INTERNACIONAL: Ayer comenzó el diálogo de Argentina con Irán por el atentado a la AMIA
En medio de un gran hermetismo, el canciller Héctor Timerman se reunió ayer aquí, en la sede de las Naciones Unidas (ONU), con su par de Irán, Alí Akbar Salehi, y acordaron comenzar en octubre un diálogo para avanzar en un «mecanismo legal» compatible con los sistemas jurídicos de ambos países para esclarecer la investigación judicial del atentado contra la AMIA , en 1994, que dejó 85 muertos.
Esa negociación no será de resultado inmediato, pero acordaron que el proceso no se frenará hasta encontrar soluciones. Y se hará a través de los representantes legales de ambos países en la sede de la ONU en Ginebra. Minutos antes de la reunión con Salehi, Timerman negó a LA NACION cualquier tipo de información: «Por mí, váyanse, porque no hay nada ni voy a decir nada».
El extremo secretismo fue la nota inesperada para un encuentro que la propia presidenta Cristina Kirchner había anunciado el martes en su discurso ante la 67ª asamblea general de la ONU. El diálogo directo con Irán fue recibido con críticas por la comunidad judía, expresadas por el presidente de la AMIA, Guillermo Borger.
Por el texto del comunicado oficial, en el cual la Cancillería informó del encuentro a las 20 de ayer, el acuerdo parecía negociado de antemano. Cuando se habla de «mecanismo legal», el documento oficial parece referirse a la posibilidad de que el juicio o las declaraciones indagatorias de algunos de los imputados pudieran desarrollarse en un país neutral.
La Presidenta había propuesto esa alternativa ante la ONU en 2010, lo cual fue rechazado por Teherán. Un candidato que se mencionó en aquel entonces como «tercer país» fue Egipto. Coincidentemente, Cristina Kirchner se reunió anteayer con el presidente egipcio, Mohamed Morsi.
Una nota llamativa consistió en que cuando Cristina Kirchner hizo el anuncio el martes ante la ONU condicionó la reunión a que Irán presentara propuestas y «resultados concretos». Pareció un ultimátum, como señal positiva hacia la comunidad judía, que rechazaba una negociación dilatoria y sin avances. Pero el comunicado de ayer no puso plazos. Y dio a entender que «el proceso no se interrumpirá hasta encontrar una solución» para el caso AMIA.
La Argentina reclama que Irán permita que ocho funcionarios y ex funcionarios acusados, con pedido de captura, declaren ante la Justicia. Se trata del ex agregado cultural iraní en Buenos Aires Mohse Rabbani; el ex presidente de Irán Alí Akbar Rafsanjani; el ex ministro de Información Alí Fallahjan; el ex ministro de Relaciones Exteriores Ali Akbar Velayati; el ex jefe de la Guardia Revolucionaria Moshen Rezai; el jefe de Hezbollah Imad Fayez Moughnieh; el ex secretario de la embajada Ahmad Reza Asghari, y el actual ministro de Defensa Ahmad Vahidi.
Ayer el presidente Mahmoud Ahmadinejad dijo a la CNN que «Irán no tuvo ninguna participación en estos eventos y eso quedará claro; se llegará a la verdad», en relación al atentado contra la AMIA. Y amplió: «Cualquier persona que sea culpable debe ser enjuiciada: sionistas, no sionistas, estadounidenses, iraníes, argentinos, africanos y asiáticos».
La declaración se conoció poco antes de la reunión bilateral. Sobre ese encuentro todo era misterio y secretismo a las 16.30. En ese momento, en el lobby del piso 35 del hotel Mandarín Oriental, frente al Central Park, LA NACION consultó a Timerman sobre si se reuniría con su par iraní y éste dijo con fastidio: «Ustedes hagan lo que quieran, váyanse si quieren porque no hay nada ni voy a decir nada, arréglense con sus editores». Fue justo un día después de que la Presidenta dijera que ella y sus funcionarios hablan «muchísimo» con los periodistas y responden sus inquietudes.
Incluso dijo que participaría de la reunión entre Cristina Kirchner y el presidente de la petrolera Exxon Mobil, Rex Tillerson, sobre la cual, una vez terminada, tampoco nadie informó a los enviados a esta ciudad. Contra lo que esperaba el gobierno argentino, no pudo anunciar inversiones de Exxon para la nueva YPF estatizada, como pretende su presidente, Miguel Galuccio, que participó del encuentro y al salir, en compañía de su asesora de prensa Doris Capurro, se negó a hablar con la prensa.
La falsa asistencia de Timerman a la reunión con Exxon pareció sólo una maniobra distractiva. Minutos después se lo vio bajar del piso 54, donde la Presidenta comenzaba esa audiencia, y se dirigió a paso rápido hacia las Naciones Unidas (ONU). La misión argentina ante la ONU no dio ninguna información y el área de Prensa de la Cancillería tampoco.
La confirmación de la reunión se informó desde Buenos Aires y a través de un escueto comunicado. El texto dice que ambos países «decidieron continuar las negociaciones a través de los representantes legales de ambos ministerios en la sede de las Naciones Unidas en Ginebra, durante el próximo mes de octubre con el propósito de explorar un mecanismo legal que no esté en contradicción con los sistemas legales de Argentina».
El parte agregó: «También decidieron que este proceso no se interrumpirá hasta encontrar una solución mutuamente acordada para todos los asuntos, entre ambos gobiernos, sobre el caso AMIA». Las soluciones no serán inmediatas. Del encuentro participaron Timerman, Salehi, el vicecanciller argentino, Eduardo Zuain, y el director iraní para Asuntos Americanos, Reza Zabib.
En otra reunión paralela, Cristina Kirchner recibía en el piso 54 del hotel Mandarín a Tillerson, el CEO de Exxon, que debió esperarla 30 minutos en un piso inferior. Además de Galuccio, estaban el secretario de Legal y Técnica, Carlos Zannini, y el secretario de Comunicación, Alfredo Scoccimarro, vocero presidencial que nunca informó a la prensa en toda su estadía en Nueva York.Fte.lanacion