazo de la Casa Rosada, los barones lograron confirmar a Alfredo Antoniuccio, eterno diputado por Merlo. Se hizo sentir la presión final del intendente Raúl Otahcehé.
Y sorpresivamente quedó marginado al secretario de Medio Ambiente, Juan José Mussi, ex intendente de Berazategui y rival de Cacho, con intenciones de ser segundo por la tercera. Difícil creer que ese era el deseo de la presidenta.
Esos cambios se dieron mientras Duhalde seguía encerrado esperando definiciones. Sus allegados, que hasta el día anterior parecían tener las candidaturas definidas, mantenían interminables reuniones. Sólo sobre el límite horario presentaron las listas.
La avanzada de Scioli tuvo sus dividendos. Guido Lorenzino fue incluido en la primera sección en el séptimo lugar -en la línea de corte-, cuando el viernes no era mencionado por los intendentes. “Uno habla con Zannini, pero ahí está Randazzo que negocia por toda la provincia y abre las lisas del interior”, explican en el conurbano.
Fue en esas zonas donde más lugares se le abrieron a Scioli, aprovechando que en Buenos Aires no se exige residencia en la sección que se representa.
En la cuarta, noroeste del conurbano, quedó anotado en séptimo lugar Martín Cosentino, funcionario sciolista y curiosamente presidente del PJ de Vicente López de la primera. Mientras que Juan Courel, jefe de asesores de Scioli, quedó ubicado en el décimo lugar, para fastidio del ministro randazzista Ariel Franetovich, que va primero en la boleta que podría meter entre 7 y 9.
En la quinta, sudeste de la provincia, fue ubicado en quinto lugar Rodolfo «Manino» Iriart, director de Subsidios y Subvenciones de la Provincia. Ambos tienen chances de ser diputados.
Más difícil la tiene Silvia Caballero, la funcionaria el Ministerio de Salud en la sexta, que quedó número seis y el oficialismo como mucho colocaría tres senadores; pero no tanto Ana March, esposa de Isidoro Laso, mano derecha de Alberto Pérez, que quedó tercera en la lista de la séptima, mientrsa que el sciolista ministro de Producción Martín Ferré quedó segundo. Esta sección el FpV podría meter cuatro diputados.
Aunque Laso no es bien tenido en cuenta en la Rosada, su mujer quedó 3 en una lista que lideró Walter Abarca, el ex secretario personal de Kirchner. En La Plata Scioli también dio pelea y a cara de perro: se negó a bajar a Nora de Lucía, funcionaria del Ministerio de Economía bonaerense y allegada al ministro Alejandro Arlía, segunda en la lista de senadores del kirchnerista Guido Carlotto, monitoreado de cerca desde la Casa Rosada.
Los nombres se conocieron por la noche, cuando la candidatura de Scioli como gobernador ya estaba inscripta. Y la de Duhalde también.Fte. lapoliticaonline.com