A PARTIR DE LAS 11 EL PRESIDENTE MACRI ABRE LAS SESIONES ORDINARIAS DEL CONGRESO NACIONAL
El primer mandatario se prepara para hablar frente a un auditorio que refleja la grieta: los legisladores más identificados con Cristina lo esperarán con carteles críticos (la polémica por el acuerdo del Correo con el Estado será uno de los ejes) y hasta, tal vez, le dediquen alguna palabra subida de tono
Por primera vez desde el regreso de la democracia un presidente hablará menos en su segundo discurso frente a la Asamblea Legislativa que en el primero. Mauricio Macri buscará imprimirle su sello al inicio de las sesiones ordinarias en el Congreso: tiene prevista una exposición con poco desarrollo y muchos títulos. A diferencia del discurso que dio un año atrás -que duró 62 minutos, una eternidad para la lógica comunicacional del PRO-, esta vez hablará solo media hora. Entre esos títulos se destacarán los anuncios en pos una mayor transparencia para evitar conflictos de intereses entre las empresas familiares y el Estado: adelantará que tiene a la firma dos decretos vinculados a los juicios y deudas que involucran al Estado y otro para contrataciones y propondrá, a la vez, penalizar la corrupción empresaria, como adelantó Clarín el domingo. En lo que refiere a conflictos de interés, invitarán a los demás poderes a generar iniciativas en el mismo sentido.
La agenda de temas será variada. Macri preparó un repaso de los que considera sus principales logros de gestión y no focalizará sobre la herencia kirchnerista, como sí hizo 12 meses atrás. Propondrá mejoras en educación (¿hará referencias a las paritarias y al paro como le solicita un sector del Gobierno?), anunciará que tiene en marcha el plan “más ambicioso” de la historia en materia de obra pública y recalcará que este año la economía volverá a crecer. Adjudicará ese pronóstico a las iniciativas que adoptó en el inicio de su gestión, como el combate contra la inflación, la salida del cepo cambiario y, más reciente en el tiempo, el blanqueo de capitales. Y les pedirá colaboración a los legisladores. Insistirá con la idea del cambio y deslizará que las elecciones legislativas de este año no deben convertirse en un impedimento para acuerdos en el Congreso que permitan sacar leyes.
“No nos vamos a olvidar de los tres objetivos por el que nos presentamos a las presidenciales: combate contra el narcotráfico, pobreza cero y unidad de los argentinos”, confía una fuente del equipo de comunicación. Con respecto al primer objetivo, Macri detallará los números de decomisos de cocaína y las cifras de mejora en seguridad ciudadana que se darán a conocer en mayo junio. “Buscaremos mostrar el cambio de paradigma hacia una fuerza federal”, dicen en la Casa Rosada.
Es probable que Macri se refiera alnuevo régimen penal juvenil, un proyecto del ministerio de Justicia que propone bajar la edad de imputabilidad a los 14 años, y que es resistido por sectores progresistas. Una carta que guarda el Gobierno para seducir a esos actores es un programa especial para los chicos que no estudian ni trabajan (conocidos popularmente como los ni-ni) y que involucran a tres ministerios: Desarrollo Social, Educación y Salud. Se anunciaría hoy.
Macri también convocará al Senado a apurar la Ley de Emprendedores -que tiene media sanción en Diputados-, anunciará más financiamiento para Pymes y monotributistas y pediría que avance el proyecto de ley de defensa de la competencia.
El primer mandatario se prepara para hablar frente a un auditorio que refleja la grieta: los legisladores más identificados con Cristina lo esperarán con carteles críticos (la polémica por el acuerdo del Correo con el Estado será uno de los ejes) y hasta, tal vez, le dediquen alguna palabra subida de tono. Los diputados y senadores de Cambiemos ya están al tanto, a punto tal que el ala más dura de ese bloque estudiaba anoche contestar con ataque a la corrupción K. En busca de paz, ayer el jefe del bloque macrista, Nicolás Massot, convocó a sus pares del Frente para la Victoria a “estar a la altura de la circunstancias” y a “cuidar la imagen” del Parlamento.
Aunque no se anunciaron movilizaciones masivas para la hora del discurso -11.30-, el ministerio de Seguridad prevé un fuerte operativo para cuidar al Presidente: Patricia Bullrich dispuso el despliegue de 1.700 efectivos federales, al que se plegarán unos 300 de la Policía porteña.
El equipo de comunicación del Ejecutivo, que responde al jefe de Gabinete Marcos Peña, eligió el hermetismo para esquivar las consultas sobre el discurso. Luego de debatirlo, prefirieron potenciar el misterio y privilegiar el eventual “impacto” de las palabras del Presidente. Curiosa elección para un espacio que improvisa poco y nada en materia comunicacional y repite una y otra vez la misma receta. “Juntos , futuro” y ahora: “empezaron los brotes verdes”.Fte. Clarín