SE PROFUNDIZA LA CRISIS ECONÓMICA EN BRASIL
Según las previsiones oficiales, la economía brasileña se contraerá este año 1,5%, en un escenario de elevada inflación y con un fuerte aumento del desempleo
La actividad económica en Brasil cayó más rápidamente de lo esperado en junio y se contrajo 1,89% durante el segundo trimestre de este año respecto al trimestre anterior, según mostraron ayer datos del Banco Central, en una nueva evidencia de que lo que supo ser una economía floreciente ahora está en medio de una dolorosa recesión. En el primer trimestre ya se había computado una caída del 0,8%, mientras que en los 12 últimos meses, hasta junio, se acumula una retracción del 1,6%.
Según el Indice de Actividad Económica del Banco Central (IBC), considerado una medición previa del comportamiento del PBI, la caída respecto al segundo trimestre de 2014 fue del 3,09%, lo que confirma el delicado momento que vive la primera economía de América latina. El índice IBC es una medición de la actividad en los sectores agrícola, industrial y de servicios y es un indicador temprano de tendencias para las cifras del PBI publicadas luego por el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE, estatal). El IBGE publicará resultados de la actividad económica del segundo trimestre el 28 de agosto. Si se confirman los datos oficiales, las contracciones mostrarán lo que los economistas ya sabían: la economía brasileña ha caído en una profunda recesión. Según las previsiones oficiales, la economía brasileña se contraerá este año 1,5%, en un escenario de elevada inflación y con un fuerte aumento del desempleo. Sin embargo, los pronósticos de los expertos del sector privado son más sombríos y apuntan a una contracción del 2% este año y de 0,15% en 2016, pese a que el Gobierno sostiene que el año próximo la economía se recuperará y volverá a crecer en torno al 2%. Brasil no ha enfrentado dos años de retroceso económico desde la Gran Depresión de la década de 1930. Años de una confianza en baja exarcerbada por una creciente crisis política y un escándalo de corrupción que sacude a las mayores compañías estatales del país (escándalo de sobornos en Petrobras) ha erosionado la inversión y el consumo en Brasil. Luego de ser reelecta en octubre y para hacer frente a esa delicada situación, la presidenta Dilma Rousseff ha comenzado a aplicar un severo plan de ajuste fiscal, que incluye un fuerte recorte del gasto público previsto para este año y un aumento de la recaudación fiscal para recuperar la confianza del mercado. Esas medidas, sin embargo, han enfriado más la economía, ayudaron a elevar el desempleo, que en lo que va de este año casi se duplicó y llegó al 8%, y empujaron la inflación hacia arriba: según analistas privados, en diciembre tocará 9,32%. En este marco, ayer se publicó un informe del Banco Itaú, la mayor institución financiera privada de Brasil, que prevé que la economía del país se contraerá 2,3% este año y un 1% en 2016.Fte.eldía