viernes 22 de noviembre de 2024 14:04:37

MENDOZA ES LA GANADORA DE LOS MEJORES ASADOS

Esta competencia es una prueba más de la capacidad y sabiduría del asador argentino. Los participantes no conocían la parrilla ni la carne

Como si fuese el patio de una casa, sin pretensiones y muy poco gourmet, los alrededores del Obelisco hoy se convirtieron en una gran parrilla nacional. Desde las 11 y hasta las 19, se disputó el Campeonato Federal del Asado, en el que participaron 24 equipos, uno por cada provincia argentina, incluida la Ciudad Autónoma. El evento convocó multitudes que se acercaron para comer y observar a los participantes al mando de las parrillas humeantes. También, dejó un ganador: Mendoza.  En la 9 de Julio, desde Corrientes hasta Avenida De Mayo, se sucedieron los tablones de madera apoyados sobre barriles de metal, las banquetas de pino con abuelos, novios y amigos, los canteros del Metrobus funcionaron como sillas y a los lados hubo decenas de estructuras de metal y toldos blancos y naranjas en los que se vendieron sándwiches de vacío, cordero, costeletas de novillo y tira de asado al plato, por 60 a 90 pesos. También, platos típicos de Francia, Italia, Vietnam, República Dominicana y México. Al mediodía, la zona era una bruma caliente y aromática, reverberando bajo un cielo celeste tempera. Una parrilla popular a cielo abierto. La mayoría estuvo conforme pero en medio de los festejos un grupo de veganos protestó.  Fueron alrededor de 20 activistas, algunos vestidos con delantales blancos manchados de sangre y cuchillas en las manos; otros con carteles con las leyendas «Una muerte sin razón es asesinato» y «Violencia es comer animales» y fotos de becerros caídos. «Nos convocamos en forma espontánea. El campeonato es una cuestión cultural. De todas formas, es una barreda a derribar. Para nosotros quitarle la vida a un ser vivo no tiene ninguna razón. Nunca puede ser mejor torturar y matar a un ser vivo, que no hacerlo», dijo Gustavo, uno de los protestantes. Los camiones con la mercadería llegaron a la Plaza de la República y Avenida De Mayo de madrugada. De sus cajas bajaron 108 kilos de carne vacuna. Ese fue el material que, a partir de las 11, los parrilleros pusieron a prueba, bajo el fuego de las brazas, con leña o carbón. Las parejas fueron elegidas por las sedes provinciales del sindicato de gastronómicos, UTHGR. Competieron en dos categorías. En una debieron demostrar su habilidad para asar tira de asado, vacío y colita de cuadril. En la otra, su capacidad para despechar las achuras, verduras y provoletas mejores. Los cortes eran del mismo frigorífico para evitar diferencias en su calidad. Los parrilleros llevaron sus cuchillos, platos y bandejas. Un jurado conformado por el periodista gastronómico Pietro Sorba y referentes de las parrillas Don Julio, La Cabrera, La Carnicería, El Mirasol, Las Lilas, Siga la Vaca, Nuestro Secreto y La Cabaña, entre funcionarios y otras autoridades, los evaluó. La presentación, el punto de cocción, el sabor y la composición del plato fueron los ejes.

«Primero me fijo en el aspecto visual, si la carne tiene buen dorado y no está quemada. Tiene que invitar a comer. Después observo la parrilla, si está o no ordenada, y el lugar de trabajo de los asadores. Luego chequeo el punto de cocción, la sazón y evalúo si agregaron algún tipo de condimento», enumeró Pietro Sorba a Clarín. Comió porciones muy chicas, del tamaño de un poroto. Dijo que así no empalagó el paladar e hizo una degustación correcta. Al mediodía no dijo quiénes fueron sus preferidos pero hizo un diagnóstico: «Esta competencia es una prueba más de la capacidad y sabiduría del asador argentino. Los participantes no conocían la parrilla ni la carne. Para ellos fue inédito y salieron muy bien. Es meritorio». Pero por lógica el ganador fue uno. En la fiesta del asado, Mendoza salió campeón. Carlos Gallardo y su ayudante Francisco Araya, quienes trabajan juntos desde hace más de 20 años, fueron ovacionados por el público.