ECONOMIA: La mayor parte de los argentinos que tienen capacidad de ahorro prefieren gastarse el dinero o guardarlo en su casa
La mayor parte de los argentinos que tienen capacidad de ahorro prefieren gastarse el dinero o guardarlo en su casa, y la tendencia aumentó un poco en los últimos doce meses. Uno de cada cuatro consultados para la elaboración del índice general de expectativas económicas (IGEE), que realizan la Universidad Católica Argentina y TNS Gallup, prefiere destinar los ahorros al consumo, uno de cada cinco prefiere guardar el dinero en su domicilio y sólo poco más de uno de cada diez (11 por ciento) opta por depositar pesos en el banco.
Un porcentaje idéntico muestran las dos opciones siguientes: comprar dólares y dejarlos en casa y comprar divisa norteamericana y depositarla en un banco.
Curiosamente, y pese a la creciente dolarización de las carteras que se detecta en el mercado, no aparece en el IGEE un aumento de las respuestas en ese sentido, según la medición que será difundida en los próximos días.
El relevamiento también detectó en septiembre una baja de las expectativas económicas, que marcaron un récord en agosto, en coincidencia con las elecciones primarias. Sin embargo, si se exceptúa la medición anterior, el nivel de expectativas de septiembre es el más alto de la serie histórica.
La preferencia por destinar los ahorros al consumo es mayor en la clase media baja y en el interior. En tanto, los depósitos en caja de ahorro o en plazos fijos son más frecuentes en los sectores medios.
La preferencia por guardar los pesos en su propia casa es mayor en los sectores de menor poder adquisitivo. Optan por ese mecanismo el 24 por ciento en la clase baja; el 21 por ciento, en la media baja; el 16 por ciento, en la media, y sólo el 14 por ciento en la clase alta.
En cambio, la opción de guardar dólares en la casa predomina en los sectores altos (29 por ciento) respecto de las familias del menor nivel adquisitivo (10 por ciento).
En septiembre de 2010, el 23 por ciento prefería destinar el ahorro a las compras, mientras que un año después ese porcentaje trepó al 25 por ciento.
En tanto, las expectativas económicas cayeron 3,1 por ciento en septiembre respecto de agosto pasado, pero todavía resultaron 18,1 por ciento mayores que un año atrás.
Todos los componentes del índice registraron bajas respecto del nivel récord de agosto. Retrocedieron 5,8% las expectativas sobre la situación presente y 2 por ciento sobre la situación futura. En tanto, tuvo una leve baja del 0,5% la valoración de la situación para realizar compras de bienes durables.
OPTIMISMO
Con todo, más de tres de cada diez argentinos (31%) consideran que la situación económica actual es «buena o muy buena», mientras que para casi la mitad (46%) no es ni buena ni mala. Sólo poco más de uno de cada cinco (21%) considera que es «mala o muy mala».
El optimismo es mayor entre los hombres que entre las mujeres. También hay mayores percepciones positivas en el conurbano y en la ciudad de Buenos Aires que en el interior. Además, las expectativas positivas tienen más adeptos entre jóvenes y adultos mayores que entre los adultos de edades medias.
El nivel general del índice de expectativas resultó en septiembre último 15,7% más alto que en octubre de 2007, cuando Cristina Kirchner resultó electa presidenta por primera vez. Por Jorge Oviedo para la nación.com, textual