ESCANDALO: Shoklender cada vez mas complicado y quiere complicar
Abril del 2007 , mediante una resolución del Secretario de Obras Públicas, José López, se le entregaron 42 millones de pesos a Sergio Schoklender, apoderado de la Fundación Madres de Plaza de Mayo, presidida por Hebe Pastor de Bonafini.
El parricida hoy en libertad , le habría retornado a López la mitad, es decir, 21 millones de pesos, destinados aparentemente a la financiación de la campaña presidencial del oficialismo de octubre próximo.
La obra en cuestión fue presupuestada por 151 millones de pesos y está ubicada en un predio ubicado de la Avenida Castañares y la General Paz.
Allí se construirían varias torres de viviendas populares. Pero como se demoró la inauguración debido a los desvíos de fondos efectuados por la asociación ilícita gerenciada por S S, ese año Obras Públicas se vio obligada a dar un refuerzo de 42 millones de pesos.
Los hermanos Schoklender manejaban los fondos a través del contador de la Fundación Madres, Alejandro Gorkin, esposo de Marcela Zlotogorski, quien tiene a su nombre varios autos importados y es el eslabón débil de la cadena.
El Gobierno le pagaba a la Fundación 1700 pesos por metro cuadrado y 4500 a las empresas de la Cámara Argentina de la Construcción, irónicamente llamada en círculos empresarios la “Cámara Argentina de la Corrupción”.
De más está decir que el método seguido es, como siempre, el de los sucesivos reajustes. Las Madres, entonces, presupuestaban siempre menos que las empresas privadas. No obstante ello, una investigación del diputado Gustavo Ferrari estableció que las empresas privadas en Buenos Aires facturaban cada casa a 90.000 pesos y la fundación a 161.000 pesos.
En definitiva, Bonafini dijo ayer que separó a 16 personas, incluidas Sergio y Pablo, pero en realidad fue el Fiscal Jorge di Lelo quien les prohibió la salida del país. La decisión de echarlos se debe así a la justicia y no a ella, que tampoco ha radicado denuncia alguna de delitos, pero asegura que sí los cometieron y que los deben pagar con todo el rigor de la ley.Por Luis Sangiorgio