El Centro Cultural Kirchner será mañana, desde las 12 del mediodía, el escenario de un acto que puede tener un alto voltaje político: por primera vez en meses, el presidente Alberto Fernández, el gobernador bonaerense, Axel Kicillof y el Jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, compartirán un mensaje común hacia la población con la pandemia como tema central. La trama no será esta vez el anuncio de medidas sanitarias, como lo hicieron durante casi todo el 2020, sino un homenaje a las víctimas del coronavirus y, también, un reconocimiento a la tarea de los trabajadores esenciales. Tendrá un trasfondo cultural, con lectura de poesía y música en vivo, lo que deja trascender la mano, detrás del armado, del ministro de Cultura, Tristán Bauer, uno de los funcionarios más cercanos a Cristina Kirchner.

Según pudo averiguar Diagonales, Bauer viene trabajando en la idea dese hace meses, y tuvo el visto bueno de presidencia en las últimas horas. Los preparativos arrancaron esta mañana a contrarreloj en el hall principal de ingreso del CCK, donde desde hace dos semanas se había convertido en una de las sedes de vacunación de las fuerzas de seguridad. Fiel al estilo del ministro, los agentes se vacunan con música clásica en vivo. Esa idea, de poner las expresiones culturales al servicio de la gestión de la pandemia, es uno de los lineamientos principales de su gestión, y la base de la idea que se terminará de concretar mañana.

El homenaje contará con música en vivo, recitado de poesía y reunirá no sólo al Presidente, al gobernador y al Jefe de Gobierno, sino a varios representantes de distintos credos, a trabajadores esenciales y a sindicatos. Se esperan también varios gobernadores, según confiaron a este medio desde la organización del acto. La idea es hacer una suerte de duelo colectivo, curado con arte, de la tragedia colectiva del Covid, pero además tendrá un alto contenido político, del que dependerán, además, el tono de los mensajes que se transmitan.

Hasta ayer, se barajaba la idea de transmitir el acto por cadena nacional, lo que terminará por confirmarse durante el día de mañana, de acuerdo al volumen político que finalmente Presidencia quiera imprimirle.

Es que de fondo, además del homenaje, el valor político del acto se basa en que será la primera vez que se los vea juntos a los principales dirigentes responsables de las políticas públicas de la pandemia en mucho tiempo. Ya a fines de 2020, las tensiones propias de la gestión –desde la quita de fondos de coparticipación de la Ciudad en favor de la Provincia hasta las diferencias sobre el grado de las aperturas, vuelta a clases presenciales incluida– y el calendario cada vez más apretado y cercano a las elecciones fueron haciendo imposible la repetición de aquellas conferencias de prensa que los tenían como protagonistas exclusivos y que, según la encuestas, era uno de los puntos que más valoración tenía entre la sociedad.

Además, las tensiones propias al interior de cada frente levantan el perfil de este tipo de actos. Larreta viene de una semana intensa, en la logró avanzar varios cuerpos en su intención de imponer a Diego Santilli como candidato en Provincia y a María Eugenia Vidal en la Ciudad, no sin costo: todavía está abierta la puerta a una interna con Patricia Bullrich en su propio territorio y una latente confrontación con su padre político, Mauricio Macri, que adquiere cada vez más voltaje. Que el Jefe de Gobierno vuelva a sentarse al lado del gobernador y el Presidente puede interpretarse como otra muestra más de su apuesta política, que corre a Macri y a Bullrich cada vez más a la derecha. Mientras ambos dirigentes se muestran cada vez en posiciones anti peronistas y anti-gestión sanitaria, Larreta avanza en el famoso “diálogo institucional” que tanto fruto le rindió en la opinión pública y que forma parte central de su discurso electoral.

Por otro lado, los conflictos al interior del Frente de Todos, marcados por las decisiones económicas en este año electoral y con la mira puesta en la situación del conurbano, entre muchas otras, también juega su papel como trasfondo de un acto con amplitud de gobernadores y transversal. En ese sentido, que un ministro de CFK haya sido el motor de la movida encierra otro tipo de especulaciones: tampoco le vendría mal al gobierno mostrar una foto de unidad e institucionalidad antes de una campaña que promete ser complicada cuando la mayoría de la población está preocupada por su salud, cansada de las restricciones y con problemas para llegar a fin de mes. El Gobierno necesita hace rato mostrar una foto de unidad de todo el espacio, con todas las patas del Frente de Todos que permitió derrotar a Macri hace dos años. Esa foto llegará, tarde o temprano. Habrá que ver si llega a ser mañana; y por cadena nacional.