sábado 23 de noviembre de 2024 02:18:54

EL presidente le atribuye la derrota electoral a cristina y traba el acercamiento

El presidente es el principal escolló del acercamiento que intentaron sellar Máximo Kirchner y Larroque con Katopodis y Zabaleta.

Alberto Fernández repite a quien quiera escucharlo que «las cartas» de Cristina le hicieron perder al Frente de Todos unos diez puntos y por eso su gobierno fue derrotado en la elección de medio término.

Ese argumento es el central que esgrime cuando dirigentes importantes del peronismo le piden que hable con Cristina y normalice las relaciones en la cúpula del Frente de Todos.

En la misma sintonía, el Presidente se niega a modificar el gabinete para no aparecer «cediendo» ante Cristina. Una actitud que para varios de los integrantes de su círculo más cercano, termina siendo una verdadera trampa política, autoconstruida.

La negativa a hacer cambios en el gabinete deja al Gobierno sin iniciativa ante la evidente crisis política que vive, a la ahora se suma la disparada de la inflación que amenaza con detonar el crecimiento económico.

Esta situación de parálisis y conflicto interno proyecta una sombra negra para el Frente de Todos en las elecciones del año que viene. Motivo más que suficiente para que se activara una cumbre entre importantes dirigentes de ambos sectores.

El problema es que Alberto está empacado y le dice a todo el mundo que no piensa llamar a Cristina, que por sus cartas el gobierno cayó diez puntos y se perdieron las elecciones.

Días atrás el jefe de Gabinete bonaerense, Martín Isaurralde, fue el articulador de una reunión entre los cristinistas Máximo Kirchner y el Cuervo Larroque con los albertistas Gabriel Katopodis y Juanchi Zabaleta, como reveló este domingo La Nación.

Katopodis y Zabaleta son además de ministros, los jefes territoriales de los municipios de San Martín y Hurlingham. Eso en buena medida los empuja a entenderse con Máximo que es el líder del peronismo bonaerense y una parada inevitable en la discusión de las candidaturas del 2023. Mismo motivo, que a la inversa, propicia las ganas del hijo de la vicepresidenta, de entenderse con estos dos ministros.

Como sea, la reunión exploró la posibilidad de construir un marco político que propicie el regreso del diálogo entre Cristina y Alberto. «Pero el problema es que Alberto está empacado y le dice a todo el mundo que no piensa llamar a Cristina».

Esa situación si perdura, según el mismo dirigente, «sólo pronostica más piedras desde el kirchnerismo». Algo de eso se vio en el Chaco, donde Cristina evitó quemar la pradera, pero trató con desdén a Alberto. Fte.LPO