HOMICIDIO: La muerte de Tomás desató la furia de los vecinos, el Fiscal apunta a la novia de Cuello
JUNIN.- Adalberto Cuello , padrastro y único acusado del crimen de Tomás Dameno Santillán , de 9 años, durmió anoche en la alcaidía de Junín. El fiscal que investiga el caso entendió que sólo tras los muros de cemento y las alambradas de púas iba a poder mantener a Cuello a buen resguardo. Es que el jueves a la noche tuvieron que evacuarlo de la comisaría de Lincoln, y el viernes de la de Los Toldos, después de que una multitud rompió los vidrios del destacamento, enfurecida con el presunto autor del crimen.
Cuello declaró ayer durante una hora ante el fiscal Javier Ochoaizpuro. En su indagatoria, el acusado de homicidio agravado aseguró que en el momento del crimen se encontraba con su actual pareja, Inés Márquez. Más allá de sus explicaciones, en las que negó la autoría del hecho , el fiscal está decidido a pedir su prisión preventiva, apoyándose en evidencias que no dejó trascender.
Cuello fue alojado en la alcaídía penal N°49 de esta ciudad. Fue elegido este lugar, varios kilómetros fuera del casco urbano, para evitar tensiones con los vecinos de esta región, ya que en los últimos días se repitieron incidentes en cada lugar en los que fue demorado Cuello.
El acusado del homicidio del niño de 9 años tuvo que ser en principio trasladado de Lincoln, ciudad en la que vivía Tomás y donde fue encontrado su cuerpo el jueves último, debido a las marchas que se realizaron contra la comisaría en la que se encontraba demorado. Cuello fue ubicado entonces en la comisaría de Los Toldos, pero anteanoche ese lugar fue rodeado por más de 500 personas que pretendían atacar a quien es señalado por la Justicia como autor del brutal crimen del menor.
Aquí también hubo ayer algunos incidentes cuando vecinos de la fiscalía increparon al padre del sospechoso, Ramón Cuello, cuando intentó visitarlo en los tribunales locales.
«Vivo una pesadilla», contó Cuello padre después de que un grupo de personas lo hostigase verbalmente. Su casa en Lincoln fue vallada por la policía como forma de resguardar la integridad de esa familia.
LA NOVIA COMO COARTADA
Adalberto Cuello no se quebró durante la indagatoria. Mantuvo el discurso dado antes de ser acusado como autor de homicidio agravado. «El imputado negó su participación en el hecho, y del contenido de sus dichos se evacuarán las citas correspondientes», informó la fiscalía local mediante un comunicado.
La mirada de la Justicia apunta a Inés Márquez, la actual pareja de Cuello. Este indicó que en el momento de la desaparición de Tomás, el martes pasado apenas terminó el turno mañana de la Escuela N° 1 de Lincoln, se encontraba acompañado por su nueva relación sentimental. Cuello convivía con Márquez desde julio, tras dejar el hogar que compartía con Susana Santillán, con el bebe que ambos tuvieron y con la futura víctima. Cuello y Márquez se conocen desde antes de la aparición de Santillán en la vida de éste. Los padres de ambos son vecinos de cuadra en Lincoln.
Para Ramón Cuello la vida cambió. «Es una pesadilla», dijo mientras intentaba ver a su hijo en la cárcel de Junín. No lo consiguió. El detenido está incomunicado. Para que no pueda engarzar una coartada en caso de ser falsa y por su protección.
Despierta emociones violentas su presencia. El crimen a golpes de un niño moviliza pasiones. En Los Toldos más de 500 personas buscaron atacarlo en la comisaría en la que pasó la primera noche como detenido. Tuvieron que trasladarlo a la seguridad de un penal.
Ayer por la tarde la lluvia lo sorprendió en la puerta de la prisión. Quería acercar al menos un cartón de cigarrillos a su hijo. Era la primera vez en una prisión para ambos. Maldice el día que llevó a Adalberto a Timote. El consiguió el trabajo de cuatro meses para terminar unas casas sociales. Incorporó a su hijo al contrato. En Timote estaba Susana Santillán, ama de casa y separada.
«Esa mujer volvió loco a mi hijo», expresó a dos cronistas con más tristeza y desesperación en los ojos que bronca. «Un mes se quedó en nuestra casa sin él», recordó. Una hermana de Adalberto puso fin a esa situación el 14 de agosto con un cambio de llaves. Susana, Tomás y el bebe habían quedado en la calle.
El acusado del crimen enviaría luego las ropas de ellos a la nueva casa. Y los juguetes rotos. Hoy la Justicia toma eso como evidencia de un futuro daño al niño.
Por entonces ella había conseguido el primer trabajo en su vida, como moza en un restaurante. El ya vivía con Márquez, una relación afectiva que tuvo otras idas y venidas en varios años. Ese vínculo es puesto ahora bajo la lupa judicial por el fiscal Ochoaizpuro. Para el fiscal está claro el móvil del crimen: la venganza contra la madre del menor muerto a golpes. No hay otra línea de investigación