POLITICA: Las colectoras vienen con sorpresas
La combinación entre las primarias y las colectoras puede convertirse en una caja de Pandora que cambie las reglas de juego del proceso electoral. Aprovechando un resquicio de la ley de reforma política 26.571, el gobierno sacó a relucir que no está prohibido “pegar” la boleta de los candidatos a gobernador a las de las fórmulas presidenciales, por ejemplo, Martín Sabbatella con CFK. Ahora bien, para aprobar este trámite de adhesión de boleta, la justicia electoral exige un requisito esencial: la adhesión de boleta debe ser autorizada por un partido o alianza que ya tenga una fórmula presidencial electa. De ningún modo podría admitirse que se haga antes, porque se trataría de adhesiones condicionadas a que esa fórmula presidencial gane la primaria y por lo tanto inválidas. Ahora bien, las primarias tendrán lugar el 14 de agosto, así que las fórmulas presidenciales recién podrán ser proclamadas -si todo va bien- cuando varios días después concluya el escrutinio definitivo. Recién entonces, en la tercera o cuarta semana de agosto, los partidos que quieran tener colectoras podrían autorizar las mismas ante la justicia. Todo esto debería realizarse a un ritmo frenético, ya que el 3 de setiembre vencerá el plazo para inscribir a los candidatos para la elección general y el 23 deberán presentarse las boletas, con y sin colectoras.
Se multiplican las opciones
El hecho de que las colectoras sólo puedan registrarse después de las primarias abre una especie de segundo turno para que se acomoden las alianzas. Por ejemplo, Francisco de Narváez podría presentarse en la primaria para gobernador de Buenos Aires sin llevar ningún candidato a presidente y recién después de la primaria pegar su boleta a la de Macri presidente. De este modo, el empresario conservaría tal vez mayor peso en la negociación y hasta podría especular con acordar con otro presidenciable. La principal objeción a esto es que así, Macri -por ejemplo- dividiría sus votos en la provincia llevando dos candidatos a gobernador, Jorge Macri y De Narváez. Pero habría recursos para evitar esto; la fórmula a gobernador y vice del PRO podría renunciar y quedar sólo la lista de diputados. Entonces De Narváez sería el único postulante a gobernador de ese espacio.
También Elisa Carrió estaría en condiciones de aprovechar esta situación, pegando su lista bonaerense -y también porteña- a la fórmula presidencial del Acuerdo Cívico y Social recién después de la primaria, lo que le permitiría seguir adelante con sus candidatos a diputados, intendentes, concejales, etc. Claro está que para esto debería renunciar a su candidatura presidencial, para que las boletas locales de la CC queden solas y puedan pegarse a las del ACyS. Vale recordar que Carrió tiene mandato como diputada nacional hasta el 2013.
En la Capital también se abren nuevas chances. Los que quieran negociar acuerdos con el PRO, por ejemplo, Martín Redrado, Pepe Scioli, etc., podrían intentar hacerlo después de la primaria, con la idea de colgar una lista de candidatos a diputados, o a jefe de gobierno, de la candidatura presidencial de Macri. Como argumento de persuasión tendrían uno bueno. Si el jefe del PRO no los acepta como colectoras, sus listas podrían debilitar el caudal de votos del macrismo para la jefatura de gobierno, poniendo en riesgo el triunfo de Horacio Rodríguez Larreta o Gabriela Michetti.
Este tipo de operatoria también podría darse en muchas provincias. Alcanzaría para esto con que se oficialicen listas para gobernador con vistas a colgarse luego de las fórmulas presidenciales. De más está decir que la utilización de este mecanismo podría restarles fuerza al ACyS y al PRO para definir sus alianzas antes de la primaria, sometiéndolos a la incertidumbre de tener que cerrar sus esquemas a último momento. Y también produciría un efecto en sentido contrario: serían varios los partidos que le escaparían a las alianzas antes de las primarias, apostando a participar solos en éstas para aumentar así su capacidad de negociación en el segundo turno de alianzas.
Bajo el signo de la incongruencia
Esta barroca ingeniería electoral podría aplicarse gracias a la firme voluntad del gobierno para tergiversar el sentido de las primarias con tal de acumular votos para ganar en primera vuelta. Las primarias se sancionaron justamente con la intención de darles mayor representatividad a los candidatos y terminar con las listas únicas a puertas cerradas. Ahora bien, con las colectoras, los votantes decidirán quiénes serán los candidatos de cada partido. Pero cuando esto concluya, los presidenciables podrían empezar otra ronda y ya no serían sólo candidatos de su partido sino de otros que estuvieron fuera de su primaria.
Todo esto, sumado a la estrechez de los plazos del calendario electoral, puede llevar a un proceso de alta conflictividad y situaciones imprevisibles.
Por Carlos Tórtora para el Informador Público