El éxito de los hermanos Viale
Con el correr de los años lograron hacerse un nombre propio en la industria del espectáculo. Cada uno a su manera: «Juanita» Viale, como actriz de cine, teatro y televisión; «Nacho» como productor de películas y programas de TV
Ambos empezaron con el mote de «nietos de Mirtha Legrand«. Pero con el correr de los años lograron hacerse un nombre propio en la industria del espectáculo. Cada uno a su manera: «Juanita» Viale, como actriz de cine, teatro y televisión; «Nacho» como productor de películas y programas de TV.
A los 34 años, Ignacio acaba de recibir el Gran Premio de la Semana de la Crítica en el Festival de Cannes por la remake que produjo del film La patota, una película que su abuelo Daniel Tinayrefilmó en la década del 60 con su abuela Mirtha como protagonista. Mientras tanto, sigue consolidado como jefe de producción de los almuerzos televisivos de la diva y avanza en otros proyectos televisivos: acaba de terminar de producir la miniserie de cuatro capítulos La casa del mar que protagoniza Darío Grandinetti.
Mientras tanto, su bella hermana Juana no sólo tiene ya una carrera como actriz consolidad, sino que protagoniza en Chile la obra de teatro La sangre de los árboles y se perfila como una de las estrellas del «Bailando por un sueño» en Argentina. En pareja «Chano» Carpentier, el cantante de Tan Biónica, pasa uno de sus mejores momentos personales y laborales.
Su madre, Marcela Tinayre, no duda en elogiar el crecimiento que tuvieron: «Ellos no se achican, son seguros de sus logros como de sus fracasos, todos es experiencia. Buscan su camino propio sin quedarse en una fama prestada». «A algunos les gusta y a otros no, así es esta profesión. Imposible complacer o gustar a todos», contó al diario Perfil.
La propia «Juanita» celebró su buen pasar en una entrevista con una revista dominical. A continuación, sus definiciones más importantes:
La muerte de su hijo: «A mí se me murió un hijo. Es algo desgarrador, incomprensible. Pero no te queda otra que seguir viviendo. Cuando algo no se puede modificar, hay que buscar la vuelta para seguir mirando hacia adelante y valorar todo el doble».
La vida en Chile: «Mis hijos más chicos hablan como chilenos. El padre, Gonzalo [Valenzuela], con quien me llevo increíble, vive a quince cuadras. Como en este momento no tengo auto y adoro caminar, cuando mis hijos duermen allá voy caminando a buscarlos. Esto es a las 7 de la mañana. Salgo de noche, con suéter de lana, gorro y la compañía de Tota, mi perra. Cuando llego agarro el auto de ‘Gon’ y los llevo al colegio. Después se lo devuelvo y regreso caminando otra vez. Mi casa es antigua, muy linda, de los años cincuenta. Disfruto quedándome a la mañana, organizando cosas domésticas. Adoro cocinar».
Las posibles peleas en el «Bailando»: «Supongo que en algún momento van a querer cizañar, pero yo no me engancho. Ya no me enojo mucho. Bueno, por lo menos eso creo. También me comentaron que debatían el motivo por el cual yo acepté la propuesta. Y digo comentar porque no tengo televisión en casa. Lo cierto es que venían proponiéndome estar en el certamen hace tiempo. Amo bailar, pero decía que no porque no estaba de acuerdo con algunas cosas que sucedían en ese momento. No lo miraba, pero sabía que había un trato no tan elegante hacia la mujer. La cosa es que supe que el año pasado hubo gente talentosa, que estaba muy bueno. Igual decía no. Hasta que Ámbar con sus 12 años me dijo: ‘¡Mamá, está buenísimo, hacelo!’. Alucinó con el tema de mi vestuario, el maquillaje. Y acá estoy».
El rol de su familia en su carrera: «A mí me dieron muchas herramientas: libertad, diálogo. Hay muchas cosas de mi familia con las que estoy de acuerdo y otras que no. Pero hay que dar la oportunidad de entender. Nunca hay que condenar. Existen un montón de situaciones que los padres no pueden manejar. A todos nos va a pasar».
Su relación con Marcelo Tinelli: «Fue quien me dio mi primer trabajo, en «Costumbres argentinas». Es un sol, una persona que siempre me dio muchas oportundidades».
Cómo ven su carrera su mamá, su hermano y su abuelo: «Mamá, como siempre, me dice que haga lo que sienta. Nacho también es abierto. Y la abuela, cero objetividad. Dice que bailo como nadie, habla de mi gracia. De todas forma sólo la escuché a Ámbar (su primera hija)».
El rechazo a ser llamados la «realeza de la televisión»: «No entiendo cómo ponen a mi familiar en un lugar tan elevado. Mis abuelos empezaron muy chicos como laburantes. Hicieron una carrera a pulmón. Les puede gustar más o menos cómo es mi abuela, podés estar políticamente a favor o en contra. Pero nadie puede dudar de su incondicional entrega al trabajo, su profesionalismo. Esa cosa de etiquetar, de frivolizarnos es muy básica».Fte.infobae