martes 23 de abril de 2024 21:07:05

ESCANDALO:El Fiscal del caso Shoklender pidió medidas sobre el contrato con la Fundación de Madres

La investigación judicial por supuestas estafas en la construcción de viviendas sociales de la Fundación Madres de Plaza de Mayo, por la cual se investiga a Sergio Schoklender, empieza a rozar a la Fundación Madres de Plaza de Mayo.

Este martes el fiscal federal Jorge Di Lello pidió una serie de medidas de prueba para determinar los alcances de un contrato entre la empresa Meldorek SA, que se le atribuye al ex apoderado de la Madres, Sergio Schoklender, y la Fundación que encabeza Hebe de Bonafini, por la cual la compañía se comprometió a entregar viviendas sociales terminadas.

El fiscal le solicitó a Norberto Oyarbide, el juez en quien recayó la causa, que solicite a la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) información sobre los representantes de Meldorek, quiénes importaron las maquinarias con las que se construyeron las casas y quiénes debían hacer los aportes patronales de los obreros

Ese contrato, rubricado a fines del 2010, podría demostrar que las casas fueron construidas por la Fundación Madres de Plaza de Mayo y no por Meldorek.

Además Di Lello decidió hoy convocar finalmente para la semana que viene a Sergio Schoklender, para abrir las ocho cajas de documentación que su defensa presentó cuando se inició la causa para desvincularse de las imputaciones.

En ese acto también podrán estar las Madres, que este lunes fueron aceptadas como querellantes en la causa.

Meldorek es la empresa que firmaba los contratos con las Madres para la construcción de viviendas sociales en el marco del programa Sueños Compartidos, por el cual el Gobierno Nacional otorgaba los fondos para esos fines.

Schoklender es el dueño del 90 por ciento de las acciones de la compañía y un allegado a él, Gustavo Gotkin, es el director de la empresa y están acusados de desviar los fondos para la construcción de viviendas para la compra de bienes, autos y yates que están a nombre de Meldorek. Por Luis Sangiorgio