jueves 14 de noviembre de 2024 09:25:02

Argentina demostró ser Argentina con un Messi totalmente inspirado

El triunfo por 3-2 ante Nigeria, otra vez con el sello goleador de Lionel Messi, autor de dos tantos, uno de ellos con un gran tiro libre, fue un nuevo capítulo para poder desmenuzar a esta selección.

mesitaSi uno se guiara por los números fríos, la primera rueda de la Argentina en el Mundial fue perfecta. Termina con 9 puntos, tres triunfos, tiene a uno de los goleadores del torneo y ya espera a su rival de octavos de final, con la tranquilidad que le da la estadística. Si se analiza el juego, la selección está muy lejos de la perfección, y quedó claro en sus tres encuentros del Grupo F ante rivales que no deberían ser medida para este equipo.

El triunfo por 3-2 ante Nigeria, otra vez con el sello goleador de Lionel Messi, autor de dos tantos, uno de ellos con un gran tiro libre, fue un nuevo capítulo para poder desmenuzar a esta selección. Esta vez, tuvo más movilidad en ataque, como había pedido Alejandro Sabella. Hubo más llegadas, más conexiones entre los fantásticos, principalmente entre Leo y Di María (Higuaín y Agüero volvieron a tener un flojo partido), pero también la Argentina mostró, como nunca en la Copa del Mundo, su cara más endeble: los problemas defensivos.

En muchos tramos del partido, sufrió ante los atacantes nigerianos. Otra vez, fue flojo el trabajo de Federico Fernández y Pablo Zabaleta tuvo una mala actuación. A Mascherano y Gago, de nuevo impreciso, les costó ser los dueños de la mitad de cancha, casi una zona de paso en un partido con el tinte característico de Brasil 2014: el golpe por golpe. Marcos Rojo, que marcó un gol con la rodilla para definir el encuentro, fue el mejor de la defensa. Llegó cuestionado al Mundial y terminó como el más destacado de la última línea argentina en la primera rueda.

El ingreso de Lavezzi por el lesionado Agüero, a los 37 minutos del primer tiempo, fue un buen recurso para la selección. El Pocho aprovechó su chance y se mostró como una buena opción por la derecha, mientras el Kun e Higuaín siguen muy lejos de su nivel. Lentos, imprecisos, no se asociaron con Messi y Di María, el más activo con el ida y vuelta que lo caracteriza, como contagiado por el entusiasmo del público argentino, que copó el estadio y las afueras, luego de que arribaran 100.000 compatriotas a esta ciudad.

Iban 45 minutos del primer tiempo, cuando el estadio se sacudió. El exquisito tiro libre de Messi para el 2-1 parcial fue la gran explosión de la tarde, con reverencias para Leo, la gran figura de este equipo y el responsable de la perfección numérica. La Argentina ya espera en octavos. Tendrá que ver qué sucede, a las 17, en la doble fecha del Grupo E en los partidos Francia (6 puntos) vs. Ecuador (3) y Suiza (3) vs. Honduras (0). Se medirá el martes en San Pablo (a las 13), ante el segundo de esa zona. Desde octavos deberá subir el listón si es que quiere soñar en grande.

a Argentina pegó de entrada en el primer tiempo. Messi aprovechó un rebote, tras un remate de Di María y abrió el marcador. Iban sólo 3 minutos y parecía el anticipo de una tarde tranquila para la selección. Sin embargo, 60 segundos después, Musa igualó, luego de un mal retroceso de Zabaleta y Fernández.

El golazo de Messi de tiro libre, cuando se terminaba la etapa inicial, fue lo que la selección necesitaba para irse tranquila a los vestuarios. Con algunas buenas intenciones, el equipo de Sabella había sido más que los africanos, que, con poco, lograron complicar al fondo argentino.

El segundo tiempo también tuvo un comienzo frenético. Rápidamente, otra vez Musa estampó el 2-2, tras un mal pase atrás de Gago. Pero, la Argentina volvió a contestar con un gol: córner, cabezazo de Garay, rodillazo de Rojo y 3-2.

Aún en ventaja, la selección siguió sufriendo en el fondo y se percibía cierto desconcierto en algunos jugadores argentinos. A los 17, Sabella lo sacó a Messi y entró Ricky Alvarez: 4-4-2 y a apostar a la contra. Sin la pelota, la selección siguió sufriendo ante un equipo limitado, pero le alcanzó para llevarse la victoria.