sábado 23 de noviembre de 2024 00:10:15

JUSTICIA: Alfredo Astiz, Jorge «El Tigre» Acosta y Ricardo Cavallo a prisión perpetua en el marco del primer juicio por los crímenes cometidos en la ESMA

Las condenas a 16 de los 18 procesados se conocieron a partir de las 20.15, después de 22 meses de debate y el testimonio de unos 250 testigos, entre ellos sobrevivientes del centro cladestino de detención, torturas y exterminio que funcionó en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA).

«Era un momento largamente esperado, sobre todo para los abogados (querellantes). La que debió ser la primera sentencia, terminó siendo una de las últimas, por eso tanta expectativa», dijo el abogado y periodista Pablo Llonto.

Frente al palco con equipos de sonido y la pantalla televisiva se habían ido agrupando desde media tarde sobrevivientes de la represión, familiares y miembros de movimientos de derechos humanos, políticos, sociales y sindicales, entre otros.

«En términos jurídicos, la lectura de la sentencia es la culminación de una lucha de dos años», dijo Carlos Lordkipanidse, sobreviviente dela ESMA, quien subrayó que este juicio abarcó sólo a una parte menor de los casos denunciados y «a una miserable cantidad de represores», además de deplorar las dos absoluciones.

Otro sobreviviente, Enrique Fukman, también dijo tener «sensaciones contradictorias: la alegría de llegar a este momento, después de tantos años de lucha, y la convicción de que esta causa es una parcialidad» que deberá seguir con más procesamientos.

En el mismo sentido, Llonto recordó que la causa ESMA «debió tener su primera sentencia con el caso (Héctor) Febres», el represor que apareció muerto a fines de 2007 en su celda de Prefectura, fuerza a la que pertenecía, cuatro días antes de que un tribunal le impusiera condena.

«Suponemos que el año que viene comenzará la llamada ESMA 2, con mayor cantidad de casos y después la causa por los Vuelos dela ESMA», señaló el abogado querellante, para quien habrá «varios años más» de juzgamiento de crímenes de lesa humanidad cometidos en este centro clandestino de la última dictadura.

En este marco, aludió además a una investigación que involucra a Editorial Atlántida, algunos periodistas y marinos represores por el secuestro y falso reportaje a Thelma Jara de Cabezas, sobreviviente dela ESMA, publicado en aquellos años en la revista Para Tí, de esa empresa editora.

Por su parte, Taty Almeida, de Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora, señaló que la lectura de la sentencia que condenó a 16 represores dela ESMAconstituyó «otro día histórico, uno de esos días que jamás las Madres pensamos que íbamos a vivir».

Iris Avellaneda, sobreviviente del centro clandestino El ampito y madre del adolescente secuestrado y asesinado Floreal «Negrito» Avellaneda, dijo que, «cuando se dan juicios tan importantes como éste, no hay que faltar. En nuestro juicio, que tuvo sentencia hace dos años, siempre estuvo lleno dentro y fuera del Tribunal».

Iris contó además que hoy formó parte de una delegación que pidió ala Cámara Federalde San Martín que el juicio de la causa de la llamada Mansión Seré, a mediados de 2012, se lleve a cabo en Morón, donde risidía gran parte de las víctimas y tiene sede la unidad dela Fuerza Aéreaque controlaba ese centro clandestino.

También presenciaron la lectura de la sentencia Gachi y Karina Manfil, en la víspera del 35 aniversario de la «masacre de Villa Corina», en la que un grupo de tareas de la dictadura asesinó a sus padres y a un hermanito de ocho años.

Ambas militantes de H.I.J.O.S. de Avellaneda, las hermanas dijeron a Télam que tratan de asistir a las sentencias contra los represores porque «por fin se está dando justicia a los 30.000 desaparecidos».

Las dos, también, viven este 27 de octubre como un día de lucha en nombre de la familia diezmada en esa fecha de 1976 y como el primer aniversario de la muerte de Néstor Kirchner, quien «desde que bajó el cuadro (de los genocidas Videla y Bignone del Colegio Militar) hizo tanto para que haya justicia».

El Tribunal Oral Número 5 condenó a Alfredo Astiz, Jorge «El Tigre» Acosta y Ricardo Cavallo a prisión perpetua en el marco del primer juicio por los crímenes cometidos en la Escuela de Mecánica de la Armada, uno de los centros clandestinos de detención más grandes montados durante la última dictadura militar.

Astiz, bajo el seudónimo de Gustavo Niño, se infiltró en el grupo de las madres de desaparecidos en 1977 y marcó a las víctimas: entre ellas -que fueron torturadas en la ESMA y luego arrojadas vivas al mar- figuran la fundadora de Madres de Plaza de Mayo, Azucena Villaflor, y las monjas francesas Léonie Duquet y Alice Domon.

También fueron condenados a prisión perpetua Antonio Pernías, Raúl Scheller, Ernesto Weber, Adolfo Donda, Néstor Savio, Julio César Coronel, Alberto González, Antonio Montes y Jorge Rádice. En tanto, Manuel García Tallada y Juan Carlos Fotea recibieron 25 años de prisión, Carlos Capdevilla, 20, y Juan Antonio Azic, 18.

Pablo García Velazco y Juan Carlos Rolón fueron absueltos, pero seguirán en prisión por estar acusados en otras causas por crímenes de lesa humanidad.

Al cabo de 22 meses de debate y el desfile de más de 250 testigos, el tribunal que integran los jueces Daniel Obligado, Ricardo Farías y Germán Castelli brindó esta noche la audiencia final en el auditorio del subsuelo de los Tribunales federales de Comodoro Py 2002, ubicados en el barrio porteño de Retiro.

En este juicio sólo se juzgaron 85 delitos de privación ilegal de la libertad, tormentos y homicidios cometidos contra Azucena Villaflor, Mary Bianco y Ester de Careaga, del grupo original de Madres de Plaza de Mayo, y contra los activistas que las apoyaban, entre ellos las monjas francesas Alice Domon y Léonie Duquet, así como también el escritor y periodista Rodolfo Walsh.

Se trató del primer tramo de la llamada “megacausa ESMA”, ya que en el Juzgado Federal 12, a cargo de Sergio Torres, se tramitaron –y algunas ya se elevaron a juicio oral– otras 8 causas, entre ellas el despojo de bienes a los prisioneros, la desaparición de la joven sueca Dagmar Hagelin y los “vuelos de la muerte”.

Estos crímenes fueron cometidos hace más de tres décadas, entre 1975 y 1983 y ya fueron denunciados en el histórico Juicio a los Comandantes, de 1985, aunque luego se declararon no punibles por las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, anuladas en 2005, lo que permitió la reanudación de los procesos.

Se estima que por el centro ilegal de concentración y exterminio de la ESMA, hoy convertido en un centro cultural por la memoria, pasaron unos 5.000 detenidos, que en su mayoría continúan desaparecidos.Fte.infobae.