ECONOMIA: El BCRA acumula 7 años de rojo
A primera vista el principal responsable de semejante desequilibrio del balance del Banco Central es la decisión política de utilizar la emisión monetaria y las tenencias de divisas para financiar el exceso de gasto público sobre lo que recauda la AFIP a través de la DGI, la Aduana y el Sistema de Seguridad Social y el pago de vencimientos de deuda pública en moneda extranjera.
Pero un análisis más fino determina que a ese estado se llega luego de haber echado mano el poder político al manejo discrecional y, por tanto arbitrario, de los recursos del Banco Central, el cual a través de sucesivas modificaciones de la Carta Orgánica llevó a transformar a la entidad en un apéndice de la Secretaría de Hacienda, que conduce Juan Carlos Pezoa. En la 34° Convención Anual del Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas, el jefe de bloque del Frente para la Victoria en el Senado, Miguel Ángel Pichetto, dijo literalmente: «Ha sido una imbecibilidad creer que el Banco Central de la República Argentina debía ser independiente del poder político y por tanto tener una autoridad superior a la del propio Poder Ejecutivo Nacional».
Finalizar con esa cultura de independencia de la autoridad monetaria, que no significa ir a contramano de la política económica, sino marcarle sus límites, a favor de los objetivos primarios que tiene en todo el mundo de asegurar la estabilidad de precios (baja inflación), la generación de empleos (reducido desempleo) e impulsar el desarrollo económico (calidad de vida del conjunto de los habitantes), llevó a una actitud pasiva que renunció a todos esos objetivos. Desalentó la inversión productiva y el ingreso de capitales del resto del mundo, derivando en fugas abultadas, por el lado financiero, cambiario y el turismo, en este caso a un ritmo de u$s8.500 millones este año.
Así se llegó a un cuadro en el que los «adelantos transitorios al gobierno nacional del BCRA» ya representan casi la mitad del dinero en circulación. Semejante exceso de dinero explica la persistencia de una tasa de inflación en torno a 25 a 27% al año, y la alineación del resto de las variables nominales a ese movimiento: recaudación tributaria, salarios, base monetaria, gasto público y otras, incluso se han acelerado, como las partidas para subsidios a servicios públicos a una tasa de 50 a 70%, mayor para las empresas y menos significativa para planes de asistencia social.
Pérdida de los superávit gemelos
El desbalance de la autoridad monetaria que conduce Mercedes Marcó del Pont comenzó a generarse en 2006, cuando con el equivalente a u$s4.400 millones, luego de deducir reservas en divisas por u$s32.037 millones, representó 2,1% del PBI, tras haber cerrado 2005 con un patrimonio neto positivo de 0,6% de la capacidad de generación de riqueza anual por el conjunto de los residentes.
El rojo se aceleró desde el cepo cambiario
Se mantuvo en ese rango hasta 2009, pero luego de superados los primeros efectos de la crisis financiera internacionalel deterioro de la hoja de balance del Banco Central fue creciente, porque sus deudas aumentaron más intensamente que su capacidad de generar reservas de respaldo de la base monetaria y otras deudas con el total de las familias, empresas y gobierno.
Un estudio privado estimó que el patrimonio neto negativo saltó a 4,8% del PBI a fines de 2010 (u$s18.168 millones), se profundizó a u$s7,1% en 2011 y cerró en 9,2% del PBI en 2012. Pero la carrera alcista del rojo de las cuentas que administra Mercedes Marcó del Pont se acentuó en los primeros nueve meses de 2013.
Por el contrario, el Banco Central da cuenta de un patrimonio neto positivo de u$s11.702 millones luego de computar como activo u$s69.744 millones las Letras Intransferibles Públicas, originadas en adelantos transitorios al Tesoro y papeles intransferibles recibidos a cambio de las reservas usadas para la cancelación de la deuda que el gobierno nacional mantenía con el FMI hasta 2006, e integrar el denominado Fondo del Desendeudamiento, de los cuales hoy se oficializaron u$s7.967 millones.
Pero los economistas de las consultoras privadas no los toman en cuenta como activo real, porque se trata de un enroque desigual: el BCRA le entrega al Tesoro dólares constantes y sonantes y recibe a cambio una Letra que se repaga a 10 años de plazo, y que, dada la historia de confiscaciones en los últimos 13 se podrían pesificar y quedar licuadas en un santiamén.
Mejores balances de los subordinados
Por el contrario, un análisis para el conjunto de entidades públicas y privadas en forma agregada determina un saldo bien diferente del que muestra el ente rector, fenómeno que no es casual, ni circunstancial, sino que responde a no haberse apartado de las regulaciones prudenciales y haber forzado cambios para adaptarlas al poder político.
De los datos del Banco Central de la República Argentina al 15 de septiembre, a partir de las estadísticas agregadas de los estados contables, surge que la posición en moneda extranjera era de un activo total de u$s15.462 millones, desagregado en u$s490 M en efectivo en bancos, u$s8.973 M efectivo en el BCRA (encajes), u$s4.299 millones de préstamos y u$s1.700 millones de activos con residentes en el exterior (obligaciones negociables y líneas de crédito del exterior).
Mientras que el pasivo global era de u$s11.784 millones, desglosado en u$s1.383 millones de depósitos del sector público; u$s6.901 millones depósitos privados y u$s3.500 millones de otras deudas.
De este modo, la diferencia entre el debe y el haber en divisas arrojó un saldo positivo (patrimonio neto) de u$s3.678 millones, equivalente a casi 0,8 puntos porcentuales del PBI.Fte.textualinfobae