JUSTICIA: En el caso Belsunce declaró la masajista
La masajista Beatriz Michelini declaró ante el tribunal que lleva adelante el juicio por el caso García Belsunce que no es de ella la voz que aparece en la escucha telefónica que la ubicaba en la escena del crimen
Con el cabello atado, anteojos, camisa blanca y chaleco y pantalón negro, la mujer se presentó muy nerviosa ante los jueces, fiscales y defensores para dar su versión y contestar preguntas. Entre otras cosas, recordó que cuando llegó a la casa del country Carmel Carrascosa «le acariciaba el pelito» a María Marta, y que ella «estaba tirada en el vestidor» del baño.
La masajista precisó que María Marta estaba con la mitad del cuerpo mojado, pero aclaró que «no chorreba agua». También destacó que su cara «estaba seca» y que en el piso había «agua con sangre».
Michelini, que lloró durante casi toda la declaración, destacó que le hizo respiración «boca a boca» y que en ese momento sintió que ella «tenía un sabor metálico en la boca».
También hizo hincapie en la demora. Dijo que llegó a las 19 y que la hicieron esperar porque no había nadie en la casa. «Estuve un buen rato en el estacionamiento», amplió. «Fueron entre 10 y 15 minutos, pero no lo puedo precisar», respondió ante una pregunta del tribunal.
Además, recordó que lo primero que le dijo a Irene Hurtig -hermana de María Marta e imputada por encubrimiento- fue debían llamar a un médico y que ella le respondió: «¿Qué médico?».
La masajista continuó con su declaración y dijo que fue Carrascosa quien le dijo desde la ventana del vestidor que María Marta había sufrido un accidente.
Por otro lado, reconoció que fue ella quien limpió la sangre en el baño donde estaba el cuerpo de García Belsunce, por pedido del médico que estaba en el lugar, y dijo que Guillermo Bártoli, cuñado de la víctima, le alcanzó los elementos para hacerlo.
Durante la audiencia, el tribunal expuso el audio de la llamada telefónica que realizó Carlos Carrascosa el 27 de octubre de 2007 a las 19.07. En la escucha aparecen tres voces: dos masculinas (Carrascosa y Bártoli) y una femenina que primero se le atribuyó a Michelini (según los dichos de la familia) pero que después una pericia de Gendarmería reveló que en realidad se trataba de Irene Hurtig.
«Esa voz no es mía. Yo no tuteo a nadie. Ni a mis padres», dijo tajante la masajista, complicando la coartada de la familia, que siempre planteó que junto a Carrascosa y Bártoli se encontraba Michelini. Por Luis Sangiorgio