EL GOBIERNO AÙN NO CUENTA CON LOS VOTOS KIRCHNERISTAS, NI ALIADOS, NI OPOSITORES PARA RATITIFCAR EL ACUERDO EN EL SENADO CON EL FMI
Además del rechazo que adelantó el bloque oficialista, Juntos por el Cambio podría abstenerse, una jugada que tiene sus límites en la Cámara alta; aliados provinciales tampoco anticipan su apoyo
Si bien todavía no se conoce la letra chica, el gobierno de Alberto Fernández no tiene asegurado los 37 votos positivos que necesitará en el Senado para darle ratificación parlamentaria al acuerdo que el ministro de Economía, Martín Guzmán, negocia con el FMI.
Esto es así porque a la rebelión de su propia bancada el Poder Ejecutivo debe sumarle la decisión de Juntos por el Cambio, la principal bancada de oposición en la Cámara alta, que se niega a anticipar su voto hasta no conocer los detalles del entendimiento.
Según pudo saber este diario, uno de los lideres opositores le dijo al jefe del oficialismo en el Senado, José Mayans (Formosa), que el interbloque barajaba la posibilidad de dar quorum, pero que se abstendría al momento de la votación.
La de la abstención es la postura que anticiparon, con fuertes críticas a la gestión del gobierno nacional, los legisladores de Córdoba Federal, que responden al gobernador Juan Schiaretti, En el Senado, su representante es Alejandra Vigo, esposa del mandatario provincial.
La decisión de guardar silencio de la principal coalición opositora responde a la necesidad de evitar quedar entrampados en la interna que atraviesa a oficialismo desde que Máximo Kirchner pateó el tablero y renunció a la jefatura del bloque de diputados oficialistas en rechazo a las negociaciones con el Fondo.
“No podemos anunciar que vamos a votar algo que el propio oficialismo se resiste a votar”, explicó un senador de Pro el razonamiento que subyace detrás del silencio de Juntos por el Cambio. Para más datos, recordó que el propio Mayans dijo de manera pública que su bloque no fijaría una posición hasta no conocer los detalles del acuerdo.
Sospechas
En Juntos por el Cambio siguen como si fuera una novela turca los capítulos que va sumando la interna oficialista, sentados al borde de la silla y disfrutando cada nuevo episodio que se vino sucediendo desde que el hijo de la vicepresidenta hizo saltar por los aires la frágil alianza oficialista.
Sin embargo, no son pocos los que ven una estrategia política detrás del culebrón kirchnerista. “Nos quieren dejar pegados al ajuste”, fue la frase con la que resumió sus sospechas un senador radical.
Radicales y macristas no parecen ser los únicos que hacen esa lectura sobre los devaneos del oficialismo en el Senado en torno a las negociaciones con el FMI. “El kirchnerismo juega a que Juntos por el Cambio se tenga que hacer cargo del costo del acuerdo”, opinó un legislador de extracción peronista.
Pero la coalición integrada por radicales, macristas, provinciales y peronistas disidentes (no hay senadores de la Coalición Cívica), no es la única que prefiere esperar a que otros muevan sus piezas antes de mostrar cuál será su juego.
“Va a esperar, quiere ver qué va a mandar el Gobierno”, respondieron desde el despacho de Alberto Weretilneck (Juntos Somos Río Negro). Habitual aliado del oficialismo desde 2019, el exgobernador se ha movido en los últimos dos años al ritmo de la relación entre la Nación y la provi
En ese sentido, el Gobierno debería tomar nota que cualquier compromiso ante el FMI que afecte el flujo de fondos que reciben las provincias podría inclinar la balanza en varios despachos de la Cámara alta, incluso de senadores peronistas con terminales en sus gobernadores y ya no solo de aliados como Weretilneck y la misionera Magdalena Solari Quintana (Frente Renovador de la Concordia).
El dilema de las abstenciones
Abstenerse o no abstenerse, esa es la cuestión que por estas horas atraviesa al interbloque de Juntos por el Cambio en el Senado, que podría enfrentar la encerrona de verse impedido de usar ese recurso legislativo, o de tener que aplicarlo de manera selectiva, si es que no quiere quedar como responsable del fracaso del acuerdo con el Fondo.
Es que, en el Senado, las abstenciones cuentan como ausentes al momento de una votación, razón por la cual tienen que ser, votación mediante, autorizadas por el resto del cuerpo.
Así lo establece el artículo 212 del Reglamento de la Cámara alta. “El senador presente, con autorización del cuerpo, puede abstenerse de votar. En este caso, el cálculo del quorum y el cómputo de la votación se hará sobre la cantidad de votos que se emitan”, reza el segundo parágrafo de la cláusula.
Esto quiere decir que nunca la suma de abstenciones y ausencias en una sesión pueden alcanzar a 36, porque esto implicaría que el cuerpo perdería el quorum y, por lo tanto, quedaría impedido de votar.
El quorum, en el Senado, se alcanza con 37 senadores presentes, la mitad más uno del total de miembros de la cámara.
Por eso, en una medida sabia, el reglamento establece que son los propios integrantes del cuerpo los que deben autorizar las abstenciones. Es una forma de evitar la paralización de una sesión mediante el recurso de la abstención.
Llevado al caso del acuerdo con el Fondo, implicaría que los 34 senadores que suman Juntos por el Cambio, en el caso que así lo decidan, y la peronista cordobesa Alejandra Vigo (Córdoba Federal) solo podrían abstenerse si apenas uno solo de los otros 38 legisladores (35 del Frente de Todos y tres aliados) elige ese camino.Fte. LN