LECCIONES DE PANDEMIA POR EL CONSULTOR POLÍTICO CARLOS FARA
Para malas noticias no hace falta que las escriba yo, para eso ya están los medios y la selectividad de cada uno. Por lo tanto, vamos a poner algunas cuestiones en perspectiva
Carlos Fara. Hoy 3 de marzo se cumple un año del primer infectado de COVID-19 en la Argentina. Doce meses después tenemos más de 2 millones de contagiados y 52.000 fallecidos. En tiempo record para la historia universal tenemos varias vacunas disponibles, pero que su efecto real está por verse.
Mitad del vaso lleno o vacío? Para malas noticias no hace falta que las escriba yo, para eso ya están los medios y la selectividad de cada uno. Por lo tanto, vamos a poner algunas cuestiones en perspectiva:
Mejor que hace un siglo. Aunque las cifras puedan alarmar, los habitantes del planeta la están atravesando infinitamente mejor que con la gripe española de 1918-19 en términos de víctimas fatales.
Al existir una revolución de los medios de comunicación se viraliza rápidamente la histeria colectiva, pero también la difusión sobre las medidas de precaución que debe tomar la población, mejorando la perspectiva de mediano y largo plazo. La respuesta en tiempo real es un factor central de esta época.
En un mundo que iba en una dirección –más globalizado, más viajes, más turismo, más comercio, más intercambio, más sociabilidad- era muy difícil que se respetaran cuarentenas estrictas. ¿Qué sucedió? Tarde o temprano la gente iba a buscar un desahogo, sobre todo los más jóvenes. Esto nos trae lecciones sobre qué tipo de regulaciones aceptan / toleran las sociedades del siglo XXI. Imposiciones de corto plazo, sí. De mediano y largo plazo son sencillamente intolerables, y no hay poder coercitivo en el mundo que lo pueda lograr (al menos por la vía tradicional).
Cuestión de timing. Las sociedades tarde o temprano iban a perderle el miedo al virus, lo cual iba a hacer bajar la guardia sobre las precauciones. Por ejemplo, llevamos varios procesos electorales post pandemia: Dominicana, EE.UU., Chile, Uruguay, Ecuador, El Salvador. Este domingo 7 Bolivia tiene una nueva elección en el lapso de 5 meses. En ningún lado se desató una ola de recrudecimiento tal que hiciera pensar que los comicios se los debiera seguir postergando. Tampoco hubo impacto negativo sobre el nivel de participación. Más allá del contexto de cada país, la gente asiste en mítines de campaña sin mayor preocupación, con su barbijo y alcohol en gel, aunque con poca atención sobre el distanciamiento físico.
Es la economía, estúpido! En toda América Latina la sociedad le tiene mucho más miedo a la falta de empleo por culpa de la pandemia, que al virus mismo. Lógico, no? Es como si se preguntara: ¿de qué prefiere morir: por el COVID-19, por inanición o por tristeza? Seguro que por ninguna de los tres, pero ¿si tuviera que elegir? Cada cual tendrá su respuesta. Lo cierto es que la parálisis es fatal.
¿Hubo respuesta coordinada a nivel mundial? No, pero tampoco se puede decir que no haya habido ninguna coordinación. Tengamos en cuenta que no solo se coordinan los Estados –actor central del mundo moderno- si no también las organizaciones de la sociedad civil, las empresas, los gobiernos sub nacionales, las sociedades científicas y médicas, la gente a secas a través de las redes sociales. De modo que si se considerase que la OMS anduvo mal, no es lo único que cuenta en el planeta. Hay muchos otros jugadores que inciden y hasta tienen una mayor legitimidad que lo estatuido. Gracias a las TICs, la coordinación global ha sido mucho mayor que en cualquier otra circunstancia.
La economía mundial está reaccionando más rápido de lo que se esperaba. No es la panacea y la película no terminó, pero lo importante son las expectativas, porque así se mueve la rueda. Es la segunda gran crisis que tenemos en 12 años (la anterior fue la mega crisis de 2008) y parece que algo de la experiencia acumulada por los tomadores de decisiones hace efecto. El Banco Central Europeo, de la mano de Alemania, llegó a la conclusión que emitir en este caso puede ser conveniente para evitar males mayores (movimientos políticos y sociales incontrolables). John Stuart Mil resucitó! “Sabe poca economía el que solo sabe de economía!”.
Pero Fara, el mundo es hoy más pobre y menos igualitario que hace 12 meses atrás! Sin duda. Si el mundo se recupera, la pobreza puede volver a niveles previos tarde o temprano. La desigualdad es más complejo porque 1) la dinámica de la economía digital genera súper ganadores, lo que tiene el efecto de menor equidad, y 2) si se toma en cuenta la crisis de 2008, finalmente se sale pero no se restablece el equilibrio previo, sino con más perdedores que ganadores.
Y la Argentina en este cuadro? Ahh, eso es harina de otro costal.