POR DÓLAR PLANCHADO ARGENTINA DEJA DE SER UNA «GANGA» PARA LOS TURISTAS EXTRANJEROS
Javier Milei heredó una tendencia del salario registrado a la baja, pero cuando se abra el cepo y rebote el nivel de actividad, llegará el cambio
Entre las decenas de los discursos de los diputados nacionales que trataron la ley «Bases» u «Ómnibus» de la administración de Javier Milei, que fue retirada por el oficialismo cuando se votaban sus artículos por los cambios que introducía la oposición parlamentaria, sobresalieron los argumentos del legislador justicialista por la provincia de Salta, Emiliano Estrada, quien advirtió acerca de la coyuntura económica: «…dolarizar el precio y la energía les va a romper la macro. Van a reventar el bolsillo de la gente. No hay forma que la gente pueda pagar tarifas en dólares porque con precios europeos y salarios africanos no va a cerrar nunca, muchachos», dijo.
Una realidad que, recientemente, la consultora Focus Market de Damián Di Pace, comparó con mercados no tan alejados como el del continente africano sino con los países vecinos de la Argentina. Trabajadores uruguayos y brasileños cobran dos tercios más que los argentinos.
«Al realizar un análisis de los ingresos promedios en dólares de nuestro país en términos comparativos al resto de los países de Latinoamérica, podemos ver que el ingreso promedio en la Argentina es de u$s196 en forma mensual (se tomó como metodología los valores nominales valuados al dólar paralelo). En términos comparativos en Brasil o Uruguay son u$s574 y u$s810 respectivamente», destacaron.
Pero, la decadencia de los ingresos de los asalariados nacionales no es nueva ni es justo acusar a la administración libertaria por su degradación constante. El propio presidente, Javier Milei, en declaraciones televisivas explicaba que, «en la convertibilidad el salario promedio en Argentina era de u$s1.800 que, a moneda de hoy, sería de u$s3.000. Sin embargo, hoy es de 600 dólares».
¿Cómo se deben medir los salarios?. Para algunos analistas económicos la comparación histórica presidencial no es precisa y no es recomendable medir los salarios en dólares.
Nuria Susmel, economista de la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL), expresó a Chequeado.com que «es difícil saber si somos pobres o no en relación a lo que podemos comprar del mundo porque ha pasado que hemos tenido salarios en dólares altísimos porque estaban artificialmente sostenidos por el Banco Central».
Sea como fuere, la Argentina de Milei registra un fenómeno difícil de explicar al ciudadano de a pie. Después de la devaluación de la moneda nacional cercana a un 120% que realizó la gestión del ministro de economía, Luis Caputo, y el jefe del Banco Central, Santiago Bausili, el país debería estar preparado para recibir turistas de todas las partes del mundo, África incluida, por la depreciación del peso frente al dólar.
Sin embargo, la inflación todo lo corroe. El alza del costo de vida corroe presupuestos empresariales, familiares, gubernamentales, y, también, la imagen de dirigentes políticos como les sucedió a líderes del pasado como Juan D. Perón, Raúl Alfonsín o Cristina Kirchner.
Ya desde el mes de diciembre, el primero de la gestión del presidente libertario, el 25% de inflación del último mes del año del 2023, generó que pierdan valor sus ingresos, incluso, aquellos que cobran por servicios vendidos al exterior o tienen moneda extranjera en sus bolsillos.
Durante enero, varios analistas coincidían en señalar que «no se terminaron de acomodar todos los precios relativos tras la liberalización de los controles de parte del Estado y la caída de varias regulaciones que realizó Milei. Además, hay precios que subieron por la devaluación monetaria y otras que lo hacen por la desregulación como las cuotas de la medicina prepaga, entre otros ejemplos».
El problema es que los precios siguieron subiendo a niveles estratósfericos durante enero y febrero y, principalmente, en alimentos y bebidas, en una tendencia alcista que al gobierno le cuesta contener, como quedó de manifiesto con la decisión de abrir las importaciones de varios productos que los argentinos consumían a diario.
Por lo que, durante enero y febrero, se generó un escenario de aceleración de la inflación por encima de los parámetros de la devaluación post balotaje presidencial de noviembre de 2023 y los precios terminaron por incrementarse más que el dólar blue.
La caída del dólar blue no favorece la llegada de turistas del exterior
Y, si a los argentinos le es muy difícil vivir estos días sin realizar restricciones en sus presupuestos individuales, una situación similar atraviesan los turistas que llegan al país y se sorprenden por el fin del veranito de los tours de compras que realizaban por el país durante la gestión de Alberto Fernández y Sergio Massa, cuando todo, pero, absolutamente, todo, les parecía barato en comparación con lo que pagan en sus países de origen.
Recientemente, un influencer español de las redes sociales con una legión de seguidores, Marsal, visitó Argentina y en el primer video que subió a sus cuentas se quejó abiertamente porque «perdió poder adquisitivo» en relación a cinco meses atrás cuando había visitado el país.
«Cuando vine en octubre por 1 euro me daban $1.200 y hoy me dieron $1.000», comenzó su lamento el español. Acto seguido ofreció algunos ejemplos comparativos de como cambió Argentina en cinco meses, «los precios han cambiado mucho, está todo muy caro».
La sequía de ventas en los comercios de indumentaria argentinos no se debe sólo a la caída de ingresos del público local tampoco los turistas europeos compran.
Se van indignados de muchos shoppings de la ciudad de Buenos Aires cuando comparan precios de un par de zapatillas o de una camisa, y contabilizan que, en su moneda, cada una de las prendas superan los 100 euros y se van, lógicamente, sin comprar nada para hacerlo en sus países de origen al regresar de la Argentina.
El turismo también se nutrió en 2023 de los ciudadanos estadounidenses. Para Rodrigo Fenández Saleme, operador turístico, «muchos norteamericanos recomendaban viajar al sur del continente y a Argentina porque el cambio los favorecía decididamente y se produjeron recomendaciones de viajeros a través de redes sociales y crecieron las consultas en los consulados y por pasajes en vuelos de cabotaje para conocer las provincias porque estaban regalados para ellos. De hecho, hasta la asunción de Milei, Argentina era el destino que más había crecido entre los turistas estadounidenses».
Para Adrián Buenaventura, que trabaja como traductor en varios tours y dialoga de precios con pasajeros con los que entabla conversación, «…vamos a volver a la década del ‘90. Tenía 20 años entonces y tenía la suerte de cobrar en dólares por mi actividad. Pero no podía ahorrar mucho y recuerdo que, entonces, el país era caro para los turistas y los que llegaban tenían un buen nivel de vida».
Si los turistas de clase media europeos y estadounidenses piensan dos veces antes de conocer la Argentina, las visitas por compras que realizaban los uruguayos se derrumbó como la caída de un piano desde una azotea.
Desde febrero pasado, el número de uruguayos que los fines de semana cruzaban a Argentina para realizar compras en diferentes rubros bajó de manera considerable como consecuencia del aumento en el costo de vida local por las medidas económicas del gobierno de Javier Milei.
Durante el 2023 en Fray Bentos, Salto y Paysandú era habitual el aluvión de uruguayos que cada semana viajaban a nuestro país en tours de compras para aprovechar la diferencia cambiaria.
Hay un punto de referencia ineludible para analizar que tan cara está la Argentina en dólares. El precio de la nafta. Durante la gestión de Fernández-Massa, muchos uruguayos, brasileros y paraguayos, cruzaban a las ciudades limítrofes con nuestro país, para llenar el tanque y de paso comprar alimentos y productos de limpieza que en sus países eran más onerosos.
Los uruguayos solían cruzar de Paysandú a Colón en caravanas. Hoy, ese tráfico no existe, porque no vale la pena. Antes de la devaluación de Caputo, la relación del precio de la nafta era de 4 a 1. Hoy se redujo tanto que, casi no hay diferencia para un consumidor minorista.
El precio promedio del combustible en todo el mundo es de 1,29 dólares por litro. Las comparaciones con otras naciones están distorsionadas por los impuestos internos y los subsidios pero en Argentina, país productor, un litro de nafta se consigue a un dólar, valor oficial, similar a los Estados Unidos donde cuesta cerca de 90 centavos de dólar.
¿Quiénes son responsables de un país caro en dólares?
Para los detractores del gobierno como el analista financiero, Carlos Maslatón, Milei y Caputo son responsables del encarecimiento del país en dólares.
«Es deliberado y es una ideología que no comparto. Caputo trata de morigerarla diciendo, voy a pagar una menor tasa de interés pero sigue errando para beneficiar a un sector, que es la especulación financiera» y agregó que, «…Argentina no funciona como un país caro, sino como barato o no tan barato. Como país caro en dólares, tipo 1981, 2000, no funciona».
A pesar de las críticas, el presidente Javier Milei mantiene el rumbo y sostiene que «…nosotros creemos que en cuanto abramos el cepo y empiece el rebote del nivel de actividad, el salario va a empezar a ganar fuertemente, al margen de que, con la caída del dólar, ha subido mucho», su valor.
Por el momento, la calle le cree. Encuestas así lo refieren y Milei mantiene la expectativa de la gente para revertir la actual tendencia de salarios africanos.