LOS SENADORES OFICIALISTAS RECLAMAN PONER DINERO EN LA CALLE Y ENDURECER EL DISCURSO KIRCHNERISTA
Perdimos gente nuestra, votos propios”, explicó un senador kirchnerista, para quien gran parte de la baja participación en las primarias se explica en “los desilusionados” con un Gobierno
Catarsis, críticas al rumbo del Gobierno y pedidos de endurecer el discurso kirchnerista es el clima que impera entre los senadores oficialistas, que todavía no terminan de asimilar el golpe de las primarias y que ven muy difícil que en noviembre se pueda revertir la historia.
“Estamos todos shockeados”, fue la frase que utilizó un veterano senador peronista para graficar el estado de ánimo en las huestes oficialistas de la Cámara alta. Por el momento, el balance electoral no pasa de la informalidad de los contactos telefónicos a la distancia entre compañeros de bloque.
A priori, el panorama no es alentador y los legisladores oficialistas lo saben. De repetirse los resultados del último domingo, el bloque del Frente de Todos quedaría reducido a 35 senadores, dos por debajo del quorum, y Cristina Kirchner ya no podrá manejar con su propia tropa los tiempos de la Cámara alta, como lo hizo en los últimos dos años, sino que deberá apelar al apoyo de fuerzas provinciales.
Todavía aturdidos por el impacto de las primarias y sin mayores precisiones de lo que se analiza en los centros del poder oficialista, los senadores del Frente de Todos se enfrascaron en las últimas 48 horas en un proceso de catarsis en el que se escucharon múltiples explicaciones sobre el resultado de las primarias. Sin embargo, hubo una fuerte coincidencia en el diagnóstico de cómo tratar de remontar la cuesta: endurecer el discurso kirchnerista y poner plata en el bolsillo de la gente son las respuestas que más se repiten.
En otro despacho, el diagnóstico es coincidente. “Este es un gabinete muy tibio, que no se juega”, afirmó un legislador norteño, poniendo el énfasis de la derrota en la gestión de Alberto Fernández y, sobre todo, de su equipo de colaboradores. “Se debatió en la campaña como si no hubiera habido una pandemia, como si fueran tiempos normales”, agregó.
En los despachos más kirchneristas, la bronca con el Gobierno es inocultable. Así, un senador con aceitada llegada a la vicepresidenta se quejó por lo que calificó como “un destrato muy fuerte” de Alberto Fernández. “Ni un café a Casa Rosada nos convocaron y eso es porque en el Gobierno ven al Senado como territorio de Cristina”, sentenció.
También se escucharon críticas a los errores no forzados del Gobierno, como el cumpleaños de Fabiola Yáñez en plena cuarentena estricta. “Los 50.000 millones de dólares de endeudamiento de Macri quedan abstractos al lado de la foto de Olivos, que vio todo el mundo”, se lamentó el legislador norteño.
Algunos, los menos, reconocen que el rumbo económico jugó un papel importante en la elección del domingo y piden acciones concretas.
“Hay que poner plata en el bolsillo de la gente”, reclamó un senador patagónico, quien no puede dejar de ver con pesimismo el futuro. “Dos meses es poco tiempo, no creo que se pueda revertir lo del domingo”, remató.
Por el momento, no hay previstas acciones legislativas, aunque se espera que en los próximos días el oficialismo muestre algún tipo de reacción que se traduzca en trabajo en las comisiones o en el recinto de la Cámara. El tenor de la jugada es, todavía, una incógnita.
Hasta ahora, los senadores oficialistas solo intercambiaron impresiones en contactos bilaterales, por teléfono. Todavía está muy fresca la herida para un encuentro de bloque. El humor, por el momento, ni siquiera alcanza para convocar una reunión en modo virtual. “Esto hay que hablarlo en persona, ya no hay mucho más espacio para seguir con la virtualidad”, explicó un senador oficialista.Por Gustavo Ybarra. Fte. textual LN