Por primera vez desde que fue electo, Alberto Fernández combina una mayor imagen negativa que positiva, y lo mismo ocurre con la consideración sobre su gestión. Justamente, un mes posterior a la victoria en las PASO, poseía una valoración positiva cercana al 42%, mientras que la imagen negativa se acercaba al 35,7%. Y a fines de marzo llegó a su pico cuando llegó al 59% a favor y solo un 19,8% en contra.
Sin embargo, luego de ese momento, su imagen comenzó paulatinamente a descender. Al punto de que en el último relevamiento que la consultora Synopsis realizó, la imagen negativa se ubicó en el 43,3% y la positiva en el 40,6%, por lo que pareciera que se acabó el período que la sociedad le otorga a todos los presidentes luego de asumir, lo que se conoce como período de “luna de miel”.
El informe de Synopsis consigna que tres factores pueden haber incidido en este fenómeno. «Un primer factor es la creciente desaprobación de cómo el Gobierno viene gestionando la respuesta a la pandemia. De la misma manera que viene deteriorándose la imagen, también viene deteriorándose la evaluación que la gente hace de la respuesta del Gobierno a la pandemia», expresó el documento.
«Un segundo factor es el agravamiento de los problemas económicos. Siendo que el principal mandato electoral que tenía Alberto Fernández era poner en marcha la economía, se vuelve razonable que en un contexto donde la gente está dominada por el pesimismo sobre el futuro económico del país y de su situación personal, el Gobierno y el Presidente paguen costos por ello», señaló el informe. «Un tercer factor, en este último tramo de la crisis, pudiera ser el protagonismo que ganó la iniciativa de la reforma judicial en un contexto poco propicio para iniciativas que no tengan como principal objetivo aliviar la situación económica y sanitaria de la gente», cerró. Fte. El Intransigente