ECONOMÍA: LA CLASE MEDIA ATRAPADA EN UN PELIGROSO LABERINTO DE DEUDAS POR GASTOS CON TARJETAS CUOTAS Y PRESTAMOS
La deuda más grande es con compras con tarjeta», explica D’alessio, debido a la facilidad de compras en cuotas y plataformas de ecommerce
Así es el laberinto de deudas por gastos con tarjeta, cuotas y préstamos que atrapa a la clase media. La clase media está en un laberinto de deudas, cuotas y refinanciaciones. El endeudamiento creció 11 puntos porcentuales (de 62% a 73%) entre 2020 y 2021, según un sondeo de la consultora D’Alessio Irol, y la clase media –sobre todo los sectores altos– fueron los más tentados a tomar deuda, atraídos especialmente por la facilidad de financiación con tarjetas de crédito de los planes Ahora 3, 6,12 o 18.
«La deuda más grande es con compras con tarjeta», explica D’alessio, debido a la facilidad de compras en cuotas y plataformas de ecommerce.
«Esto lo vimos después de 2002, con todo el proceso que hicieron, por ejemplo, las tarjetas de crédito, que dieron beneficios y facilidades de compra, que llevó a una ‘luna de miel’ de la población con las tarjetas de crédito, que años después se revirtió en un ‘¿por qué me facilitaron tanto la compra y ahora no puedo pagar?'», agrega.
«Otro de los puntos que también vamos a seguir analizando es en qué medida las compras de supermercados y las compras de alimentos se siguen haciendo con financiación en lugar de pago al contado. Porque este sería un síntoma bastante serio de lo que puede estar pasando» señala D’Alessio.
Paradójicamente, la presión por pagar las deudas es inversamente proporcional a cómo los sectores están efectivamente endeudados. El 83% del sector medio alto reporta deudas, el medio registra un 65% y el sector medio bajo un 59%.
Tal vez una de los factores más sorprendentes –una suerte de radiografía de lo que está pasando en el país– es que apenas el 56% de los encuestados tiene algún proyecto que involucra dinero, de acá a fin de año. La mayoría (31%) planea mejorar el lugar donde viven (como alguna pequeña obra o reparaciones), mientras que intentar pagar sus deudas (23%) figura como la segunda prioridad. Otros proyectos como cambiar o comprar un auto caen al 10% y cambiar el celular un 8%.
Por otra parte, la compra de inmuebles o invertir para alquilar está casi al final de la lista, en línea con las intenciones de mejorar el espacio donde viven, síntoma de que no planean mudarse en el corto plazo.
En este sentido, una fuente bancaria señala: «Hemos notado un crecimiento de generación de nuevas deudas para cancelar otras deudas e, incluso, endeudarse para afrontar gastos corrientes, situación que atribuimos al ‘descalce’ entre la inflación real y el aumento de salarios».
Y es que si bien varios bancos mencionan a las tarjetas de crédito como el principal factor de endeudamiento, también está creciendo la demanda de préstamos personales. De hecho, el último informe de First Capital Group señala que los préstamos personales crecieron 1,5% en junio, y un 18% en el primer semestre de 2021.
«Comparado con el año pasado, ahora están creciendo más los créditos personales que las tarjetas de crédito. Pero eso se debe también a que durante el año pasado la demanda de créditos personales cayó mucho –explica otra fuente bancaria –. Tienen tasa de interés real negativa. No sé si la gente lo percibe de esa manera o no, pero cuando hay posibilidades de endeudarte a una tasa fija que uno espera más baja de la inflación, hay más demanda».
Alerta: crece la mora
La otra cara es que, luego de un año marcado por las regulaciones que aplicó el Banco Central de la República Argentina (BCRA) para tratar de contener el impacto económico de la pandemia, la mora está empezando a crecer.
En este sentido, otra de las fuentes bancarias consultadas analiza: «Si uno mira los indicadores de calidades de cartera del año pasado, probablemente sean los mejores de la historia. Hasta marzo de este año, lo que se hizo fue que cualquier cuota que el cliente o la empresa no pudiera pagar se consideraba transferida hacia el final de la vida del préstamo. Con lo cual, ningún cliente entraba en mora porque o pagaban o lo que no se pagaba se consideraba transferido hacia el final del préstamo», explica.
Por lo tanto, era casi inevitable que una vez corrido el filtro regulatorio, la imposibilidad de afrontar los pagos, aunque sea de manera transitoria, comenzara a aflorar. Pero aunque el nivel de deterioro es importante, algunos son relativamente optimistas: «Hay muchos sectores que la están pasando mal y eso se ve reflejado, pero el nivel de deterioro general, hasta ahora, es incluso un poco menos de lo que hubiéramos previsto en un escenario como este», señala una de las fuentes y agrega: «Hasta ahora veo un nivel de deterioro, pero no una situación explosiva como la de 2001″.