MAURICIO MACRI COBRA CENTRALIDAD Y LAS SOSPECHAS SOBRE SU CANDIDATURA
El endurecimiento del ex presidente ayudó a que el Gobierno cediera por el acuerdo con el FMI. Por qué definiría su “segundo tiempo” en marzo
“Hay que entender que con Cristina no alcanza y sin ella no se puede”. Lo dijo Alberto Fernández en febrero de 2018, cuando se reunió con la actual Vicepresidenta para superar sus diferencias de entonces. La misma frase es la que ahora parafrasean algunos dirigentes de Juntos por el Cambio para referirse al dilema que atraviesan: “Con Mauricio no alcanza y sin él no se puede”.
Aun con el debate interno que genera su gobierno, en particular por sus pésimos resultados económicos, la figura de Mauricio Macri sigue siendo más que relevante en la coalición opositora. Y la semana pasada tuvo un papel activo en las negociaciones para consensuar el texto del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Su endurecimiento derivó en el proyecto aprobado por la Cámara de Diputados, que contempló los cambios que querían en Juntos por el Cambio.
Esa posibilidad sirvió para que se retomaran las discusiones, tanto las internas como las que se mantenían con Sergio Massa, el presidente de la Cámara de Diputados. Las necesidades políticas de Alberto Fernández, en medio de la resistencia kirchnerista a votar el acuerdo, hicieron que el oficialismo aceptara las propuestas de Juntos por el Cambio. Así se llegó al proyecto de un artículo que sólo autoriza al Gobierno a renegociar la deuda, pero que incluso estuvo mucho más en sintonía con lo que pedía la oposición. Por ejemplo, en el agregado que menciona “la cancelación de los vencimientos del acuerdo stand by oportunamente celebrado en 2018 y el fortalecimiento de las reservas internacionales”. Con picardía, un referente de JxC interpretó que esa alusión “liquida” la causa penal contra Macri y sus funcionarios por el endeudamiento.
Sin embargo, hay algunos dirigentes de la UCR y de la Coalición Cívica que, en privado, le atribuyen a Macri haber obstaculizado el acuerdo con exigencias de último momento que complicaron las tratativas que se mantenían en el Congreso.
Por algo, luego de la sanción del acuerdo con el Fondo, el presidente del radicalismo, Gerardo Morales, decidió excluir al PRO entre sus agradecimientos en una publicación que hizo en Twitter: “Quiero destacar la gran responsabilidad institucional de Juntos por el Cambio buscando los consensos para evitar el default en Argentina. Felicito en particular al bloque de diputados de la UCR, la Coalición Cívica y el Peronismo Republicano por su compromiso desde un primer momento”.
Algunos creen que el mismo sentido tuvo lo que escribió Elisa Carrió en las redes sociales: “Felicito a toda la Coalicion Cívica por haber llevado adelante la estrategia de evitar el default. Privilegiando los intereses de la Argentina por sobre intereses especulativos y personales”. ¿Se refería a los “halcones” cuando habló de “intereses especulativos y personales”?.
Cerca de Macri lo descartan de plano: aseguran que el ex presidente y la fundadora de la Coalición Cívica hablaron dos veces en medio de las negociaciones legislativas, aunque admiten que con Morales predominó la desconfianza, aunque se reunieron en una hamburguesería de la zona norte para acercar sus posiciones sobre el entendimiento con el FMI. “Los radicales y Carrió estaban dispuestos a votar lo que quería el Gobierno. La postura de Mauricio y Patricia obligó al Gobierno a ceder”, aseguran.
Tras la votación, Macri se mostró magnánimo: durante una recorrida por Expoagro, en San Nicolás, dijo que “felicitaba a todos” los legisladores de Juntos por el Cambio porque “han tenido una gran actuación” y concluyó: “Hemos hecho lo correcto”.
En el PRO, de todas formas, revelan que el ex presidente tuvo otra actitud en la intimidad: al recibir a los legisladores de su partido para saludarlos por el triunfo político de Diputados, se quejó de “las estupideces de algunos de nuestros socios”.
La centralidad del ex presidente está fuera de discusión. Horacio Rodríguez Larreta acompañó la postura de los “halcones”, aunque estaba más cerca de la posición de las “palomas”, proclives a suscribir el acuerdo como sea para evitar el default. Hay quienes hablan de algunos dirigentes que moderaron su dureza luego de hablar con la embajada de los Estados Unidos.
El protagonismo de Macri recreó las eternas dudas sobre sus próximos pasos en la política: ¿será o no candidato presidencial? En diciembre pasado, el ex mandatario brindó la definición más concreta sobre el tema. “No me anoto en ninguna carrera para ser presidente en 2023?, dijo al programa “La cornisa”, de Luis Majul. Quienes lo rodean no están tan seguros de que sea así y deslizan que el momento para tomar una decisión será en marzo próximo. En 2022 no se puede hablar de candidaturas, advierten en el entorno macrista, pero a comienzos del año que viene será inevitable hacerlo. Y un mayor deterioro de la economía argentina, como prevén los economistas del PRO, podría darle más credibilidad al ex presidente. De por sí, según algunos encuestadores, está bajando su nivel de rechazo en la opinión pública.
Incluso se menciona que si Macri decidiera competir para volver a la Casa Rosada, le pediría a Bullrich que desista de la candidatura presidencial y se postule para la gobernación bonaerense, ya que, imagina, su primo Jorge Macri, actual ministro de Gobierno porteño, podría ser un excelente candidato a jefe de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires.
En el bullrichismo niegan esa versión y la atribuyen a “una operación del larretismo”. Luego de aclarar que la titular del PRO no tiene domicilio en la Provincia (y se requieren cinco años de domicilio en el distrito bonaerense para postularse a la gobernación), ratifican que su líder “no se bajará del proyecto presidencial”. Incluso se ofenden por la versión: “¿Por qué si se presenta Macri para competir en 2023 debería bajarse Patricia de su candidatura presidencial y no Rodríguez Larreta?”.
“Mauricio no va a ser candidato a la Presidencia”, aseguran allegados a Bullrich. “Nadie se mantiene tan activo en la política si no tuviera aspiraciones de volver a la Presidencia”, interpreta alguien que habla seguido con el ex presidente. Para un operador del gobierno porteño, Macri no hará nada que perjudique a Rodríguez Larreta, como complicarle las chances de llegar a la Casa Rosada. Y aseguran que el vínculo entre ambos mejoró muchísimo desde enero, cuando coincidieron en el exclusivo country Cumelén, en Villa La Angostura, Neuquén. Trascendió que tuvieron una sola reunión a solas, pero, en realidad, fueron dos y hubo muchos más encuentros sociales y comidas con amigos que compartieron en esos días de vacaciones.
En la UCR, enigmáticos, dejan trascender que Macri está armando equipos de trabajo para su “segundo tiempo” en el Gobierno y que invierte recursos en el interior para apuntalar su armado nacional. “Ojalá se presente para competir por la Presidencia. Es mi candidato favorito”, bromea un encumbrado dirigente radical: lo dice porque está convencido de que el ex presidente tendrá más probabilidades de perder que de ganar las PASO ante cualquier postulante del partido de Leandro N. Alem.
Nada está dicho todavía, en realidad. Algunos también pensaban en 2015 que, tras su derrota electoral, era imposible que Cristina Kirchner regresara al poder. Es que las crisis recurrentes siempre fueron previsibles en la Argentina, pero esta tierra siempre será próspera en materia de sorpresas políticas.