SCIOLI:Para cambiar sistemas de internas Scioli confía en diputados de Solá,De Narvaez y Cobos
El gobernador Daniel Scioli podría finalmente complacer a los intendentes con los cambios a la reforma política que le permitan recuperar el poder de definir las reglas de juego en las internas. La ayuda, tácita o a viva voz, vendría por parte de los legisladores ligados a Julio Cobos, Francisco De Narváez o Felipe Solá.
Para eso los diputados oficialistas confían en conseguir aliados para aprobar el proyecto a fin de mes y enviarlo al Senado, donde sólo se necesitarán un par de favores para convertirlo en ley.
El texto arribaría esta semana a Diputados pero no sería tratado en la sesión siguiente, ya que esa oportunidad para que el recinto habilite su tratamiento con o sin despacho de comisión. Si al oficialismo le funciona el juego de alianzas, en la sesión siguiente sería aprobado.
La propuesta consiste en eliminar el artículo de la reforma política que contempla la utilización del sistema D’Hont para la interna abierta del 14 de agosto entre los partidos o frentes electorales conformados, que permite obtener cargos en las nóminas a quien coseche sólo el 10% de los votos.
Por carta orgánica, en el PJ sólo se puede tener derecho a un lugar en la lista con el 25% de apoyo, lauro que no es para cualquiera.
Fuentes de la Legislatura bonaerense confiaron a LPO que el presidente de la Cámara baja, Horacio González, ya reveló entre pasillos que tiene los aliados necesarios para aprobar la reforma.
El bloque del Frente Para la Victoria cuenta con 37 miembros, diez menos que lo necesario para la mayoría propia. Dos de sus integrantes están en la cuerda floja: Fernando “Chino” Navarro y Sandra Cruz, activos participantes de la conferencia de prensa en repudio al ministro de Justicia y Seguridad, Ricardo Casal, celebrada en la Cámara de Diputados.
Aun sin ellos, al oficialismo le podrían sobrar socios. En quienes más confían es en los cinco diputados del bloque La Concertación, identificados con Julio Cobos. González acudió a ellos tras fracasar en su intento inicial de convencer a los diez radicales, tras una conversación que mantuvo con el titular de esa bancada, Ricardo Jano, de la que también participó Raúl Pérez.
Los radicales, que ya cuentan con el sistema D’Hont en su carga orgánica, no sólo se negaban porque no querían hacerle un favor a sus rivales, sino que, entendían, con estos cambios deberían diseñar reglas de juego para el frente electoral que avizoran junto a socialistas y el Gen.
Descartada también esta última fuerza y la Coalición Cívica, González y Pérez fueron por los cobistas y recibieron una buena recepción. Fuentes con llegada a esa bancada, que preside Rodolfo Arata, aseguraron a LPO que estudian darle vía libre a la reforma para de ese modo aportar certeza a un calendario electoral que los tiene contra las cuerdas.
Su problema es que sin participar de las internas y con las leyes electorales aún no reglamentadas, a los cobistas que permanecen fieles al mendocino y no juegan la interna del 30 e abril les cuesta mantener calmos a sus aliados locales.
La rebeldía cobista prendió una alarma en el Comité provincia de la UCR, donde ya se contactaron con los miembros de la bancada para, al menos, no dar una señal de fractura. Sobre todo en el Senado, donde, a diferencia de la otra Cámara, los dos cobistas (Malena Baro y Ricardo Costa) integran el bloque UCR, que reúne seis bancas.
Unión Pro siempre fue una esperanza para González pero, en el medio de las gestiones, se chocó con la fractura de esa bancada, dividida ahora entre ocho devarvaístas y 12 properonistas, donde confluyen los cuatro diputados de Felipe Solá, cinco de Macri y dos de Eduardo Duhalde.
La esperanza del oficialismo está en los diputados denarvaístas y felipistas, con quienes habrían avanzado en un compromiso. Pero ninguno de su sjefes estaría al tanto. A De Narváez, suponen en la Cámara, podría convenirle una interna del PJ vacía. Solá está como Cobos: quema todos los cartuchos en la primaria abierta del 14 de agosto. La ayuda puede ser con el voto o la ausencia, viejo artilugio para reunir más fácil una mayoría.
En el Senado la historia es más sencilla. Al oficialismo, con 21 senadores propios, le alcanza con el apoyo de tres y sólo tiene un rebelde en la mira: el platense Guido Carlotto, acérrimo kirchnerista y reacio a las urgencias de los sectores duros del PJ.
Sin é, alcanzaría con el apoyo de los dos denarvístas (Julio Salemme y Alfredo Meckievi) y de la felipista Esther Barrionuevo. Y sobraría con los dos cobistas. Fte.lapoliticaonline