CASO MOYANO: La embajada de Suiza dijo que «no hay complot ni nada parecido» con el exhorto
El embajador de Suiza, Johannes Matyassy, afirmó hoy que «no hubo complot, ni presión ni nada parecido» en el caso del pedido de informes de la Justicia helvética sobre Hugo Moyano en una causa por lavado de dinero, y relató como fueron las comunicaciones diplomáticas cuando el exhorto provocó el revuelo en el seno de la CGT.
«Nosotros pensamos desde la Embajada que podía ser un caso delicado, pero nunca imaginamos que iba a tener una explosión tal. Ni siquiera la Cancillería esperaba esto. Pero la Justicia es independiente y hace su trabajo», enfatizó el representante suizo en Buenos Aires, según declaró en un reportaje al sitio www.swissinfo.ch consignado por DyN.
Matyassy, embajador suizo en Argentina desde febrero de este año, dijo que «lo que hizo la jueza en Suiza fue buscar información, como cualquiera habrá buscado en Internet, y cuando puso el nombre del dueño de la cuenta investigada salieron varios artículos de distintos medios de prensa de aquí. Estamos en el siglo XXI, existe Internet, y la jueza estaba haciendo su trabajo, nada más. ¡No hay complot ni nada parecido!».
Además, aseveró que «Argentina fue uno de los países que pidió en los foros internacionales que hagamos reglas más estrictas» sobre lavado de activos. Destacó así que «las reglas cambiaron», tras lo cual recalcó que entonces «no hubo complot ni presión».
Así, el diplomático suizo salió al cruce de especulaciones y denuncias sobre presuntas operaciones contra Moyano e incluso las autoridades argentinas y supuestas presiones en la cuestión.
Esas versiones surgieron tras conocerse el exhorto de la Justicia suiza a su par local para que le envíe información por la situación judicial del titular de la CGT, en una pesquisa por lavado de dinero en ese país donde está involucrada la empresa recolectora de residuos Covelia, con la cual en diversos círculos se vincula a Moyano.
En ese marco, Moyano fue a la Justicia y denunció una supuesta estafa procesal. Además, su abogado en temas penales, Daniel Llermanos, involucró a un «intendente» del conurbano -al que no identificó- como supuesto partícipe de esas presuntas maniobras.
Periplo diplomático. El embajador contó en el reportaje que «todo empezó el jueves 17 de marzo» cuando recibimos la noticia sobre el pedido de datos acerca de Moyano.
«Volviendo a casa en taxi escuché por radio el anuncio del paro general para el lunes» promovido por gremios de la CGT que dirige Moyano en repudio a la petición suiza, más tarde dejado en suspenso por el propio jefe sindical.
«Enseguida me puse en contacto con mi colega, Eric Mayoraz (consejero de la embajada) y preparé un informe para Berna (capital suiza) diciéndoles que pensaba que el asunto era más serio que lo que pensábamos a la tarde», agregó.
Matyassy relató: «Luego hicimos una reunión interna y llamé nuevamente a Cancillería para reunirnos, y el canciller Héctor Timerman se comunicó al mediodía y decidimos clarificar la situación de los dos lados, con sendos comunicados».
El comunicado suizo dijo que «el 24 de enero de 2011 el Ministerio Público de la Confederación (MPC) ha abierto automáticamente un procedimiento penal por lavado de dinero (…) tras un anuncio de la Oficina de comunicación (MROS). La instrucción está dirigida contra personas desconocidas».
«El MPC confirma que el Señor Hugo Moyano y su familia no están bajo investigación directa en Suiza», aseveró.
Pero aclaró que «el MPC pidió sin embargo información sobre posibles causas pendientes o abiertas en Argentina en relación con esas personas tal como se mencionó en la prensa».
En tanto, la Cancillería había dicho que Matyassy «se comunicó» con Timerman «para informarle que no existe una investigación sobre Hugo y/o Pablo Moyano por parte de las autoridades helvéticas». Y la nota oficial agregaba que «Suiza solicitó información en base a artículos publicados en la prensa, pero no cuenta con otro tipo de datos».
Consultado sobre si desde el Gobierno nacional se había «presionado» a la embajada para emitir el comunicado, Matyassy lo negó enfáticamente.
En el reportaje el embajador explicó que «Suiza tiene una entidad que recibe de los bancos información sobre cuentas con movimientos dudosos, y en este caso había un anuncio sobre la cuenta de Ricardo Depresbiteris y su esposa, Marcela Mete, directores de la empresa Covelia SA».
«Las reglas cambiaron. No hubo complot, ni presión. Fue un trabajo de cooperación perfecto entre las cancillerías suiza y argentina», concluyó el embajador.