POLITICA: Llegan al poder las segundas lineas de «La Campora»
Cuando lo sorprendió la muerte, Néstor Kirchner estaba entusiasmado con una de sus últimas iniciativas políticas: potencial a full el crecimiento políticos de las diversas expresiones de juventud del kirchnerismo que pretendía fusionar en La Cámpora.
En reuniones en Olivos con los líderes de esas agrupaciones tradujo en plata lo que tenía en la cabeza: les prometió un ministerio y unos 200 cargos, en un futuro gobierno a su cargo. La formalización de ese acuerdo fue el acto del Luna Park, donde se celebró la alianza bajo la imagen pagana del Eternauta, una manera de retomar el mito del “trasvasamiento” generacional que lanzó Perón. Metáfora de inmortalidad política que lleva la bandera de generación en generación.
La muerte del ex presidente fue un golpe demoledor para estos jóvenes que de la noche a la mañana temieron el fin de su proyecto político, de ahí que en esas noches de vigilia en la Plaza de Mayo, había mucha trizteza, pero sobre todo frustración y bronca.
El tiempo está demostrando que acaso los temores fueron infundados. Cristina parece decidida a profundizar ese camino, acaso con una generosidad política mayor que su pragmático marido.
El golpe más audaz ocurrió ayer, cuando en medio de los enfrentamientos de Villa Lugano, decidió nombrar a Alejandro Julián Alvarez, como Secretario de Justicia. Un cargo clave que concentra el vínculo con el poder judicial, si quien lo ocupa da la talla. Sino es apenas otro raviol burocrático. Pero la oportunidad existe.
El currículum de superficie arroja que Alvarez es abogado, egresado de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, tiene una maestría en Filosofía del Derecho, y es especialista en Derecho de Daños, por cierto, una especialización muy propicia para los tiempos que se vienen. En rigor, derecho de daños suele ser el eufemismo de los abogados para la tarea poco noble de representar a las víctimas de accidentes, los famosos “caranchos” de la película de Trapero y Darín que tanto entusiasmó a la Presidenta.
Hasta su nombramiento se desempeñaba como docente de grado en la Facultad de Derecho de la UBA en la cátedra de Ricardo Guinbourg, que en términos de peso político interno en esa casa de estudios es casi como la nada misma, sin menospreciar la virtudes académicas de la cátedra.
Alvarez también es un miembro activo de la Sociedad Argentina de Análisis Filosófico y de Abogados por la Justicia Social (AJUS), la organización que lidera el presidente de Aerolíneas Argentinas, Mariano Recalde, y que sirve de bolsa de trabajo para todos los profesionales que quieren acercarse al poder.
Pero contra lo que podría suponerse, no es Recalde el padrino de Alvarez. El hombre fuerte detrás de su arribo al poder es la estrella en ascenso de La Cámpora, Eduardo “Wado” de Pedro, a la sazón, vicepresidente de Aerolíneas. Se trata del líder de la agrupación Hijos, que lideró la ruptura de esa organización de derechos humanos, cuando decidió plegarse al kirchnerismo.Lejos de la imagen revoltosa que trae a la memoria los escarches de HIJOS, Wado crece en el gobierno por su capacidad reflexiva. Abogado, también con un master a cuestas, es considerado la contratara del impulsivo Recalde. “Wado no tiene nada que ver con el bardo de Recalde, es un tipo serio”, sintetizó a La Política Online un integrante de La Cámpora.
Si bien su problema de cierta tartamudez le impidió ser primera figura al estilo de Juan Cabandié, el joven Wado tiene la virtud de la solidez en un gobierno donde abundan los funcionarios improvisados y en muchos casos sin secundario completo.
De diálogo directo con Cristina Kirchner, ayer fue un día de gloria para Wado que logró ubicar a su socio en el estudio de abogados que posee como secretario de Justicia.
En el mundo judicial tomaron el nombramiento con más intriga que inquietud. Es que Alvarez es un completo desconocido en las altas esferas del poder judicial. “Vamos a esperara que llame, si es que llama, y sino supongo que habrá que seguir hablando con Zanini”, razonaban.
Como sea, el arribo de Alvarez es parte de un movimiento más amplio que está fortaleciendo a los jóvenes camporistas. Por caso, ya nadie duda en el PJ porteño que el hombre de la Presidenta, posiblemente para la lista de diputados nacionales, será Juan Cabandié.
Así como días atrás, otro joven brillante de esa agrupación, el economista Iván Heyn –que preside la Corporación Puerto Madero-, fue designado nada menos que en el directorio de Aluar, la empresa de aluminio más grande del país.
Acaso para La Cámpora el futuro ya llegó y la muerte de Kirchner haya apresurado una ascenso político que estaba previsto para un hipotético tercer mandato
Kirchner y Cristina en el acto que ogranizó La Cámpora en el Luna Park, poco antes que falleciera el ex presidente.
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