sábado 16 de noviembre de 2024 05:19:43

POLÌTICA: VILMA IBARRA LA SECRETARIA LEGAL Y TÉCNICA DIJO EL PRESIDENTE NO PROPUSO LA REFORMA JUDICIAL

Nadie planteó ningún aumento de la Corte. Acá tenemos designaciones con dos tercios de los votos del Senado. Se agitan fantasmas que lo que hacen es opacar el debate

La reforma judicial, en qué le cambia la vida al ciudadano?. Es razonable que la gente no lo entienda porque el Poder Judicial se ve tan lejos de los ciudadanos…Lo que nos queda claro es que la ciudadanía argentina en general percibe que la justicia no anda bien. La Justicia federal es la que investiga los delitos de mayor relevancia para la seguridad nacional, narcotráfico, trata de personas, contrabando, corrupción. Creo que estos cuatro temas cambian la vida de los ciudadanos. Y la percepción es que tenemos una justicia que no llega a demostrar que es igualitaria, proba, que no es pendular. Acá hubo un compromiso del Presidente en su campaña, que quería terminar con privilegios en la Justicia. Es inaceptable que jueces y juezas no paguen igual que el resto de los ciudadanos impuesto a las ganancias; es inaceptable que tuvieran un régimen jubilatorio de privilegio.

– Sergio Massa dijo que no consideraba necesario el aumento de los miembros de la Corte, algo que había dicho el Presidente. Pero qué el Comité Asesor puede aconsejar una ampliación….

Yo no voy a dar opinión. El decreto establece sobre qué temas el Presidente pide ser asesorado. Sobre la Corte los pedidos son sobre competencia originaria, recursos extraordinarios, cómo puede funcionar con una mirada federal y de género. No está en debate el número de integrantes de la Corte, no lo hemos pedido. No parece auspicioso que un sector de la oposición generara un rechazo absoluto días antes, sin siquiera conocer el texto del proyecto. Y que un sector generara un cacerolazo antes de conocer siquiera el texto. El Presidente no propuso la ampliación de la Corte entonces, en forma increíble, había sectores que habían convocado un cacerolazo frente a algo que no había sido propuesto y frente a un proyecto que no había sido leído.

– En el gobierno anterior ya se había propuesto una reforma similar, ¿no hubiera sido más viable convocar a la oposición antes para elaborar un proyecto de consenso?

Si lo que estamos discutiendo es proyectos, esos consensos se debaten en el Congreso porque el proyecto que se envió tiene tres partes muy importantes. Uno es la justicia penal federal con asiento en la Ciudad de Buenos Aires, el segundo la unificación de Civil comercial federal con Contencioso administrativo y el tercero es la justicia federal con asiento en las provincias, casi una copia exacta de un proyecto del macrismo en el marco de Justicia 2020. Nosotros no tenemos vocación de sentarnos a negociar jueces, esto no tiene que pasar más. El Poder Judicial si hay algo que sostiene estoicamente es este funcionamiento donde hay familias históricas con todas las características propias de un Poder Judicial bastante separado de la ciudadanía. Queremos cambiar eso. No queremos más para la Argentina ni jueces de Macri, ni de Alberto Fernández ni de Cristina, ni de nadie. Queremos jueces y juezas que salgan de procesos de selección del Consejo de la Magistratura transparentes.

– ¿La negociación de jueces no es inevitable? Hacen falta dos tercios para designar a un juez o miembro de la Corte y eso lo deciden los políticos…

Para jueces y juezas tenés un proceso de selección en el Consejo de la Magistratura que, si logramos lo que se marca en la reforma, va a ser muy transparente. Si tenemos concursos cerrados, escritos, que nadie conoce, si trasladamos a jueces de un lado a otro…empezamos todos a sospechar. En cuanto a la designación de jueces de la Corte, a partir del decreto de Néstor Kirchner y un decreto similar en el Senado, se pasa por un sistema de audiencias públicas, con un control social y audiencias muy altos.

– Pero los nombres por ejemplo para la Corte se terminan definiendo con la oposición…

Nadie planteó ningún aumento de la Corte. Acá tenemos designaciones con dos tercios de los votos del Senado. Se agitan fantasmas que lo que hacen es opacar el debate.

– Hay dos casos emblemáticos, los de Norberto Oyarbide y de Rodolfo Canicoba Corral. Ambos con varias denuncias en el Consejo de la Magistratura, incluso de enriquecimiento ilícito, se jubilaron sin problemas. El primero en el gobierno de Macri y el segundo con el de Alberto Fernández…

No integro el Consejo de la Magistratura ni me he involucrado en las investigaciones vinculadas a un juez o a otro. Creo que una de las grandes deudas es el Consejo de la Magistratura. No es un Consejo que haya funcionado bien, también ha tenido estas posiciones pendulares y dificultades muy grandes en su funcionamiento. Tenemos que lograr un funcionamiento mas vinculado a que jueces y juezas sean independientes de los poderes fácticos y sacando la idea de que si la sentencia no me gusta hay que destituir y sacarnos las costumbres de ir a negociar con ellos cuando uno es gobierno.

– Corresponde que el oficialismo avance en el Senado con el tratamiento del pliego de dos jueces como los casos de Bruglia y Bertuzzi porque cuestiona sus traslados, después de que una jueza en lo contencioso administrativo federal ordenara suspender ese trámite?

Lo que no corresponde que pase es que un juez o jueza le ordene al Senado si tiene que tratar o no un pliego. Es una cosa francamente desconcertante. El calificativo sería incorrecto y no pertinente. La facultad de tratar un pliego o no, constitucionalmente le corresponde al Senado de la Nación. Sería equiparable a que el Congreso de la nación dictará una ley diciéndole a la Corte Suprema que no dicte un fallo en determinada causa. No puede, del mismo modo un juez o una jueza, de los miles y miles de jueces, no puede decirle al Senado usted absténgase de dar tratamiento a algo que la Constitución pone en manos del Senado.

– ¿Esto puede generar un limbo jurídico? Hay jueces que han hecho presentaciones judiciales y quiénes afirman que el traslado es inconstitucional. ¿Qué pasa si el Senado desaprueba ese traslado pero a la vez hay causas abiertas en la Justicia?

No hay limbo jurídico, la Constitución es muy precisa sobre la facultad de cada uno de los poderes. El Poder Ejecutivo no puede intervenir en el Poder Judicial; el Poder Legislativo puede dictar leyes pero no puede darle órdenes a los jueces sobre cómo deben actuar. Los jueces no pueden decirle al Poder Legislativo absténgase de dictar una ley o de dar acuerdo, ni al Poder Ejecutivo qué tiene que hacer con la terna de jueces. O sea que no hay limbo jurídico. Todo lo demás son manipulaciones políticas.

– Esto agravó la discusión política en el Congreso. Elisa Carrió, la Coalición Cívica, envió una carta documento a varios senadores oficialistas y amenazó con querellarlos….

Eso ya forma parte de las intencionalidades políticas de cada uno pero no es lo que dice la Constitución. La Cámara de Diputados no puede decirle al Senado ustedes hagan o no hagan, absténgase de dar acuerdo o no. Hay que respetar la Constitución nacional.

– ¿Qué opina de la marcha convocada para el lunes, en “defensa de la libertad”, por Luis Brandoni?

Estamos en una situación compleja, América está siendo epicentro de la pandemia. Francamente lamento mucho que se tomen medidas y una convocatoria que pone en riesgo la salud pública e individual de las personas, y eventualmente la vida. Las mismas personas que dicen que no van a discutir en el Congreso la reforma judicial u otros proyectos de ley hasta que no termine la pandemia porque no se puede sesionar en forma presencial, convocan a una movilización con un montón de gente en la calle donde, se sabe, es muy difícil mantener la distancia física para evitar la propagación del virus. Y en un momento tan difícil, donde está tensionado el sistema de salud y tenemos muy altos niveles de contagio, no parece prudente, parece riesgoso. Lamento profundamente que esto se haga, en el marco de un reclamo político que se podría debatir en el Congreso de la Nación.

– En la Coalición gobernante hay distintas opiniones y tres socios principales, Alberto, Massa y Cristina, pero fue ella quién aportó los votos. ¿Cómo legitima Alberto Fernández el poder presidencial?

Acá tenemos una coalición con una historia. Hubo una mirada de enorme inteligencia de Cristina Fernández para aportar un caudal muy importante de votos, pero no quedaba claro si eso alcanzaba para ganar. Mas que cómo arma Alberto Fernández diría cómo arma este gobierno que es de coalición. Que tiene un Presidente elegido que claramente ejerce el liderazgo, pare eso fue elegido en el marco de esta coalición; una vicepresidenta muy importante, de un enorme peso político; y con el apoyo de Sergio Massa y otros sectores que han sido importantísimos para cohesionar esta coalición. Tenemos una coalición diversa, por supuesto, que tiene matices, diferencias y muchos consensos. Yo desdramatizaría cualquier mirada con diversidad. Creo que esta legitimidad que tenemos por los votos, también la tenemos por el apoyo que hemos tenido a la política del Presidente por la pandemia. Es enorme, probablemente no alcance, seguramente hemos cometido errores, pero en el contexto que nos tocó gobernar, es muchísimo.

– La diferencia con otras coaliciones es la figura de Cristina Kirchner con un liderazgo fuerte, no moderado. ¿Cómo se administran las diferencias internas con la sensación de impunidad que genera la presencia de Cristina en parte de la sociedad?

El presidente y la vicepresidenta tienen la legitimidad que da los votos de la ciudadanía que en su mayoría los pusieron en ese lugar. Tenemos una coalición con diversidades, sí. Con un liderazgo del presidente porque así lo acordaron. Creo que es un momento de la Argentina de construcción en esta etapa de un liderazgo menos pasional, mas integrador y dialoguista. Alberto es una persona de enorme capacidad de diálogo, pero muy firme. Que tiene un excelente vínculo con su Presidenta, a veces pueden tener diferentes miradas. También Sergio Massa tiene su mirada y otros sectores. Vinimos a clausurar una etapa que le hizo mucho daño a la Argentina y a construir un camino muy vinculado a los consensos.

– Internamente, los sectores que responden a Cristina y a Massa, ¿están realmente alineados detrás de Alberto Fernández?

La riqueza de la diversidad a nosotros nos suma. Venimos de biografías distintas pero es una coalición integradora, que suma.

– La relación de Alberto Fernández con Rodríguez Larreta parece ir en contra de esa grieta. ¿Larreta es uno de los dirigentes con los cuales el Gobierno puede consensuar?

Rodríguez Larreta es un dirigente del PRO. Está en la oposición y nosotros tenemos la obligación de trabajar con gobernadores y gobernadoras de nuestra fuerza política y de la oposición porque la gente nos ha elegido como gobernantes. Claro que tenemos miradas muy distintas. Rodríguez Larreta ha sido parte del gobierno de Mauricio Macri, una parte muy importante del sostenimiento de Mauricio Macri y nosotros somos muy fuertemente opositores, estamos en las antípodas de Mauricio Macri. Sí creemos que eso no obsta a que podamos tratarnos con mucho respeto, trabajar, dialogar.

– ¿Se puede hablar de una nueva etapa de la política?

El Presidente tiene un sentido muy integrador. ¿Cómo enfrentamos una pandemia de estas características si no es de ese modo?. Fue el trabajo, la búsqueda de consenso, lo que nos permitió llegar y hablarle a la ciudadanía diciéndole pese a las diferencias, estamos trabajando para ustedes. Y esto es muy tranquilizador para la sociedad.

– Tuvo que llegar una pandemia para generar esta situación….

El tipo de liderazgo de Alberto Fernández es un liderazgo de diálogo y es previo a la pandemia, por lo que él cree que debe ser la política argentina. Y es muy firme en sus convicciones.

Albertista pero no cristinista
Debe ser una de las pocas funcionarias del Gobierno que además de ser albertista de la primera hora, no es cristinista y tiene claras diferencias con la actual vicepresidenta, aunque se ocupa de no ventilarlas. En efecto, en su libro “Cristina versus Cristina. El ocaso del relato”, publicado en 2015, año del fin de mandato presidencial de Cristina Kirchner, Vilma Ibarra analizaba: “La supervivencia del relato es el objetivo central para Cristina. Ella cree que de eso depende el lugar que ocupará en la historia y también la posibilidad de conservar importantes cuotas de poder y condicionar a los gobiernos”.

Vilma Ibarra no tenía previsto volver a la función pública, pero aceptó el desafío. Es una de las dirigentes de mayor confianza del presidente Alberto Fernández. No es casual que ocupe la Secretaría Legal y Técnica, cuya misión es asesorar al mandatario. Es decir, cuida sus espaldas respecto de todo documento que lleve su firma.

Ex integrante del Frepaso –fue diputada porteña, senadora nacional- que lideró Carlos “Chacho” Alvarez y que fracasó en la aventura de la Alianza con el radicalismo que llevó al gobierno a Fernando de la Rúa, observa a la distancia aquél experimento que terminó antes de tiempo con la crisis de 2001, la represión en Plaza de Mayo, cinco presidentes en una semana y un mandatario impuesto por la Asamblea Legislativa, Eduardo Duhalde. “A la distancia creo que no había un diagnóstico preciso de la situación de salida económica. Una de las primeras medidas fue no solo la reforma laboral sino la quita del 13% a los empleados públicos y los jubilados”, describe Ibarra.

En medio de la pandemia, que desnuda la verdadera situación de un país como la Argentina, de vulnerabilidad económica y social, coincide que la política está en en falta con los argentinos: “Sin duda la política está en deuda”. Aunque le gustaría una sociedad más participativa, demandante, al estilo de los países nórdicos.

Tampoco esquiva otros flagelos de la sociedad, la inseguridad, y asiente que no ha habido gobierno nacionales que hayan aplicado un plan integral, que comprenda el aspecto preventivo, represivo, judicial y la situación en las cárceles. “Aquello que dice la Constitución que deben ser para reeducar y resocializar…estamos muy lejos como sistema”. En cuánto a la inseguridad, ensaya una definición desde la mirada que debe tener un Gobierno: “La gente tiene derecho a sentirse segura y a vivir en una sociedad que no se sienta en riesgo”.

Atrás, pero no tanto porque falleció a fines de noviembre de 2019, quedó su infancia con su padre, paraguayo, abogado y político, exiliado en Argentina por haber luchado contra la dictadura de Higinio Morínigo. Junto a su madre, Lidia Lozano, peronista. Fte.Identidad Correntina