HUMOR POLITICO: SOBRE BUSTOS NO HAY NADA ESCRITO
Javi inauguró el busto de Menem y dijo que fue el mejor presidente de la historia. Por ley, ahora toca el de Cristina
Por Alejandro Borensztein. Antes que nada, vaya un pedido para todos los periodistas y medios que insisten en denunciar al mafioso del tabaco y a los empresarios prebendarios de Tierra del Fuego. A ver si nos entendemos de una buena vez: los curros del tabaco y de Tierra del Fuego, al igual que los bingos y casinos, son necesarios para financiar la política. ¿De dónde corno se creen que sale la guita para las campañas, los actos, los afiches, los sandwichitos y los bombos? Si se bloquea esta joda de privilegios se corta la política, y si se corta la política se termina el quilombo, y si se termina el quilombo los periodistas no van a tener de qué hablar ni de qué escribir, van a levantar los programas de tele, los de radio, van a cerrar los diarios y al final nos vamos a joder todos. Por favor, dejen que los truchos prebendarios sigan haciendo su tradicional aporte a la cadena alimenticia política y hablemos de otras cosas que temas no nos faltan. Gracias.
Hablando de guita, aprovechamos este espacio para proponerle a los dirigentes del Polo Obrero y de Barrios de Pie que, en lugar de guardar la mosca en cajas fuertes, la inviertan.
Tengo unos amigos que están armando un fideicomiso para hacer una torre con amenities en Puerto Madero. Se entra con una cuotaparte de 5 palos verdes y te deja el 30% en cuatro años. La idea es hacer un edificio premium, como el que Cristina eligió para sus inversiones, con departamentos como los que tenían Boudou o Insaurralde, o como el que le “prestaban” al “presidente” Alberto.
A propósito, todo lo de Alberto siempre es entre comillas, “prestaban”, “presidente”, “progresista”, “profesor de la facultad” “mediador entre Rusia y Ucrania”. Sin comillas no hay Alberto (gran título para cuando Robert De Niro protagonice la bio en Netflix, como el mismo Alberto lo pidió).
Volviendo a los piqueteros acusados por el fiscal Pollicita, la idea sería que invirtieran lo choreado en la construcción de propiedades como las que eligen los dirigentes kirchneristas, o sea los del proyecto nacional y popular. De ese modo, de alguna manera la guita vuelve a la causa. No volverá de la forma en que los pobres se imaginan, pero tampoco tienen por qué enterarse. Pensalo Belliboni. El tren pasa una sola vez.
Dicho esto vamos a lo importante.
Distraídos por pavadas tales como la inflación o este sospechoso superávit producto de no pagar ni el alquiler ni las expensas ni la luz, nos perdemos lo trascendente: pintó busto presidencial y allí fueron todos a homenajear a Menem.
Lo primero que debemos saber es que en la Rosada se ubican los bustos de todos los presidente constitucionales. Lo lamento por algunos fanáticos libertarios pero los bustos de Videla, Viola, Galtieri y Bignone no van. Mucho menos el de Massera que, a diferencia de los otros cuatro, solo fue asesino y no llegó a presidente. Para el General Lanusse los libertarios no van a reclamar busto porque para ellos era comunista.
La otra norma establecida es que el busto de un presidente se coloca una vez trascurridos dos períodos presidenciales desde el final del mandato. Para los gorilas, esto significa una buena y una mala: la mala es que ya corresponde poner el busto de Cristina. La buena es que Ella va a tener que tragarse la masita de que primero pongan el de Isabel. Por ahora se la saltearon. Ya se sabe que, para estas cosas, los peronistas son medio olvidadizos. Les cuesta recordar el pasado. Ni hablar de hacerse cargo.
Dado que la primera mujer presidenta fue Isabel y no Cristina, si Javi quiere quedar bien con los gorilas, debería inaugurar los dos bustos el mismo día. Isabelita y Ella en el mismo evento, con los mismos bustos, en el mismo pasillo, Cristina de la mano de Máximo, Isabel de la mano de algún descendiente de López Rega. La peor pesadilla para Ella.
En cambio, si Milei quiere seguir quedando bien con los kirchneristas, debería primero inaugurar el de Cristina, después el de Isabel y luego avanzar con la postulación del Juez Lijo, cosa que cada vez entusiasma más al Instituto Patria.
De la democracia para acá, solo están los bustos de Alfonsín, Kirchner y ahora Menem. Faltan Duhalde, De la Rúa, Macri (al Gato le toca ni bien termine el mandato de Milei) y, créase o no, en 2031 habría que inaugurar el busto del Topo. Por esos caprichos de la estadística, en Wikipedia dice que Alberto Fernández fue presidente de la Argentina y presidente del Partido Justicialista. Como Perón.
Durante la inauguración del busto de Menem, Javi dijo que el riojano fue el mejor presidente de la historia. Son opiniones. Obviamente, sobre gustos y sobre bustos no hay nada escrito y cada uno puede pensar lo que quiera.
Milei descubre el busto de Menem, «el mejor presidente de la historia».
Lo que si está claro es que, tanto Menem como Alfonsín merecían su busto, al fin y al cabo ambos cumplieron con la razón por la que fueron votados. Para saber si un presidente cumplió o no, solo hay que hacerse la siguiente pregunta: ¿para qué lo votamos?
En el caso de Alfonsín es obvio que se lo votó para fundar la democracia. Objetivo logrado. Y a Menem se lo votó para terminar con la inflación. Objetivo logrado. El hecho de que después los Kirchner incendiaran aquel logro, es otra historia.
¿Para qué lo votamos a De la Rúa? Para terminar con la corrupción menemista. ¿Cumplió? No. Al año de asumir, su vicepresidente Chacho Álvarez denunció las coimas en el Senado y renunció. Ese día terminó el gobierno de la Alianza. La posterior crisis del 2001 fue solo el golpe de knockout para un gobierno que estaba liquidado desde la salida del vice.
A Rodríguez Saá no lo votó nadie y solo estuvo siete días. Mucho no hizo pero algún busto se merece. Aunque sea un minibusto para poner de sorpresita en los huevos Kinder.
En cambio Duhalde, si bien tampoco lo votó nadie, de alguna manera cumplió. Primero volteó a De la Rúa y después estabilizó la economía con Remes y Lavagna. La arruinó cuando dijo “el que depositó dólares recibirá dólares”, pero un bustito en algún rincón de la Rosada no se le niega a nadie.
De ahí en más, todo fue fracaso. Néstor llegó en 2003 con aquello de “vengo a pedir perdón en nombre del Estado Nacional”… chau, bochado. Cristina anunció en 2007 que “vengo por el mejoramiento institucional”, bochada. Macri, “vengo por el cambio”, bochado. Alberto, aunque parezca joda, propuso “volvemos mejores”. Frases que sinteticen su fracaso hay muchas pero, puesto a elegir, me quedo con: “conmigo se terminó la Argentina de los vivos” . Bochadísimo.
¿Y el busto de Milei? En principio va a tener que esperar hasta 2035 o 2039, dependiendo de si reelige o no. Habría que ir avisándole que no vale busto con la cara para abajo y los pulgares para arriba. Aunque le cueste, a veces hay que ser serios. Javi viene muy Café Fashion, últimamente.
¿Para qué sirven los bustos de los presidentes? Para recordarlos. Para no olvidarnos. Si yo fuera Milei mando a hacer un busto bien grande de Cristina. Gigante. Saco el Obelisco y la pongo a Ella ahí mismo.
Así cada vez que te emputezcas con las barbaridades que dice Milei, salís a pasear por la 9 de Julio y al llegar al cruce con Corrientes parás, te tomas un rato, respirás hondo y te quedás contemplando el busto de Cristina. Inmenso, en el medio de la Plaza de la República. Vas a ver qué flor de presidente te va a parecer el Javi. Clarín- Fte- Identidad Correntina.