viernes 22 de noviembre de 2024 17:37:40

NINGUNA TREGUA: ALBERTO FERNÁNDEZ TENDIÓ PUENTES A CRISTINA PERO LOS K LE CONTESTARON CON IRONÍA

En el reencuentro con su vice, el Presidente evitó referirse a su reelección y quedó satisfecho con su discurso. En el kirchnerismo no ocultaron la tensión de fondo

Alberto Fernández dio el último discurso de su mandato frente a la asamblea legislativa, en el reencuentro con Cristina Kirchner, para defender su gestión y sellar otra vez la unidad del Frente de Todos, dos objetivos que el mandatario se había trazado en la previa y que, según el entorno presidencial, fueron cumplidos tras más de dos horas de monólogo.

«Salió muy bien, estuvieron todos los temas, estamos todos muy contentos», resumió una alta fuente del círculo chico de Fernández que lo acompañó antes y después del discurso.

Pasadas las dos de la tarde, el Presidente compartía las sensaciones de su reencuentro con la Vicepresidenta, en plena ofensiva del kirchnerismo, en un almuerzo en Casa Rosada junto al secretario General de la Presidencia, Julio Vitobello.

Antes del mediodía, Fernández llegó a la explanada del Congreso con un texto extenso que terminó de pulir en soledad, expectante por volver a verse cara a cara con la ex Presidenta tras seis meses desde el último encuentro, luego del atentado contra la vice del 1° de septiembre pasado.

En ese lapso, solo hubo algunas conversaciones esporádicas por temas puntuales, según confiaron en Casa Rosada, que no alcanzaron para suavizar el quiebre en el vínculo político entre ambos.

El jefe de Estado, de hecho, llegó este miércoles al Congreso en plena ofensiva del cristinismo, que espera que Fernández desactive cuanto antes el operativo reelección en torno a su figura.

«Alberto lo va a estirar lo más que pueda. Si decía hoy que renunciaba a la reelección, ¿cómo gobernábamos mañana?», analizó ante Clarín un par de horas después del discurso un estrecho colaborador presidencial que se sentó en el recinto junto al gabinete.

Más allá de esa estrategia de supervivencia, y de que en Casa Rosada siguen sin descartar la posibilidad de que Fernández intente buscar la reelección -«Alberto es un fighter, la va a pelear«, lo defendieron-, en el entorno del jefe de Estado se fueron del Parlamento con la sensación de que el contenido y el tono del discurso sirvió para «refrendar la unidad».

«Buscó sellar la unidad. Alberto nunca va a ser el que rompa», abundaron. En la mesa chica del Presidente celebraron que no hubiera menciones sobre sus ansias reeleccionistas. «Se corrió del eje electoral y no dejó pistas para saber si sigue o se baja. Fue muy acertado. Hoy si hubo un ganador, ganó la autoridad presidencial de un Ejecutivo que le puede hablar al pueblo para explicar adónde vamos», señalaron cerca del mandatario.

Proscripción no, inhabilitación política

En el kirchnerismo había, en la previa, una creciente expectativa por las alusiones del discurso presidencial en relación a la campaña contra la «proscripción» en la campaña contra la «proscripción» en la que el kirchnerismo se embarcó para defender a Cristina Kirchner. »

Fernández no mencionó ese término, que ya es parte obligada del libreto K y que el Presidente convalidó en la Cumbre del Frente de Todos, en el PJ.

El jefe de Estado sí cargó en durísimos términos contra la Corte Suprema.-«tomó por asalto el Consejo de la Magistratura«-, le dedicó al tribunal y a la Justicia buena parte del último tramo de su monólogo y subrayó que la situación procesal de los jueces están «buscando la inhabilitación política» de la vicepresidenta. Se ciñó exclusivamente a los libros de derecho.

«Habló de inhabilitación política, es lo mismo que decir proscripción, ese pasaje fue impecable», consignó un dirigente de La Cámpora que tiene diálogo fluido con Máximo Kirchner, el gran ausente -por segundo año consecutivo- en el inicio formal del año legislativo.

El jefe de Gabinete Agustín Rossi coincidió con esa observación. «El Presidente usó la palabra inhabilitación política. Eso es proscripción. Es un sinónimo«, sentenció el santafesino. Axel Kicillof tampoco fue de la partida.

Según trascendió, en el chat del gabinete se replicaron a primera hora de la tarde buenas impresiones del discurso. Eran muy pocos los que sabían, por caso, que el mensaje incluiría la mención a casos de «gente común» que se ubicó en los palcos de la asamblea y que el Presidente utilizó para «anclar» y «ponerle caras» a los logros que la Casa Rosada trató de capitalizar en el último año de esta gestión.

Fue una idea de la portavoz presidencial, Gabriela Cerruti, que mantuvo casi en secreto con el jefe de Estado.

No hubo finalmente, como anticipó Clarín, foto de despedida en las escalinatas entre los Fernández, un detalle que obedece «más al uso que al protocolo», pero que nadie extrañó.

Entre los funcionarios más cercanos a Fernández hubo entusiasmo por los gestos y el fondo del discurso.

“Fue muy importante el tono explicativo a la sociedad de los problemas que hay que resolver, como la inflación y la recuperación de los salarios. Destaco la defensa a Cristina y también la vehemencia para pararse frente a la Corte y mostrarle al pueblo la Justicia que tenemos y la que deberíamos tener”, señaló la ministra de Desarrollo Social Victoria Tolosa Paz.

Otra frustrada invitación a una tregua

En el entorno del mandatario enfatizaron el intento de tregua que ofreció a sus socios políticos. Destacaron que -en su reconocimiento de las deudas en materia económica- fue muy contemplativo para/con Sergio Massa y enfatizaron que reconoció su valentía al hacerse cargo del Palacio de Hacienda.

El líder del FR replicó en sus redes los números de crecimiento de la actividad económica. En la fuerza del tigrense saludaron los lineamientos del discurso, aunque opusieron matices sobre todo en lo referido a los años de gestión de Martín Guzmán.

El kirchnerismo, según recolectó este diario, recepcionó con simpatía el discurso. Fuentes parlamentarias resaltaron incluso que la extrema tensión entre la pareja gobernante desde la llegada de Fernández al Congreso disminuyó hacia el final.

El Presidente tampoco hace milagros. El cristinismo le sigue reclamando mayor contundencia en el rumbo del Gobierno, pero el vínculo político no tiene marcha atrás, como dejó en claro Andrés Larroque en la víspera. «Alberto Fernández no honró el acuerdo con el kirchnerismo», se quejó el ministro bonaerense.

Veinticuatro horas después el escenario era más armonioso. «Si pudiera sostener este nivel todos los días, pediríamos la reelección ya mismo», ironizó un dirigente camporista. Más allá de los puentes que tendió el Presidente, en el cristinismo exigen que apure su decisión de bajarse de una candidatura cuanto antes. «Estuvo bien el discurso, pero tarrrrrde«, amplió un referente camporista.

En su oferta de paz a sus aliados, Fernández hasta destacó la tarea del ministerio del Interior. Eduardo «Wado» de Pedro correspondió con aplausos mientras la transmisión oficial lo enfocaba.

La presencia de la CGT, que tampoco movilizó en las afueras del Congreso, fue meramente institucional. Apenas estuvieron los co-secretarios generales Carlos Acuña y Héctor Daer; además de Hugo y Gerónimo Moyano y Jorge Solá. El triunviro Pablo Moyano y su sector, también pegaron un faltazo elocuente.

En cambio, entre las organizaciones sociales del oficialismo que animaron «tímidamente» las inmediaciones del Congreso-el Evita apenas movilizó una delegación- y contaron con representantes en el palco también hubo conformidad con el discurso de Fernández.

«Fue realista con todo lo que se hizo y lo que hay que mejorar y cerrando filas con Cristina y la cuestión de la Justicia», destacó uno de sus máximos referentes.Fte. Identidad Correntina