EL KIRCHNERISMO Y SERGIO MASA PRESIONAN PARA QUE NO HAYA PASO
Desde Brasil, sin embargo, el Presidente insistió en que los procesos electorales «deben ser respetados»
Como si se tratara de un scrum en el rugby, Sergio Massa y el kirchnerismo unieron fuerzas para empujar a Alberto Fernández y dejarlo sin margen de acción ante el proyecto fogoneado por distintos sectores del Frente de Todos para eliminar las PASO.
Sin los votos en el Congreso para avanzar con la reforma electoral y con el Presidente aferrado a la postura de siete diputados oficialistas que ya explicitaron su negativa, cambiaron la estrategia: propusieron una negociación a puertas cerradas de la mesa política para «unificar» una posición. En definitiva, más presión para destrabar una ley que tiene como objetivo fragmentar a Juntos por el Cambio y facilitar el triunfo en la provincia de Buenos Aires.
Y fue Massa quien luego de versiones que daban cuenta de cierta tensión con Cristina Kirchner lideró la nueva avanzada contra el Presidente, que combinó lo electoral con la gestión, ya que el ministro también respaldó los cuestionamientos al aumento del 114% autorizado por el Gobierno a las prepagas en lo que va del año.
En el capítulo electoral, Massa consideró que «(Alberto) tiene que llamar a la mesa política del Frente de Todos para fijar una única posición (sobre las PASO)». «Hay cosas que en la coalición las tenemos que discutir cara a cara en una mesa, a puertas cerradas», expuso el ministro de Economía.
Así, en una entrevista en El Destape Radio, rompió con la solemnidad con la que venía pronunciándose en público en los últimos meses. Es que desde que asumió en el Palacio de Hacienda se centró en la gestión y optó por evitar definiciones políticas en las pocas notas que concedió. Hasta este lunes. Una vez aprobado el Presupuesto 2023 en Diputados y con la garantía de la vicepresidenta de que no correrá riesgo en el Senado, el tigrense se alineó en público con la pretensión K de voltear las PASO.
En este caso, además, lo hizo por partida doble, ya que además de mostrarse a favor de eliminar las primarias le sumó el pedido de la conformación de una «mesa política», algo a lo que desde el año pasado Fernández se opuso, a pesar de la insistencia del kirchnerismo, con el argumento de que quienes se lo piden, lo hacen con el objetivo de decirle lo que tiene que hacer.
Hoy saben que, con la mayoría de albertistas de la primera generación fuera del Gabinete, el reclamo de la «mesa política» tiene como finalidad torcerle el brazo en torno a las PASO. La pretensión de Fernández de que haya internas es en defensa propia: hasta el cierre de listas, las primarias son su reaseguro de que puede aspirar a la reelección, a pesar de que finalmente no se presente. Sin esa posibilidad, entienden en el Gobierno, la debilidad de su administración sería letal.
Aunque desde ambos sectores juran que no fue planeado, el alineamiento de Massa coincidió sugestivamente con un nuevo embate del ministro de Interior, Eduardo «Wado» de Pedro, con quien Fernández se encontró en Brasil, durante la visita que le realizó al flamante presidente electo Lula da Silva.
Es curioso pero hasta que De Pedro anunció allí que estaba trabajando «fuertemente en un proyecto para eliminar las elecciones intermedias», ni Fernández ni nadie de su tropa en el Gobierno estaba al tanto de la iniciativa. «Para nosotros no es tema, estamos con Lula», repetían desde la comitiva que acompañó al Presidente. Lo mismo entre los funcionarios que quedaron en Buenos Aires. El propio mandatario, junto al electo presidente brasileño, reclamó en ese marco el respeto por los procesos electorales.
La sorpresiva declaración del ministro de La Cámpora se dio días después de que admitiera que «la mayoría de los gobernadores e intendentes» del Partido Justicialista se oponía a la derogación de las PASO y que estaban «tratando de convencer al Presidente».
«Fue un diagnóstico lo que dije, en base a las opiniones que recibí como ministro del Interior (…) No estoy trabajando en la eliminación de las PASO», se justificó este lunes en diálogo con LN+, en la que pidió «desdramatizar la discusión».
En ese marco, De Pedro se mostró a favor de «eliminar la elección intermedia», una propuesta todavía más audaz ya que requiere una reforma de la Constitución Nacional, lo que prevé reunir dos tercios de los votos de ambas cámaras del Congreso, un número que el kirchnerismo está lejos de conseguir. «Si no está la mayoría absoluta para las PASO, es imposible pensar en reformar la Constitución», se sorprendió un albertista que no viajó a Brasil.
«No tiene sentido ni debatirlo ahora», respondió otro. Con todo, en la comitiva se esforzaron por desestimar cualquier signo de malestar hacia el ministro camporista, aunque no ocultaron que se trató de un tema sobre el que Fernández no tuvo injerencia.
«Yo soy partícipe de eliminar las elecciones intermedias y estoy trabajando fuertemente para ello. Cada gobierno, cada fuerza política, cada coalición que ofrece una propuesta de gestión tiene que tener cuatro años para desarrollarlo, entonces no puede haber una elección al año otra elección», explicó De Pedro. Cerca suyo aclararon que es una idea «a título personal» del camporista y «no del Gobierno».
Lo concreto es que sumó presión a un Presidente acorralado también por la gestión, porque Massa reforzó los dichos de Cristina, que había considerado «francamente inaceptable» el aumento de las prepagas, y sostuvo que «no tiene explicación».
Con todo, Fernández respondió con una sutileza entre líneas en un comunicado de Presidencia con la que ya había irritado días atrás a los K: «Con Lula compartimos la mirada sobre la necesidad de integración en América Latina, de que la democracia se consolide en todo el continente y que los procesos electorales sean debidamente respetados». Fte. Identidad Correntina