LA DEUDA DEL BCRA SE REDUJO UN 8% EN UN SOLO DÍA: A DONDE ESTÁN YENDO LOS PESOS QUE SALEN DE LAS LELIQ
El stock de pasivos remunerados de la entidad monetaria disminuyó casi $2 billones el jueves 30 de noviembre. El stock de las Letras de Liquidez del BCRA se achicó. Qué hicieron los bancos con ese dinero
Un estudio de GMA Capital reseñó que “una de las urgencias a tratar según Milei, además del ajuste fiscal sin gradualismo, es el desarme de las Leliq. La próxima gestión recibirá un stock de pasivos remunerados superior a $24 billones, es decir, 9,6% del PIB. Según el propio Milei, este cuadro debería ser corregido antes de liberar el mercado de cambios. En caso contrario, el riesgo de una hiperinflación sería inminente”.
“No obstante, más que la cifra nominal, es clave tener en cuenta la tasa real que estos pasivos devengan. Y es que en 29 de los 47 meses de gestión actual la tasa de política monetaria fue negativa una vez descontada la inflación. De cara a los próximos meses, hay consenso de que la nominalidad se aceleraría -producto de la corrección de precios relativos-, por lo que la tasa vigente probablemente siga siendo negativa”, añadieron desde GMA Capital. “Por ahora, los pesos están encapsulados en los balances de los bancos. Si desarmaran pases (por ejemplo, motivado por una salida de depósitos), en cambio, esto sería monetariamente expansivo, algo que haría que los pesos girasen más rápidamente en la economía y la caída de la demanda de pesos tomara envión. Como resultado, podríamos ver mayores presiones sobre la inflación y el dólar”, puntualizó el informe.
“Por el lado monetario, la magnitud alcanzada por los pasivos remunerados del BCRA y el bajo nivel de reservas imponen un límite a la idea original de dolarización. En este sentido, parecería haberse adoptado un camino más moderado, buscando reestructurar dichos pasivos para poder romper rápidamente con la dinámica endógena y devolver grados de libertad a la política monetaria. El mantenimiento inicial de algún tipo de restricción al acceso al mercado de cambios -probablemente para ciertos pasivos con el exterior como servicios, deuda de importadores, dividendos, etcétera- harán que por un tiempo se mantenga algún tipo de desdoblamiento del mercado de cambios. La magnitud de la brecha y duración de la situación dependerá del punto de partida y de la cuantía de las restricciones, pero fundamentalmente, de la generación de confianza y de expectativas de convergencia. La consistencia del programa fiscal juega aquí un rol central”, consideró José María Segura, economista Jefe de PwC Argentina.
Germán Fermo, estratega en mercados internacionales del Grupo IEB (Inverir en Bolsa), subrayó que “los pasivos remunerados sí son un problema y hay que pegarle fuerte a ese problema. Recordemos que los intereses que devengan esos pasivos representan el 8% del PBI, por lo tanto es una bomba que hay que desactivar si uno quiere corregir ese problema. Si no se liquidan rápidamente esos pasivos no veo manera de resolver rápidamente -unos dos años- el problema de la inflación. Muy probablemente lo que se decida en los próximos días con los pasivos remunerados del central va a definir el éxito o el fracaso del Presidente. Si no se soluciona el drama de estos pasivos es imposible aniquilar la inflación. Y sin ello ni aniquilás la inflación . Y sin aniquilar la inflación te termina comiendo toda la dinámica de la economía argentina, como le paso a Mauricio Macri.
Los pasivos remunerados del BCRA se redujeron en $2 billones en un día: migraron a bonos del Tesoro, Lediv y también expansión de la Base Monetaria
“Las Leliqs son un problema derivado del déficit fiscal financiado con emisión monetaria. De allí que un eventual alivio en la carga de intereses de los pasivos del Central no debería verse como un sustituto del ajuste fiscal. No es la dinámica de las Leliq a lo largo de 2023 la que explica la aceleración inflacionaria. Son otros los factores que la determinan: a) la falta de financiamiento genuino del déficit fiscal, cubierto por emisión directa e indirecta del Banco Central; b) la sostenida caída de la demanda de dinero -aumento de la velocidad de circulación-, que achica la base imponible del ‘impuesto inflacionario’”, evaluaron los economistas Jorge Vasconcelos y Maximiliano Gutiérrez, del IERAL de la Fundación Mediterránea.