La Justicia concedió hábeas corpus a orangutana del Zoo
En un fallo inédito, la Sala II de la Cámara de Casación Penal dispuso que, Sandra, la orangutana de Sumatra, que ha pasado 20 años en el zoológico, pueda gozar de libertad y se la reconozca como persona jurídica
La Justicia concedió un hábeas corpus a una orangutana del Zoo de Buenos Aires y reconoció sus derechos básicos como «sujeto no humano» para que pueda ser trasladada a Brasil y vivir en semilibertad, informaron matutinos porteños.
En un fallo inédito, la Sala II de la Cámara de Casación Penal dispuso que, Sandra, la orangutana de Sumatra, que ha pasado 20 años en el zoológico, pueda gozar de libertad y se la reconozca como persona jurídica.
La resolución, firmada por los magistrados Alejandro Slokar, Ángela Ledesma y Pedro David, sienta precedente en la jurisprudencia local, que hasta ahora consideraba a los animales como cosas.
En el caso de Sandra, el tribunal resolvió por unanimidad «a partir de una interpretación jurídica dinámica y no estática, reconocer al animal el carácter de sujeto de derechos, pues los sujetos no humanos (animales) son titulares de derechos, por lo que se impone su protección en el ámbito competencial correspondiente».
El hábeas corpus en favor de la orangutana fue solicitado el pasado noviembre por la Asociación de Funcionarios y Abogados por el Derecho de los Animales (Afada), alegando «el confinamiento injustificado de un animal con probada capacidad congnitiva». Afada solicitó que Sandra «pudiera vivir entre sus congéneres y en un lugar adecuado«.
El Juzgado de Instrucción Nº 47 de la Ciudad de Buenos Aires, desestimó la petición, que fue apelada y de nuevo rechazada. A partir del fallo de la Cámara de Casación Penal, que fue emitido el pasado viernes, el Zoo de Buenos Aires cuenta con diez días hábiles para llevar el caso ante la Corte Suprema de Justicia.
Si el Alto Tribunal no frena la liberación, la orangutana será trasladada a un santuario en Brasil donde vivirá en semilibertad. Sandra nació en 1986 en el zoo alemán de Rostock y llegó al de Buenos Aires en septiembre de 1994.