sábado 23 de noviembre de 2024 01:47:33

HAY QUE ESCONDER AL PRESIDENTE POR CARLOS M REYMUNDO ROBERTS

Tener un presidente poco serio es un problema recontra serio. No es un juego de palabras: lo digo muy en serio

Hemos tenido presidentes burros, burrísimos; malos, malísimos; corruptos, kirchnerísimos, pero este problema es de otra naturaleza: nos hemos dado un señor en el que no se puede confiar, al que no se le puede creer y al que ya no conviene exhibir. Un impostor, un revolucionario de café. La jugarreta de Cristina de haberlo coronado para que apreciáramos las diferencias es imperdonable. Si la cosa quedara entre nosotros, vaya y pase; el tema es que ahora Alberto ha paseado su impronta por Moscú y Pekín, y, sin pisarla, ha hecho estragos en Washington con su ristra de gestos y declaraciones. Anteayer, Santiago Cafiero, el embajador Jorge Argüello, Juan Manzur y Sergio Massa se pusieron a trabajar de urgencia en la recomposición del vínculo con el gobierno norteamericano, que está que trina. Rara parábola: un estado mayor para enmendar al comandante de ese estado mayor. ¿Cafierito, Manzur y Massa son la reserva de seriedad del Gobierno? Sí, por contraste.

Es tremendo leer las crónicas de estos días de los periodistas acreditados en la Casa Rosada. Hablan con funcionarios cercanos al Presidente, sus presuntos escuderos, y se encuentran con que ellos también le prenden fuego: “Claramente no fue su mejor oratoria”, “no hay que tomarlo al pie de la letra”, “se fue un poco de mambo”. Los guardianes del jefe hacen puntería con el jefe. Por suerte está la vocera Gabriela Cerruti, ella sí dispuesta a inmolarse por Meme: en un solo movimiento arremetió contra LA NACION por publicar off the record el pataleo de una alta fuente del Departamento de Estado; contra Jorge Liotti, autor de la nota, y contra la cronista Cecilia Devanna, la atrevida que se animó a preguntarle sobre eso en la conferencia de prensa. El Departamento de Estado no desmintió ni una coma de la información de Liotti, pero sí lo hizo Gaby. Perdonémosle su audacia y seamos comprensivos con sus rabietas: es portavoz de Meme, ¡porta la voz de Meme!, carga con ella, la vocea, la decodifica, la reinterpreta, la higieniza; a veces siente que desfallece bajo su peso, y otras veces le toca la ingrata faena de ocultarla. De las más extravagantes afirmaciones del profesor ante Putin y Xi Jinping nos enteramos por la televisión oficial de esos países, porque la Casa Rosada quiso evitarnos el disgusto y no las reprodujo. Mi amor, no lo censuran: lo cuidan. El jueves los agarró distraídos y retuiteó a un desconocido que estaba diciendo barbaridades. La historia no termina con que Meme borró el retuit, sino con que el desconocido se borró de Twitter. Sugerencia para los que velan por la imagen del Presidente: menos discursos, menos redes sociales, menos entrevistas, menos viajes, menos apariciones. En un país de presidencialismo fuerte, que se haga fuerte en Olivos.

«Cristina ya no intenta más conducir a Alberto; lo abandonó; hasta aquí no teníamos presidente; ahora, tampoco vice»

Ayer, Gaby Cerruti se disculpó con los periodistas; ahora, Alberto tiene que disculparse con ella, con Estados Unidos y con los 70 millones de chinos que murieron, asesinados o de hambre, durante la Revolución Cultural de Mao, que acaba de reivindicar; Cristina seguramente en algún momento se disculpará con nosotros, y nosotros deberíamos pedirle perdón al mundo por no controlar un poco mejor en Ezeiza quién viaja en la suite del Tango 01.

Llamé a un amigo español que vive desde hace muchos años en Pekín y le pregunté qué onda ahí con la delegación argentina. Me hizo un buen resumen: “A vuestro presidente le van a dar el carnet del Partido Comunista, pero está en lista de espera y le cobrarán la entrada. Este tío, el gobernador de Buenos Aires, llegó de Rusia muy emocionado y acá directamente terminó envuelto en lágrimas: como cuando llevamos a los chavales a Disney. El embajador Vaca Narvaja tuvo el arrojo de cantarle a Xi en mandarín el estribillo de una vieja canción comunista de la época de Mao, y a Xi parece que eso le causó gracia, por lo cual me imagino que los chinos van a reclamarle a Fernández que mande un embajador. En el resto de la delegación hablaron maravillas de los city tours”.

Se ve que también deberíamos estar atentos a los que viajan en la parte de atrás del Tango 01.

Acaso el punto más significativo de la gira fue la reunión en Barbados sobre medio ambiente, a la que Alberto quiso asistir porque sabía que en Buenos Aires lo esperaba un inoportuno cambio climático en su relación con Cristina y con La Cámpora. Ella ha dejado de intentar conducirlo; en realidad, lo ha dejado. A la experiencia de vivir sin presidente ahora hay que sumarle que nos quedamos sin vice. La renuncia de Máximo en Diputados fue la declaración formal de comienzo de las hostilidades. Desde aquí hasta el final del mandato asistiremos a una diferenciación cada vez mayor del kirchnerismo, a una guerra de guerrillas apenas solapada. Siento como un vacío existencial. El peronismo siempre fue detrás de un líder, o del que aseguraba votos, y de pronto lo vemos huérfano y desnutrido. El país tiene que salir ya mismo a rescatarlo. Vayan yendo que yo después los alcanzo.