«Y UN DÍA VOLVIERON LAS CAMPAÑAS» ANÁLISIS DEL CONSULTOR POLÍTICO CARLOS FARA
Macri está buscando renacer de las cenizas, a sabiendas de que si sus propios votantes lucen resignados, será imposible dar el batacazo el 27 de octubre
“Volvió una noche, no la esperaba, había en su rostro tanta ansiedad… Me dijo humilde si me perdonas… verás que todo nos sonreirá… Mentira, mentira, yo quise decirle…”. Así rezan algunas estrofas del tango “Volvió una noche” de Gardel y Le Pera. Jocosamente podría ser aplicado a la reacción ciudadana frente a las campañas electorales.
Entramos en los últimos 30 días de este tránsito complicado, casi como nunca para una elección presidencial, salvo la de 1989 (hace 30 años atrás). Como lo hemos advertido en muchas oportunidades en esta columna, la crisis económica no solo se ha vuelto determinante para la gran mayoría de la sociedad como factor de voto, sino que además profundiza la sensación de angustia e incertidumbre que relega la posible atención sobre los mensajes de los candidatos.
En ese marco, Alberto ha lanzado una campaña centrada en él, transmitiendo cercanía con la imagen de las manos, y marcando esperanza respecto a salir de la crisis. Lo más probable es que veamos una estrategia conservadora: tiene mucho que arriesgar y poco para ganar. No da grandes definiciones económicas y no tiene incentivo para hacerlas, si es que efectivamente será el próximo presidente. El rol de Cristina será secundario, salvo las apariciones esporádicas para presentar su libro (un éxito editorial sin precedentes). Solo llama la atención que hizo el fin de semana pasado respecto a la tasa de ganancia de las empresas de servicios públicos: ¿imprudencia entusiasta o algo programado para marcarle la cancha a Alberto? Veremos, veremos y después lo sabremos. Ese es un punto de preocupación porque el candidato está a tiro de que los Grabois, Horacio González, etcs. hagan declaraciones inconvenientes, deteriorando las expectativas sobre si él manejará el timón.
El oficialismo decidió esconder la fórmula en esta primera tanda de spots. Es una campaña de la gente hablándole a la gente: no son Macri y Pichetto los referentes. En esto siguen con la línea de “el protagonista sos vos” o como dijo De Narváez en aquella antológica campaña de 2009: “votame, votate”.
Un párrafo aparte merece el llamado del presidente a las movilizaciones en 30 ciudades. Está buscando renacer de las cenizas, a sabiendas de que si sus propios votantes lucen resignados, será imposible dar el batacazo el 27 de octubre y provocar el balotaje. Por eso la arenga está destinada a su propia tropa, a sus convencidos, para que se conviertan en profetas de la fe macrista en busca de los desesperanzados. Vale decir también que esto es fruto de dos factores ausentes en la campaña de las PASO: presencia territorial (frente a la excesiva confianza en la virtualidad de las redes sociales) y relato (en el que nunca creyeron y sigue faltando).
El resto del espectro político solo está repitiendo las mismas pautas que utilizó durante las campañas en las primarias. Lavagna es el que pudo sacar a Argentina de la crisis, Gómez Centurión pide votar a favor de las 2 vidas, Espert para no elegir entre el pasado y el presente, y la izquierda para que la crisis la paguen los capitalistas.
Mucha de esta inercia tiene que ver con el impacto del resultado de las PASO sobre los actores y la sociedad. La gran mayoría cree que el próximo presidente será Alberto. Salvo que suceda algo excepcional, será muy difícil combatir contra ese elemento en el inconsciente de los votantes.