SEGÙN LAS CONSULTORAS ECONÒMICAS LA INFLACIÒN DE MAYO PODRÌA SUPERAR EL 9%
Tras el 8,4% de abril, el piso de inflación queda muy alto para el actual mes de mayo
La inflación de abril (8,4%) deja un piso alto para mayo dejando lejos la proyección de 60% anual prevista en el presupuesto de 2023.
De acuerdo a Econviews, la inflación aceleró por quinto mes consecutivo en una escalera que empieza con el 4,9% de noviembre y seguramente agregue otro escalón en mayo tras el salto de los dólares paralelos y los ajustes en gas y electricidad.
El rubro que más subió en el mes fue vestimenta y calzado (+10,8%), que encabezó el ranking de subas en 11 de los últimos 40 meses. Le siguieron alimentos y bebidas (+10,2%), sobre todo las verduras que aumentaron 22% en el GBA. Restaurantes y hoteles (+9.9%) y equipamiento y mantenimiento del hogar (+8.6%) también subieron más que el índice general.
Por incidencia, alimentos y bebidas explicó 2,74 puntos del 8,4% mensual, seguido por vestimenta (1,07 puntos) y restaurantes y hoteles (0,89 puntos).
Respecto a lo que está impulsando esta inflación «ochentosa», la consultora detalló: «Los desequilibrios monetarios y fiscales, mucho menores a los de esa década, no alcanzan para explicar la aceleración de 4-5% a 8-9% en los últimos meses. Ante un doble shock de oferta, la sequía y el cepo reforzado a las importaciones, los precios se ajustan para reflejar la escasez de dólares y de bienes y el pass-through de los tipos de cambio paralelos a la inflación gana peso».
«Y ahí sí aparecen los mecanismos de indexación y acortamiento de contratos que fortalecen la inercia. Las comparaciones con 1989 nos parecen prematuras, pero hoy el riesgo de un desbande es mayor que hace un par de meses», agregó.
Inflación récord sin salto cambiario
No es novedad que desde la salida de la pandemia la inflación viene pisando el acelerador. Lo que sí cabe destacar es que esta dinámica ocurre aún sin un ajuste discreto del tipo de cambio.
«En los últimos 10 años los fogonazos inflacionarios supieron tener lugar luego de un ajuste en el precio oficial del dólar. Los ejemplos grabados a fuego incluyen la devaluación en 2014 de la mano de Fábrega y Kicillof, la unificación cambiaria de 2015, la crisis de las LEBAC de 2018 y el día posterior a las PASO de 2019», señaló la consultora GMA Capital.
«Esta incongruencia es costosa. La contracara de ajustar el tipo de cambio constantemente por debajo del aumento de precios implica una evidente apreciación que repercute en la capacidad de acumular reservas. El dólar oficial fue uno de los precios que menos fue actualizado en la economía desde fin de 2019. Tal es así, que aún contemplando la inflación internacional, la apreciación real acumulada desde diciembre de 2019 alcanzó 27%», indicó en un informe.
«El Gobierno desde hace unos meses quiere compensar este déficit con una actualización del precio mayorista del dólar, pero que aún no le hace sombra a la marcha del IPC. La aceleración de las microdevaluaciones y los anuncios de nuevos tipos de cambio diferenciales ponen en evidencia que, bajo la cotización actual, las cuentas externas no cierran», agregó.
No obstante, GMA destacó dos puntos al respecto: «En primer lugar, incluir bienes que se consumen a nivel local en el dólar agro afectaría más al IPC que incluyendo solo a la soja, un producto que se exporta casi en su totalidad. Es decir, más productos de la mesa de los argentinos se encarecerían en pesos».
«Por otro lado, darle mayor impulso al crawling peg también retroalimentaría la nominalidad. El tipo de cambio pasaría a convertirse en un factor endógeno de inflación. Esta es la razón principal por la que desde la política se oponen a un salto discreto del tipo de cambio. Sin un programa que ayude a anclar expectativas, el ajuste del dólar oficial se trasladará directamente a precios casi de manera instantánea», agregó.
¿Qué se espera para mayo?
Según Invecq, el panorama para el mes de mayo luce igual o más negativo, y difícilmente se pueda ver una tasa mensual por debajo del 8%.
Para la consultora hay que tener en cuenta dos factores: «En primer lugar, una cuestión metodológica. Dado que la medición del IPC se hace con promedio mensual de precios, la aceleración de la inflación de abril -que se dio fundamentalmente en la segunda quincena del mes- deja un «arrastre inflacionario» importante para el promedio de mayo. Y esto es así porque la corrida cambiaria en los mercados paralelos, al igual que la aceleración del crawling-peg oficial (que llegó a superar el 8% mensual para desacelerarse nuevamente al 6%-7% actual), tuvo lugar en la tercera y cuarta semana del mes pasado (por eso el promedio mensual de variación de los paralelos da solo 10%)».
«En segundo lugar, los datos de alta frecuencia dan cuenta de una aceleración fuerte de la tasa de inflación durante la primera semana de mayo. ¿Estamos ante un nuevo escalón permanente del ritmo de precios? Ya pasamos del 5% al 6,5%… ¿estamos instalados ahora en el 8% mensual? Pueden parecer movimientos pequeños, pero en términos anualizados estos saltos significan pasar de una tasa anual de 80% a 113%, y luego a 150%», afirmó.
«Los rubros con mayor impacto en el promedio de precios para este último mes fueron los de indumentaria, y los de alimentos y bebidas no alcohólicas. En la comparación interanual ambos rubros vuelven a aparecer en los primeros puestos (lo que indica que el mes de abril no fue una excepción), acompañados también por los precios de restaurantes y hoteles», agregó.
«Un fenómeno que sigue tomando fuerza es la distorsión de precios relativos. Para el mes en cuestión, mientras que el precio de la indumentaria subió 10,8%, las bebidas alcohólicas subieron solo 3,8%. En términos anuales, mientras que el rubro con mayor suba marca un aumento del 126,6%, los servicios de comunicación avanzan al 81% anual. Una distancia de más de 40 puntos porcentuales entre dos rubros de la canasta de consumo», concluyó.
En este contexto, según Invecq los salarios reales tienen prácticamente probabilidad nula de recuperarse.
En tanto, Econviews aseguró: «Creemos que este mes la inflación puede dar arriba de 9%. La falta de anclas y la indexación consolidan un piso 8% para el resto del año, de manera que ajustamos nuestra proyección para 2023 de 135 a 150%. La interanual de abril marcó 108,8%, un nuevo máximo desde la salida de la híper».
«En el REM de abril solo el 10% más pesimista creía que la inflación podría cerrar el año arriba de 150%. Las proyecciones se mandaron entre el 26 y el 28 de abril, por lo que la devaluación de 19% del blue forma parte del cálculo. Pero el mercado se viene quedando corto mes tras mes. Después de un 2022 en el que erró en partes iguales por arriba y por abajo, en 2023 subestimó la inflación mensual por 0.6 puntos en promedio y casi un punto en abril», agregó.
«Mismo en nuestra nueva proyección de 150%, que parte de un escenario base sin devaluación abrupta ni crisis política, los riesgos son al alza. Los bonos tasa fija a octubre (TO23) rinden 163% y las lecer a fines de septiembre (X18S3) 2%, lo que da una inflación breakeven de 158%. Hoy nos parece demasiado, pero no es un escenario a descartar», consideró.
En cuanto a los salarios, la consultora dijo que corren de atrás a la inflación, pero no tanto, porque el universo formal está cada vez más indexado.
La norma pasó de 4 aumentos por año en 2021, a 8 en 2022, y en lo que va de 2023 algunos gremios como la UOCRA o comercio tuvieron aumentos todos los meses.
La mayoría de las paritarias vigentes se firmaron en marzo o abril y rigen solo hasta junio, con pautas trimestrales de 20 a 30%. El miércoles el Indec informó que los salarios subieron 10,1% en marzo, un número cercano al 9.8% del índice RIPTE, y 102% en el último año.
Según el índice de Econviews, que sigue a los principales gremios, subirán otro 8-9% en abril llegando a 105% interanual.
«Nuestra estimación es que el salario real caerá 2.5% este año, después de haber cerrado 0,3% arriba en 2022. Aunque con una inflación en la que se pone el foco en la frecuencia semanal, deflactar datos mensuales no capta en su totalidad el deterioro de los ingresos. Los grandes perdedores son los informales, cuyos salarios subieron 81% interanual al último dato de marzo», proyectó.