viernes 22 de noviembre de 2024 21:54:13

ES TIEMPO DE HACER BUENA POLÌTICA

El aparato mediático está volcado a las nuevas novedades que surgen relacionadas con el Covid-19, ya sea que se trate de eventos vinculados al virus así como de políticas económicas

Por Santiago Tulián. La paralización de las actividades supuso un cierto conflicto para el mundo de los medios: al no haber nuevas noticias es difícil crear contenido.El aparato mediático está volcado a las nuevas novedades que surgen relacionadas con el Covid-19, ya sea que se trate de eventos vinculados al virus así como de políticas económicas o decisiones gubernamentales que apuntan a combatir a la pandemia, y hay varios días en los cuales prácticamente no hay noticias sobre algún avance o alguna normativa relacionada.

Ello no implica bajo ningún punto de vista que los medios de comunicación se van a detener, ya que como dice la célebre frase inglesa “The show must go on”.
Hubo dos acontecimientos acapararon la atención de los medios. Uno de ellos fue el “Tinelli Gate”: escándalo desatado a raíz de que la estrella de televisión mandó a traer de Buenos Aires una valija que contenía medicamentos imprescindibles para él y una de sus hijas, indisponibles en la ciudad de Esquel (actual residencia de Tinelli) y que supuestamente dicha valija no contendría aquello para lo cual fue mandada a traer. Marcelo Tinelli forma parte del
actual gobierno, es decir ahora se encuentra en un terreno complemente distinto al del espectáculo y en este él no es la estrella sino uno más.

Es un hecho que debería tener en cuenta ya que cada paso que realice va a ser juzgado de otra manera, con mayor rigurosidad.
Si hubiese sido su asesor le habría recomendado quedarse en Buenos Aires a pasar la cuarentena, se trata de gestos que exige el juego político y que se deben realizar para no quedar a los ojos de sus nuevos pares como “un principiante” y para la mirada de la sociedad como un “cómodo e insensible” que abandona su ciudad en medio de una pandemia.

Pero más allá de lo que si uno simpatiza o no con el exitoso conductor de Showmatch, parecieran ser irrelevantes sus actuaciones si se las compara con la magnitud de la situación que estamos viviendo: día 31 de confinamiento en Argentina, y alrededor de 2.3 millones de infectados en todo el mundo con un total de más de 165 mil fallecidos.

El otro acontecimiento que dio mucho para hablar fue el polémico decreto del Gobierno de la Ciudad que aconseja a los adultos mayores de 70 a llamar a una línea telefónica que le va a brindar el apoyo necesario para evitar su circulación en las calles.

Hay que detenerse en la palabra “aconseja” ya que justamente a raíz del escándalo que generó en la opinión pública se llegó a dicha palabra, pues lo que originariamente pretendía el decreto era sancionar al grupo etario en caso de incumplir con la norma y circular en la calle por sus propios medios.

Hubo planteos de todo tipo, desde argumentos de índole humanitario hasta jurídicos. En los aspectos más sentimentales se sostuvo que no solo resultaba cruel sino irreal la medida pretendida, ya que ante la segunda o tercer llamada que diera ocupada la línea brindada por el gobierno el adulto mayor cesaría su intento de ser auxiliado y actuaría por sus propios medios exponiéndose a una sanción. Desde el punto de vista legal, algunos juristas sostuvieron que la nueva reglamentación suponía un exceso en las potestades del estado para limitar los
derechos y garantías de este grupo etario.

Es que si bien se trataba de una intervención estatal que limitaba el derecho a la libertad de circulación motivada en lo que se denomina “defensa social” (preservar la integridad de dichas personas), el hecho de que hubiera una sanción suponía un obrar ilegitimo por parte del Estado, pues al igual que gran parte de la población los letrados se preguntaron, ¿qué pasaría si estas líneas no dieran respuesta alguna? A lo que les surgió de forma casi automática la respuesta, estas personas se verían completamente desamparadas. El decreto así como iba a salir no cerraba desde ningún punto de vista. No hay dudas de la buena intencionalidad por parte de la Gobierno de la Ciudad al pensar esta norma, ya que se intenta salvaguardar la salud del 12% de la población de la Ciudad de Buenos Aires.
Incluso el Presidente de la Nación lo vio de esa manera y por eso salió a respaldar a Horacio Rodríguez Larreta. Pero resulta vital entender y saber distinguir hasta qué punto la ciudadanía está dispuesta a que el Estado se entrometa en sus vidas, aun en tiempos de emergencia sanitaria.
La denominada “muñeca política”, aquella que le faltó a Marcelo Tinelli al momento de decidir
irse a Esquel, es muy importante en este sentido, ya que si no se es inteligente y hábil para
implementar medidas que supongan una intervención y control en la autonomía individual de
las personas se corre el riesgo de que la población recepte dichas políticas de forma hostil.

Eso es lo que está ocurriendo en varios lugares de Estados Unidos, en donde grupos rebeldes
salieron masivamente a las calles a reclamar por su libertad y a repudiar cualquier intento de
cercenar, independientemente del fin que persiga. Si bien es cierto que en la cultura
estadounidense la noción de “libertad” tiene una carga emotiva mucho más fuerte que en la
Argentina, el efecto puede ser similar ya que si la población no se siente cómoda con la medida
y la ve como intrusiva y represiva no la va a acatar.
Es tiempo de empezar a hacer buena política, porque es la única manera de conciliar al Estado  con el individuo.Multimedios Prisma