DEPORTES: River perdió y el domingo deberá jugar la revancha, pensando que está a un paso de la B
La noche cordobesa tiene los colores de Belgrano. Celeste porque el equipo cordobés venció 2-0 a un River que se vio ampliamente superado, y negro, por la actitud indignante de la barra millonaria, que ingresó al campo de juego para increpar a los jugadores. El partido estuvo 20 minutos detenido, pero se reanudó. Un verdadero bochorno en la ida de la Promoción.
Antes de la vergüenza generada por los hinchas había un partido. Y uno que no le favorecía ni un poco al River de Jota Jota. Claro, a un River extraño ya desde su formación inicial. Porque el planteo que eligió el técnico fue el que complicó al equipo en Córdoba, que no supo cómo defender las pelotas paradas de su rival y que mucho menos aún, pudo generar fútbol en una cancha difícil como la del Barrio Alberdi.
Encima, Jota Jota decidió poner a un equipo con muchos juveniles y dejó en el banco a hombres con experiencia como Mariano Pavone, Leandro Caruso y Jonathan Maidana. Y la apuesta le salió mal al DT. Para una final, no hubo quien copara la parada.
El primer gol del partido llegó por un penal que convirtió César Mansanelli a los 25 minutos del primer tiempo. Un disparo desde le pena máxima, luego de que Néstor Pitana, el árbitro, cobrara una grosera mano del paraguayo Adalberto Román en un tiro de esquina desde la derecha. Antes, habían tenido un par cada uno.
Luego llegó el entretiempo y en la reanudación la historia se complicó aún más para River, antes del escándalo. A los 4 minutos, Mansanelli tiró un centro desde la derecha, Luciano Lollo cabeceó sin marca y César Pereyra la empujó, luego de forcejear con Carlos Arano. Golpe letal para un River desordenado y muy desorientado en el campo de juego.
Y a los pocos segundos llegó el bochorno. Cinco barras de River, algunos de ellos encapuchados, se metieron en el campo de juego para increpar a los jugadores, con un claro gesto de actitud. Es más, uno de ellos empujó al paraguayo Román, que no reaccionó, al igual que el resto de los futbolistas, que prefirieron hacer nada para no generar algo peor.
Por eso, el partido estuvo detenido 20 minutos. Y sorprendentemente la historia continuó. Porque de haber sido otro partido, el alambrado roto, la violencia de los hinchas y las bengalas en la tribuna hubieran suspendido el encuentro. Pero no.
En la reanudación se vio a un River más despierto, jugando más cerca del arco de Olave. Pero totalmente desordenado, ya con cambios en la formación y sin todo el peso futbolístico sobre la espalda de Erik Lamela, el mejorcito del conjunto de un Jota Jota petrificado en el banco de suplentes.
Pero la insistencia millonaria no alcanzó. Y hasta Belgrano tuvo chances de contra para liquidar la historia. Pero no pudo y le dio a River una vida más.
Es para destacar la actuación del línea Yamil Bonfá, que fue quien vio la mano de Román en el penal, cuando Pitana la había ignorado. El árbitro tuvo aciertos y desaciertos. Ignoró un penal contra Lamela, pero también debió expulsar a la figura de River por una trompada a Ribair Rodríguez.
Para cambiar la historia y seguir en Primera División, como la historia lo marca, River deberá cambiar lo que hizo en toda la temporada y apostar a más. No es menor el dato de los dos goles en contra que sufrió en Córdoba, lo que lo obliga a ganar por esa misma diferencia, como mínimo, para poder zafar del descenso. Y no va a ser nada fácil, porque Jota Jota no podrá contar con Matías Almeyda, Adalberto Román y Paulo Ferrari, los tres que llegaron a la quinta amarilla. Fte.clarin.com.ar
como hinchhhhhhhhha me gustaria que se fuera a la b asi se termina los barra brava